Telefónica revela que no sabe cuándo ni cómo va a entrar el Estado en el capital

Unos resultados «satisfactorios», según palabras de José María Álvarez-Pallete, presidente de la compañía, en un entorno «ultracompetitivo» como es el sector español de las telecomunicaciones. La inminente fusión de Orange y MásMóvil abre la puerta a un «nuevo escenario» con un competidor «más fuerte» (la empresa resultante se convertirá en el primer operador de España en número de clientes de telefonía móvil y banda ancha fija superando a Telefónica por primera vez en la historia). Por ello, el presidente de la operadora exigió en rueda de prensa una «desregulación» de Telefónica en España. «Ya no es el monopolio de red de cobre que era cuando se acordó la regulación, ha quedado desfasada» porque Telefónica ya tiene competidores fuertes en todas las áreas. «No necesitamos que nadie nos proteja», llegó a decir el presidente, que pidió una «desregulación que nos deje competir «en igualdad de condiciones» porque los motivos del marco regulatorio han expirado».

Telefónica además tiene que afrontar una nueva etapa con la anunciada entrada del Estado a través de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) en su capital como respuesta a la compra del 9,9% de las acciones del fondo saudí STC. En este sentido, Álvarez-Pallete reconoció que desde que el Gobierno aprobó la operación en Consejo de Ministros el pasado mes de diciembre, no han vuelto a tener noticias de la SEPI. Al tiempo, negó tener información de que STC haya solicitado aprobación al Gobierno para aumentar del 5% al 9,9% su participación, lo que les permitiría meter un miembro en el consejo de administración de Telefónica.

En este nuevo escenario, el consejero delegado de Telefónica, Angel Vilá, reconoció que «existe la posibilidad» de comprar pequeños operadores. «En una línea de progresiva desregulación de nuestro negocio en España, puede haber oportunidades que en el pasado no eran tan fáciles», explicó Vilá, que también reconoció que la empresa mantiene conversaciones con Digi sobre la posibilidad de renegociar el acuerdo que expira en 2026 después de que la operadora rumana haya sido beneficiaria de los 'remedies' (condiciones) de la fusión de Orange y MásMóvil.

Las pérdidas son consecuencia, en primer lugar, del impacto del saneamiento de 3.107 millones de libras (unos 3.600 millones de euros) en la filial británica Virgin Media O2. Pero también de la provisión de 1.300 millones de euros para costear el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en España, por el que saldrán de la compañía un total de 3.420 empleados con unas condiciones acordadas con los sindicatos que han recibido gran apoyo hasta el punto de que se apuntaron más personas al plan de salidas de las acordadas en el ERE.

De esta forma, el beneficio neto ordinario, que excluye provisiones y extraordinarios, alcanzó los 2.369 millones de euros en 2023, un 17% más que en el ejercicio anterior. Es más, los ingresos de la compañía se dispararon en los principales mercados en los que opera, por lo que su cifra de negocio de 40.652 millones de euros (1,6% más que el año anterior) es la más alta desde 2020.

Pese a las pérdidas contables, la compañía ha cumplido con sus objetivos financieros fijados para 2023 y confirmó este jueves el dividendo en efectivo de 0,30 euros por acción para este año. Los accionistas recibirán el dividendo en dos tramos, uno de 0,15 euros por título en diciembre y otro del mismo importe en junio de 2025, en línea con lo establecido en su plan estratégico, según confirmó este jueves la operadora.

Los resultados presentados hicieron subir un 1,6% en Bolsa a la compañía a cierre de la jornada, por lo que sus acciones se situaron a 3,75 euros.

Y en relación con el dividendo de 2023, también de 0,30 euros por acción, Telefónica ya abonó el primer tramo de 0,15 euros el pasado mes de diciembre y prevé pagar el segundo del mismo importe en el mes de junio.