Orodea, capitán del Náxara, pisa el campo de fútbol 11 de El Cementerio, totalmente destrozado en las últimas semanas. Rodrigo Merino
Nájera

El fútbol de barro no soporta más

Situación crítica. Javier Orodea, criado en el Náxara, analiza las malas instalaciones futbolísticas y alerta de la marcha de jóvenes jugadores

Miércoles, 5 de febrero 2025, 07:03

Somos los primeros en pisar el césped de El Cementerio después de la oleada de aplazamientos y reubicaciones de los partidos de la cantera del Náxara en este inicio de año. No solo no se ha podido jugar los fines de semana en el pueblo, ... sino que tampoco se han llevado a cabo los entrenamientos de los últimos días. Se oye silencio, cuando debería escucharse las indicaciones del Infantil 2011 en su cita vespertina de los lunes, que ahora se lleva a cabo de manera provisional en el polideportivo Sancho III.

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Intentamos sortear el barro, pisando las pocas zonas con brotes verdes que han aguantado la lluvia de los últimos días para llegar al centro del campo donde se encuentra Javier Orodea, jugador del primer equipo del Náxara durante catorce temporadas. Tendría que estar lleno de júbilo al ser el responsable del cuarto gol de su equipo en el partido celebrado un día antes en La Salera; pero lo cierto es que no hay atisbo de alegría en el rostro del capitán, solo hay desconsuelo por la pesadilla que está viviendo la base del fútbol najerino en la que él, hace unos cuantos años, se formaba para cumplir su sueño de ser futbolista.

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Volver al campo que le ha visto crecer, tanto personal como profesionalmente, le trae grandes recuerdos de su infancia: «aquí es donde he sido más feliz jugando al fútbol, con mis amigos, sin preocupaciones...». Sin embargo, «veo como están las cosas ahora y me mata por dentro». La rabia por la desidia política es un sentimiento generalizado entre los que llevan el escudo del Náxara bajo la piel y lo defienden allá donde van. «A los cuatro años ya vestía esta camiseta, hasta hoy que tengo 31 y sigo haciéndolo con el mismo orgullo y pasión que cuando empecé; por eso me duele tanto todo lo que está ocurriendo en Nájera», lamenta el delantero del equipo de Tercera.

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Que el terreno de El Cementerio aparezca anegado de agua y barro cada vez que llueve en la zona no es un problema reciente sino que es una denuncia de décadas. «Es una pelea que llevamos arrastrando mucho tiempo; es más, tendría unos siete años cuando se empezó a prometer que se iba a hacer un campo de hierba artificial en el pueblo», asegura apenado Orodea. No ha llegado aún y la situación en la cantera blanquiazul es crítica: «Es insostenible que en 2025 sigamos estando en estas condiciones», añade.

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Las frases

«Yo tendría unos siete años cuando se empezó a prometer que se iba a hacer un campo de hierba artificial en el pueblo »

«En vez de venir los chavales buenos de la zona a Nájera, está ocurriendo al revés: los buenos del pueblo se van fuera y eso no puede ser»

Javier Orodea

Capitán del Náxara

La ausencia de unas instalaciones decentes para la base afecta directamente a esos cerca de trescientos niños y niñas a los que les apasiona desde muy pequeños jugar al fútbol en Nájera. Pero no a toda costa. Quieren hacerlo sin barro hasta la cabeza y sin el riesgo que conlleva competir sobre terrenos tan blandos. «Los niños solo quieren hacer lo que más le gusta, que es salir del colegio y venir aquí para disfrutar del fútbol; pero esto no es disfrutar, ni es deporte, ni es nada. Es una guerra, una batalla campal que pone en riesgo su integridad física por posibles lesiones», denuncia el najerino tras una vida en el equipo de su pueblo.

Orodea es pasado pero también presente del mejor Náxara a nivel de resultados de los últimos años pero, ¿qué ocurre con el futuro? Pues bien, desde la entidad blanquiazul no saben responder a una pregunta tan vital como la de su supervivencia si «no se toman medidas urgentes ya». Y es que, la fuga de parte de su base ante la falta de unas instalaciones dignas en las que formarse es una realidad de la cual ya se están empezando a ver las primeras consecuencias.

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Protesta del Náxara. R. Merino
Estado del piso tras las últimas lluvias. R. Merino
Los jugadores del juvenil B se ejercitan en el polideportivo Sancho III. R. Merino

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«En vez de venir los chavales buenos de los pueblos de la zona a Nájera, está ocurriendo al revés: los buenos del pueblo se van fuera y eso no puede ser», explica el capitán blanquiazul. Resulta lógico para el jugador ante la poca proyección que pueden prometer dentro del club por el estado de El Cementerio y los grandes complejos de localidades cercanas. «Es normal que se los lleven a Logroño o a cualquier otro club; es que hasta en Navarrete o en Santo Domingo están mucho mejor que nosotros», concluye Orodea confiando en vivir los últimos días del fútbol de barro de su pueblo.

El Náxara ruega que «se olviden las rencillas políticas» antes de la votación

Nájera lleva pidiendo durante más de veinte años unas instalaciones dignas para la formación de su cantera. La promesa de un campo de hierba artificial, que pueda sustituir a los terrenos de El Cementerio, se lleva escuchando durante generaciones aunque nunca antes se había contado con un panorama tan favorable para llevarlo a cabo como ahora. «Hay dinero y hay un lugar en el que levantarlo, solo nos falta un sí para que se acabe esta pesadilla», claman desde el equipo del municipio días antes de que se voten los presupuestos del 2025 en el que aparece la partida para la construcción del campo en el paseo San Julián.

Son los políticos los que en esta ocasión tienen la llave del futuro del fútbol base najerino. Los malos accesos en autobús a La Salera hizo desechar desde un principio la alternativa de poder albergar a toda la entidad en un mismo recinto derribando su frontón. Sin embargo, el proyecto presentado por el Partido Popular durante esta legislatura para la construcción de un campo multiusos entre Aquanájera y la plaza de toros parece dar solución a las demandas de los principales afectados.

En un solar que en la actualidad está vacío y que acogerá tanto una pista polideportiva como un campo de fútbol de hierba artificial de 105 metros de largo por 70 de ancho, que a su vez podrá estar dividido en dos terrenos de juego de fútbol 7. Paralelamente se instalará una grada para el público con vestuarios por debajo. De esta manera, «los niños no se tendrán que duchar con agua fría como lo están haciendo ahora», denuncia molesto Javier Orodea.

El Gobierno de La Rioja ya ha concedido 750.000 euros para la instalación, ahora hace falta que el Ayuntamiento de Nájera pague los cerca de 350.000 euros que restan a través de una partida municipal dentro de los presupuestos de 2025, que se votarán en unos diez días. «Pido por favor que se pongan de acuerdo de una vez para poder disfrutar de unas instalaciones dignas», apela el capitán del Náxara. Este campo no solo favorecerá a la base ya que, tal y como explica el jugador, «al estar en el centro se puede aprovechar para hacer cosas especiales como torneos que pueden dar vida y riqueza al pueblo».

Todos quieren llevarse ese reconocimiento y su puesta en marcha aún pende de un hilo. Es por ello que el Náxara, en su intento por ablandar el corazón de los votarán la próxima semana, ruega que «los concejales olviden sus rencillas políticas y aprueben por fin el proyecto».

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