Alfonso Rueda, de mano derecha del líder a barón de pleno derecho

Nacido en Pontevedra en 1968 y licenciado en Derecho en la Universidad de Santiago, fue durante su adolescencia cuando se aflió a Nuevas Generaciones del partido, donde ha ido escalando peldaño a peldaño. En 2006 Feijóo se cruzó en su camino y tres años después de eso, en 2009 –tras la recuperación de la mayoría absoluta del PP–, se convirtió en la mano derecha del actual presidente del partido.

En la primera legislatura fue nombrado consejero plenipotenciario al cargo de Presidencia, Justicia y Administraciones Públicas. En la siguiente ya fue designado vicepresidente, cargo que ostentó hasta el salto de su jefe a Madrid. Sus adversarios le han echado en cara en el tiempo que lleva al frente de la Junta haber llevado a cabo una política de seguidismo de la estrategia estatal de Génova, poniendo encima de la mesa cuestiones alejadas de la política regional como la amnistía o los pactos de Pedro Sánchez con el independentismo.

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Pero Rueda no pretende cambiar un ápice su discurso –caracterizado por un temple discreto – a pesar de haberse convertido ya en un barón de pleno derecho en el PP. Del resto de presidentes autonómicos de los populares, de hecho, también se diferencia de forma notable.

Frente a la potencia de los perfiles propios que muestran los líderes autonómicos de las comunidades gobernadas –de forma especial Isabel Díaz Ayuso (Madrid)–, Rueda se ha mostrado poco fan de las grandes puestas en escena o declaraciones públicas cargadas con dinamita hacia sus adversarios político. Ahora, además –y tras conservar el legado de Feijóo y Fraga– tiene como reto dibujarse un perfil propio y asentar su figura como líder sin depender de nadie.