El voto rural permanece fiel al PP y el urbano rubrica su victoria en Galicia

El Partido Popular, esta vez de la mano de Alfonso Rueda, ha logrado su quinta mayoría absoluta consecutiva, lo que consolida Galicia como el gran fortín de los conservadores junto a la Comunidad de Madrid. Rueda ha logrado 40 escaños, 2 menos que Alberto Núñez Feijóo hace cuatro años, pero suficientes para alcanzar la mayoría absoluta fijada en los 38. El candidato conservador se sube así al carro de victorias de su antecesor al frente de la Xunta y de Manuel Fraga.

Los nueve diputados autonómicos logrados son el peor dato histórico de los socialistas en esta comunidad autónoma en democracia. En número de votos el candidato José Ramón Gómez Besteiro se ha quedado en 207.000, un 18% menos de lo que el PSOE obtuvo en 2020. Los nacionalistas gallegos son la otra cara de la moneda para la izquierda. Han logrado el mejor resultado de su historia de la mano de Ana Pontón quien ha conseguido reunificar un partido que rozó la ruina en 2012 tras la escisión de Anova y en 2016 por el empuje de En Marea.

Ha crecido en 18 puntos con respecto a las pasadas elecciones, que se celebraron en mitad de la pandemia. Con un 67% ha sido la participación más alta en los últimos 15 años.

El incremento del número de votantes ha beneficiado al PP para resguardar su mayoría absoluta pese al retroceso en dos parlamentarios autonómicos.

El PP se impuso con holgura en cinco de las seis principales ciudades gallegas: A Coruña, Lugo, Ourense, Pontevedra y Santiago de Compostela. A los populares solo se les resistió Vigo, la más poblada de todas ellas donde venció el BNG pese a quedar como tercera fuerza en 2020. Este triunfo de los nacionalistas gallegos hizo aún más amarga la noche para el PSdG al verse adelantado por su izquierda en el gran feudo del socialista Abel Caballero, quien en las municipales del año pasado arrasó con un 60% de los votos.

El respaldo a los populares en todas estas ciudades tiene un especial significado ya que no gobierna ninguna de sus alcaldías.

El PP ha mantenido la fidelidad sus graneros de votos en Ourense y Lugo, dos provincias marcadas por el voto rural y que dado el sistema electoral gallego están representadas en el Parlamento autonómico para beneficio de los populares tras una reforma electoral impulsada en la época de Fraga como presidente. Pese a caer dos puntos en cada una de estas dos provincias Rueda solo ha cedido un diputado en Lugo con respecto a 2020.

Teniendo en cuenta las cuatro provincias, el PP ha superado el 55% de los votos en el conjunto de los municipios de menos de 10.000 habitantes por el 32% del BNG y el 12% de los socialistas.

Apenas 30.000 gallegos residentes en el extranjero sobre un censo de 477.000 personas, han votado en estas elecciones autonómicas. Sus papeletas se contabilizarán el próximo lunes.

La única sorpresa, aunque muy improbable, podría darse en la provincia de Ourense, donde el PSdeG se quedó a un centenar de votos del último escaño que se adjudicó el PP. En cualquier caso, no variaría la mayoría absoluta de los populares que tienen asegurado el Gobierno de la Xunta durante los próximos cuatro años.