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Inglaterra y Australia se medirán por un puesto en la final del Mundial femenino ante el ganador del duelo entre España y Suecia. El combinado británico, campeón de la Eurocopa en 2022 y semifinalista en los Mundiales de 2015 y 2019, volverá a ... opositar al gran duelo por el título por tercera vez consecutiva tras remontar ante la sorprendente Colombia, una de las revelaciones del torneo.
El tanto de Leicy Santos en el inicio del duelo, justo cuando más dominaban las inglesas, llevó el delirio a las gradas del Estadio Olímpico de Sídney, teñidas de color cafetero. El conjunto sudamericano, último superviviente del continente y que jamás había alcanzado la ronda de cuartos de final, soñó con la gran campanada hasta el empate de la delantera del Manchester City Lauren Hemp en el tiempo añadido de la primera parte.
La igualada en un momento clave del partido acabaría por ser decisiva y echó por tierra la esperanza colombiana. Superada la primera hora de juego la atacante del Arsenal Alessia Russo culminó la remontada inglesa con un remate ajustado al palo, propio de goleadora de garantías. A partir de ahí Inglaterra resistió el asedio de Colombia en el tramo final y aseguró la presencia de la campeona europea entre las cuatro mejores selecciones del planeta.
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El conjunto inglés se medirá a la coanfitriona Australia en la segunda semifinal, que se disputará el miércoles. La selección oceánica se estrenará en la penúltima ronda mundialista tras dar la sorpresa ante Francia, doblegada en un empate sin goles y la consecuente y dramática tanda de penaltis. Las 'aussies', que se toparon con su histórica barrera de cuartos de final en 2007, 2011 y 2015, consiguen al final el paso al frente que su fútbol lleva años anhelando.
Casi 50.000 aficionados siguieron en directo el triunfo de Australia, que desató la euforia en las pobladas gradas del Suncorp Stadium de Brisbane. El lanzamiento de once metros decisivo, ejecutado por Cortnee Vine tras una veintena de penas máximas a altísimas pulsaciones, rubricó el desenlace de una batalla que en el inicio tuvo claro color galo pero en el que las jugadoras oceánicas aguantaron el temporal hasta equilibrar el duelo antes de la resolución en los penaltis.
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