Las voces que escuchan los estadounidenses

Joe Rogan, todos quieren estar con él, vs. Shane Gillis, casi tan cómico como Trump

¿Quién se atreve a ponerles colores a estos dos amigos? Son influyentes sin alinearse

Miércoles, 30 de octubre 2024, 00:36

Los líderes de opinión demócratas y republicanos que siguen los estadounidenses en la batalla de Donald Trump y Kamala Harris por la Casa Blanca. Una serie que contrapone a 'celebrities' y personalidades influyentes de ambos candidatos.

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Joe Rogan: todos quieren estar con él

En esta vida no todo es blanco o negro ... y, en Estados Unidos, no todo es rojo o azul. Hay también personajes como Joe Rogan, el responsable del 'podcast' más exitoso del país, que culebrea entre colores sin llegar a apostar por ninguno. Entre esos 14 millones y pico de personas que lo siguen se puede encontrar de todo, en proporciones no muy claras: un estudio realizado hace un par de años entre el núcleo duro de sus fans concluyó que el 46% se declaraba republicano y el 23%, demócrata.

Por supuesto, las convicciones del propio Rogan resultan difíciles de encasillar, más allá de hablar de un libertarianismo centrado en una visión sin restricciones de la libertad de expresión: apoya el matrimonio gay, el uso recreativo de las drogas, la sanidad universal y el derecho a poseer armas de fuego, por citar cuatro vertientes de su ideología, y lo mismo ayuda a difundir bulos, teorías de la conspiración o doctrina antivacunas que les quita importancia a sus comentarios por «no ser un experto». Es un tipo impredecible que se ha referido a Canadá como «comunista», se mofa asiduamente de los vegetarianos (una de sus obsesiones) y considera «genocidio» los bombardeos sobre Gaza.

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En 2009, cuando empezó a emitir su 'podcast', habría tenido mucho mérito distinguir en aquel producto amateur un futuro gigante de la comunicación. Pero, a base de conversaciones largas y distendidas con sus invitados –a veces, como en el caso de Elon Musk, aderezadas con hondas caladas de cannabis–, este hombre procedente del humor y las transmisiones de artes marciales mixtas se ha convertido en una de las figuras más influyentes de EE UU. ¡Hasta su perro tiene 890.000 seguidores en Instagram!

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¿La prueba definitiva de su poder? Se ha despachado a gusto contra los dos candidatos. De Kamala Harris ha dicho que es «lo peor» e incluso ha achacado sus «divagaciones inconexas» al posible consumo de fármacos contra la ansiedad. Sobre Trump ha dejado claro que no lo apoya «de ninguna manera», que es una «figura polarizadora» y que hasta ahora siempre se ha negado a recibirle en su programa: «No quiero ayudarle», ha insistido. Pero los dos partidos han querido que sus candidatos estén en 'The Joe Rogan Experience' en este tramo final de campaña: Trump, de hecho, ya ha confirmado su presencia. Buscan rentabilizar la 'magia' de los 'podcasts', en auge frente a la rigidez de las entrevistas tradicionales, y pescar votantes entre una audiencia como la de Rogan, especialmente rica en varones jóvenes.

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Su favorito

El aspirante a la presidencia que más gustaba a Joe Rogan era Robert F. Kennedy Jr, que ahora va con Trump

Muchos de ellos, por cierto, son negros, y eso que a Rogan le han acusado mil veces de racista: Spotify, la empresa que alberga su 'podcast' (y que pagó 200 millones de dólares por tenerlo en exclusiva), retiró 113 episodios por esa causa. En otra de sus polémicas más famosas, el roquero canadiense Neil Young suprimió toda su música de la plataforma sueca en protesta por la «desinformación» que estaba difundiendo el 'podcast' de Rogan, pero dos años más tarde volvió: el veterano Neil argumentó que se había resignado porque, total, ahora la desinformación ya asoma por todas partes.

Shane Gillis, casi tan cómico como Trump

gual que su amigo Rogan, Shane Gillis es una de esas voces a las que escuchan tanto demócratas como republicanos: hablamos de un humorista no alineado, que se abstiene de difundir sus convicciones políticas, y la diversidad ideológica de sus seguidores tiene algo de cuadratura del círculo, sobre todo si se tiene en cuenta que sus chistes tienden a lo salvaje y tratan de cuestiones tan delicadas como sexo, raza y género. También es cierto que, en realidad, la voz que más escuchan tanto rojos como azules cuando escuchan a Shane Gillis es la de Donald Trump, porque el cómico de Pensilvania es uno de los mayores virtuosos en el frecuentado arte de imitar al candidato republicano. Gillis es más Trump que Trump y, muchas veces, le basta decir «eres gay» o «eres un perdedor», con el tono inconfundible y el aleteo de manos del magnate, para que la sala se venga abajo con las risas.

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Hubo un momento, en 2019, en el que la carrera de Gillis pareció hundirse para siempre. Le habían fichado para 'Saturday Night Live' ('SNL'), la gran institución del humor americano, que ahora mismo va por su temporada 50. Pero, antes de su debut, emergieron fragmentos de un 'podcast' en los que se refería a los chinos con un término despectivo y se burlaba de su acento, y el programa lo despidió. Gillis fue víctima de la cultura de la cancelación y ganó ahí muchos fans de la derecha más protestona y 'antiwoke'. Él, desde luego, no se arredró: «He estado leyendo todas las amenazas de muerte con acento asiático», comentó. Y el tiempo le ha resarcido: ahora tiene una serie en Netflix, su 'podcast' es el que más suscriptores de pago acumula en Patreon (84.000) y el propio 'SNL' agachó la cabeza y le invitó como presentador.

'Sparring'

Antes del debate, se difundió el rumor –falso, seguro– de que Kamala entrenaba con Gillis haciendo de Trump.

«Trump es divertido. Es más divertido que nadie que yo conozca. Si Trump fuese el siguiente cómico en actuar, acabaría conmigo. Saldría y diría: '¡Gordo, perdedor, estás despedido!'», ha bromeado. En su aparición en 'SNL', brilló especialmente con un 'sketch' en el que un tipo mediocre compra las zapatillas oficiales de Trump (sí, existen) y se convierte en una especie de doble del magnate, aficionado a negar la realidad. Veamos, por ejemplo, este diálogo con su compañera de cama:

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– ¡Guau –dice Gillis/Trump–, es el mejor sexo que has tenido!

– Pero si solo ha durado...

– Dos horas, ha durado dos horas, fue una sesión de dos horas. ¡Has tenido un gran orgasmo!

– Vaya... ¿Lo hacemos otra vez?

– No, estás demasiado cansada.

Otras rutinas de Gillis son demasiado brutales para reproducirlas. Tiene una muy celebrada, de 2019, en la que bromea con que Trump sería el presidente más divertido para dispararle. Y, cuando se caracteriza del magnate, se las arregla para ir más allá –pero solo un poco más– que él. A ver qué podemos citar... Quizá esto que suelta al ver pasar a una chica: «Buenas tetas, tetas de verdad, tetas americanas. Eso es algo que hemos perdido con esta administración, ¿dónde están las tetas americanas? Las tetas mexicanas se están colando por la frontera y nadie las detiene». Y ahí se ríen todos, rojos y azules, como si Gillis estuviera de su parte.

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