Los húngaros Magyar Vagon acusan al Gobierno de vulnerar la ley y anuncian batalla judicial por Talgo

El grupo magiar dirigido por András Tombor, acusa al Gobierno de España de tomar una «una decisión que no se ajusta a derecho» al vetar la oferta de compra de Talgo por 617 millones por «razones de seguridad nacional» debido a las conexiones con capitales rusos que señaló en un informe clasificado. Tombor, que suscribe el documento, señala que la decisión gubernamental «carece de la más mínima motivación» y denuncia que deja a Magyar en la más «absoluta indenfensión».

En la tarde de este de jueves Magyar decidió tomar esta decisión por la solicitud que había recibido de la CNMV. El regulador, tras el veto del Consejo de Ministros, requirió al grupo húngaro la retirada formal de la opa. Una oferta para la que había requerido un aval de 650 millones y que gravaba además los gastos para el grupo húngaro con unos 40 millones anuales en intereses.

Magyar Vagon insiste en el comunicado en que sigue pensando que su oferta es la «más atractiva para los accionistas de Talgo». Sobre estos, señala que «se les está privando ilegítimamente de esa posibilidad». Y es que, en el caso del principal accionista del fabricante de trenes, Trilantic (40%), la cancelación de la operación le ha privado de unos ingresos de 250 millones. Tombor insiste en que su planteamiento y el plan industrial paralelo es también el de «mejor interés para la compañía». Por ello, y en función de las circusntancias, no descarta volver a presentar una oferta de adquisición por el 100% de Talgo.

Aunque la voluntad no cambie, sin la opa registrada el escenario sí se altera en lo que tiene que ver con la capacidad de movimientos. Y es que decae el deber de pasividad que limitaba a Talgo, que ahora tendría libertad para afrontar acciones que afectan al valor de la empresa, repartir dividendos o avanzar en otras operaciones o fusiones corporativas.Entre esas líneas de actuación están acuerdos comerciales con la propia Magyar Vagon o, incluso, Skoda. Es un plan en el que, como ya adelantó este medio, trabaja Talgo para dar salida a su cartera de pedidos contratando fabricación en otras plantas.

Además, fuentes jurídicas señalan los posibles cambios que puede operar esta nueva situación en el pacto de socios que tiene Trilantic, el máximo accionista de Talgo (40%), con Juan Abelló y la familia Oriol. Este grupo tiene las participaciones en el fabricante de trenes a través de una sociedad, Pegaso International, que ostenta el 60% de los títulos.

La compañía necesita ampliar su capacidad de fabricación para sacar en tiempo una cartera de pedidos que ahoga a sus dos plantas con más de 4.000 millones. La apuesta de Magyar Vagon pretendía ser una solución por la aportación de sus ocho plantas. Pero el Gobierno de España no la ha autorizado por razones «insalvables de seguridad nacional» a la luz de informe del CNI que señalaba conexiones con Rusia.

El bloqueo actual arroja nubarrones al futuro de Talgo que tiene en Euskadi su mayor fábrica con 700 empleados en Ribavellosa (Álava). El otro centro de producción que cuenta con 500 trabajadores está en Las Matas (Madrid). Los sindicatos han reclamado al Gobierno que presente su hoja de ruta para la empresa, además de garantizar el empleo y las fábricas. También han pedido una reunión a la dirección para conocer sus planes.