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Lucas Irigoyen
Martes, 17 de septiembre 2024, 01:34
Tres semanas después de que el Gobierno central vetara la opa de Magyar Vagon sobre Talgo el escenario ha cambiado radicalmente. El consorcio húngaro anunció recursos judiciales en todas las instancias por lo que entendió como un grave perjuicio económico y una «absoluta indefensión». Pero ... según ha confirmado de fuentes conocedoras del proceso, el grupo magiar podría acabar dando carpetazo a una operación de 617 millones sin siquiera presentar el recurso anunciado ante el Tribunal Supremo contra la decisión del Consejo de Ministros.
Hasta este lunes se venían preparando con intensidad los trámites legales para la impugnación del veto gubernamental en el alto tribunal, pero las perspectivas de un largo y costoso proceso han hecho que varios de los miembros del grupo empresarial construido sobre Magyar Vagon se hayan planteado seriamente la conveniencia de seguir adelante.
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El consorcio empresarial dirigido por su consejero delegado, Andras Tombor, sigue considerando que la decisión del Ejecutivo «carece de la más mínima motivación» y supone «privar ilegítimamente a los accionistas de la oferta más atractiva y de más interés para la compañía». No obstante algunos de sus miembros creen que de poco serviría que un tribunal les diera la razón cuando el momento empresarial de Talgo ya haya pasado. Y eso, en el caso de que la decisión judicial fuera favorable.
El grupo húngaro está conformado con el fabricante de trenes Magyar Vagon, que tiene el 55%, y el 45% restante es aportado por el fondo Corvinus, una herramienta financiera del Gobierno del presidente de Hungría Viktor Orbán. Estas relaciones y un informe del_CNI_que establecía conexiones con Rusia fueron los elementos que el Gobierno señaló para vetar la compra.
La opción de Magyar Vagon resolvía de un golpe dos cuestiones para Talgo: la industrial, por su necesidad de aumentar su capacidad de fabricación, y la empresarial para dar salida al fondo británico Trilantic -tiene el 40% de las acciones de Talgo-, que lleva tiempo queriendo vender.
La situación actual cambia y separa la solución industrial para que Talgo atienda a sus pedidos de la corporativa, en la que Trilantic busca comprador. En esta última, además, las acciones del fabricante ferroviario han caído un 20% desde que el Gobierno vetara la operación. Una inercia que ha rebajado el valor de los títulos del fondo británico de 213 a 170 millones.
La vía Skoda, que el Ejecutivo ve con buenos ojos, no es una compra y no supondría intercambio de acciones, ya que solo busca integrar negocios. Trilantic hasta ahora solo quería analizar alternativas que afectaran al 100% de las acciones. De hecho, el consejo de administración de Talgo rechazó la propuesta de fusión del grupo checo en julio porque «no es el momento adecuado para explorar alternativas distintas a una opa».
El Correo ha podido saber de fuentes del mercado que Trilantic vive ahora otro momento y explora diferentes alternativas de modo separado al resto de accionistas con los que comparte la posición en Talgo en una sociedad compartida con la familia Oriol y Juan Abelló.
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