La Vuelta ciclista en La Rioja: Moncalvillo tiene la última palabra

La batalla está servida. La llegada a Izki ayer deja la resolución de la Vuelta a España a expensas de lo que suceda este viernes en la etapa que une Logroño y el Alto de Moncalvillo a través de carreteras riojanas y castellanoleonesas con 173,2 kilómetros y dos alteraciones orográficas, los Puertos de La Pradilla, de tercera categoría, y el mencionado de Moncalvillo, de primera y en cuya cumbre se ubica la meta. Varios nombres propios para la cita: Ben O'Connor, líder, Primoz Roglic, a 5 segundos en la general, y Enric Mas, a 1.25 minutos. A este trío se puede sumar a Richard Carapaz, a 1.56 minutos. Moncalvillo es capaz de alterar esta relación.

Dicen los que vieron aquella etapa de septiembre de 1994, que José María Jiménez, el 'Chava', aprendió a ser un escalador en el ascenso a Moncalvillo. Era la primera vez que se subían esos 8,6 kilómetros en competición oficial, en el escenario de una Vuelta a La Rioja que era un enorme espectáculo teniendo en cuenta el potencial de esta tierra. El 'Chava' le mojó la oreja a Alex Zulle, que un año después acabaría segundo en el Tour y primero en la Vuelta a España. Jiménez ganó aquella edición riojana.

Moncalvillo regresa hoy. Asfalto en perfectas condiciones, buenos accesos y cunetas limpias. Primoz Roglic es el gran favorito. Primero, por su calidad; segundo, porque pelea por la victoria y tercero, porque ya ganó en el año 2020. Aquella fue la primera y la única vez que la Vuelta legó al Alto del Serradero (1.491 metros). Hoy repite. Roglic no solo ganó, sino que asestó un duro golpe a Richard Carapaz, el otro aspirante. Y de recordar ese triunfo ya se encargan los carteles que explican la subida y trazan su perfil. No llegó a los 25 minutos el tiempo de ascenso. Concretamente, 24.58 minutos. «El kilómetro final del alto de Moncalvillo se corrió al ritmo de una partida de póquer. Roglic apostaba. De inmediato, Carapaz doblaba la puja. Cuando el ecuatoriano parecía que tenía ya el envite a su favor, volvía el esloveno con otra mano ganadora. Roglic dio entonces un golpe sobre el tapete verde del monte riojano. Tras una arrancada de Carapaz, lo remató. Sopapo psicológico. Puntilla. Fue como decirle: 'Aquí mando yo'», escribía en estas mismas páginas Jesús Gómez Peña.

«El ritmo ha sido alto, por lo que ha sido una ascensión muy rápida y dura. No conocía esta cima, salvo por el perfil, pero si se presenta la oportunidad hay que aprovecharla», decía Roglic en la cima del Serradero y con mascarilla (la pandemia). El esloveno aventajó en trece segundos a Richard Carapaz en la línea de meta, que mantuvo no obstante su maillot rojo de líder.

La cuestión es cuándo atacar siempre que haya fuerzas para ello. El pelotón tendrá tiempo suficiente para colocarse, sobre todo quienes aspiran a la victoria parcial y total, porque una vez que se comienza el ascenso hay metros suficientes como para ubicarse al frente del pelotón. «Moncalvillo es un puerto muy duro, porque la carrera puede llegar rota después del alto de la Pradilla. El viento es otro elemento a tener en cuenta, sobre todo por los cortes. Quien tenga piernas y pensando en que restan dos jornadas, pueda dar un golpe definitivo», remata Carlos Coloma, que ha hecho el ascenso con Pedro Delgado y sus Pericopuertos.

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