Newsletter 'Claves económicas'

La red de Fainé

Inversiones de Criteria Caixa: El fin último de Criteria es hacer crecer el patrimonio de su dueño, la Fundación la Caixa, proveerla de fondos para desarrollar su labor social

Viernes, 14 de junio 2024, 10:00

Este artículo corresponde a la nueva newsletter 'Claves económicas', donde se analizan los temas económicos de actualidad cada semana

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Dime, ¿qué te preocupa? Así comienza muchas de sus conversaciones de trabajo el presidente de la Fundación la Caixa, Isidro Fainé. Son reuniones sin orden del día, pero que le sirven para tejer alianzas, hacer favores (que luego le devolverán), contrastar situaciones (aunque él vaya siete pasos por delante) y, por supuesto, para ganarse la confianza del interlocutor.

Fainé está a punto de cumplir 82 años pero se ha convertido en una de las piezas más relevantes del ajedrez empresarial. Preside también Criteria Caixa, que está últimamente en todas las salsas. El fin último de Criteria es hacer crecer el patrimonio de su dueño, la Fundación la Caixa, proveerla de fondos para desarrollar su labor social. Pero también se ha convertido en el muro de defensa para frenar presencias no deseadas en empresas españolas. O para contrapesarlas. Es el 'caballero blanco' deseado por el Gobierno y por las compañías 'asaltadas'. Un papel, el de 'hombre de Estado', con el que Isidro Fainé se encuentra a sus anchas.

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En una época en que el Gobierno está mirando con lupa quiénes entran en los sectores estratégicos, la presencia de Criteria Caixa empieza a ser una condición indispensable para conseguir su visto bueno. Por eso negociaba con el grupo emiratí Taqa lanzar una opa sobre Naturgy, de la que posee más del 26% del capital, y gestionarla de forma conjunta. El pacto se ha ido al garete, pero Criteria reitera que mantiene su compromiso como inversor a largo plazo en la energética. Habrá que seguir buscando quién compra el 20% de la compañía que vende los dos mayores fondos accionistas, GIP y CVC. Desde luego, el Gobierno querría que Criteria tuviera el control o algún otro socio español.

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, ha expresado claramente los deseos del Ejecutivo: «Que, a ser posible, en las empresas estratégicas entre capital español».

Emilio Botín, que presidió el Banco Santander durante 28 años, solía decir que había que apoyar al Gobierno, fuera cual fuera. Una postura que también comparte Fainé. Por eso, no es extraño que secundara rápidamente la decisión de crear un núcleo duro español en Telefónica para contrapesar la entrada del fondo saudí STC (que cuenta con el 9,9% de forma directa e indirecta). En Telefónica proyecta duplicar su participación y alcanzar el 10%, igualando el peso del Estado en la teleco, lo que también le permite no perder poder en la operadora respecto a la SEPI (dependiente del Ministerio de Hacienda) al tiempo que refuerza el frente autóctono (en el que estaría asimismo el 4,8% que tiene el BBVA). La relación entre Fainé y Álvarez-Pallete va mucho más allá. El presidente de Telefónica es patrono de la Fundación la Caixa mientras que Fainé es vicepresidente de Telefónica desde 1994.

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En apenas dos meses, Criteria -que tiene nuevo consejero delegado desde enero, Ángel Simón, persona de confianza de Fainé desde hace años- ha hecho muchos movimientos. El holding industrial de la Fundación la Caixa ha llegado a un acuerdo para hacerse con el 17% de Colonial, ha adquirido el 3.05% de Puig en su salida a Bolsa y ha comprado el 9,4% de ACS por casi mil millones, en una operación que sigue la estrategia de Criteria de apostar por empresas que le proporcionen dividendos estables. Este año, los dividendos que recibirá esta sociedad de cartera crecerán más del 40% superando los 1.500 millones de euros. Dividendos que procederán en su mayor parte de Caixabank, de la que posee el 32% del capital. Con ellos, la aportación de Criteria a la Fundación la Caixa se incrementaría notablemente respecto a los 600 millones de euros de este año y que la han convertido en una de las fundaciones más importantes del mundo.

Porque la fundación es la 'niña bonita' de Fainé, que procede de una familia humilde de labradores. De hecho, se llama Isidro por San Isidro labrador. Él enseñó a leer y escribir a sus padres, que eran analfabetos. A veces ha recordado «la miseria colectiva que percibía con 10 años», cuando «le pedía a Dios que algún día me permitiera ayudar a esas personas y me ha dado esa gracia». La religiosidad es otro elemento vertebral en Fainé, padre de ocho hijos, y próximo al Opus Dei.

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A los 13 años arreglaba bicicletas en su Manresa natal y luego compaginó los estudios de Económicas en la Universidad de Barcelona con el trabajo en una fábrica de bobinas para motores.

Su tesis doctoral versó sobre 'Redes estratégicas colectivas' y en ella planteaba un concepto nuevo entonces que era la planificación estratégica de redes colectivas a través de la cooperación (en concreto la tesis se centra en las entidades financieras) y de «la capacidad interna de las empresas para adaptarse a los cambios del entorno».

Lo que defendía a nivel empresarial lo ha llevado a la práctica también de forma personal. Fainé tiene creada una auténtica red de influencia, de personas a las que ha apoyado, colocado o colaborado. Una red tejida a lo largo de décadas, que le ha permitido extender su autoridad y poder y donde no falta esa pregunta: 'Dime, ¿qué te preocupa?

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