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Ronaldo ante el Mundial de Catar Su quiniela para la gran cita del fútbol «España tiene muchas opciones de ganar. ¡En serio!»

¿Ganará España? ¿Brasil? ¿Argentina? Ronaldo Nazário es todo un icono mundialista tras su gran gesta de llevar a Brasil al heptacampeonato en Japón y Corea 2002. Nadie mejor que él para adelantar lo que podemos esperar de las grandes selecciones en Catar 2022 y hacer quinielas. De pronósticos y del pasado (revisado ahora en un documental para DAZN) hablamos con él.

Viernes, 11 de Noviembre 2022

Tiempo de lectura: 13 min

Son dos imágenes icónicas del fútbol mundial. En la primera, Ronaldo tirado sobre el césped con la camiseta del Inter de Milán se retuerce de dolor tras romperse el tendón rotuliano. En la otra, enfundado en la canarinha, Ronaldo exhibe sonrisa dentada, dedo índice en alto y abominable corte de pelo triangular, mientras celebra a la carrera el gol que le da a Brasil su quinta Copa del Mundo. Son dos escenas que ilustran el viaje del infierno al cielo de un futbolista irrepetible, el último de la historia que dio nombre a un Mundial. Porque el de 2002 (en Japón y Corea) es, ante todo, el Mundial de Ronaldo. Del mismo modo que el de 1970 fue el de Pelé o de Maradona el de 1986.

Ronaldo es por ello todo un icono mundialista y el hombre adecuado para comentar el que está a punto de empezar. Es lo que hace en esta entrevista con XLSemanal, donde lanza sus pronósticos para Catar 2022 mientras habla de dolor, política o tolerancia y repasa su carrera, revisada ahora en un emotivo documental titulado El fenómeno (DAZN), apodo con el que fue bautizado aquel jugador de pierna precisa y sprint imparable que arrollaba defensas como un búfalo desbocado.

XLSemanal. Vayamos al grano. ¿Quién va a ganar este mundial?

Ronaldo. Hombre, en cualquier Mundial la selección brasileña siempre es favorita. Y veo a Francia, Alemania y España como sus grandes rivales. Brasil ha encontrado, por fin, un buen equilibrio entre defensa y ataque y un buen centro del campo. Tenemos a Vinícius y a Rodrygo del Real Madrid; Raphinha, del Barça; Neymar, Gabriel Jesús...

XL. Pero desde el Mundial que ganó y protagonizó usted, en 2002, solo han llegado una vez a semifinales. Fue, de hecho, en Brasil 2016, donde recibieron un...

R. Sí, sí, ya sé, el 7-1 ante Alemania. No me lo recuerdes [se ríe]. Después del pentacampeonato en 2002, el fútbol en Europa evolucionó una barbaridad y el resto del mundo se quedó un poco atrás. Pero creo que Brasil ha mejorado mucho en los últimos cuatro años, desde que Bélgica nos mandó a casa en Rusia 2018.

XL. Por cierto, ¿qué me dice de la Argentina de Messi?

R. Ah, sí, es cierto. Argentina es de las selecciones con las que siempre hay que contar. Sobre todo, porque tienen a Messi y será su última oportunidad de ganar un mundial.

"Me dieron patadas toda mi carrera. Desde niño hasta que me retiré. Tuve entrenadores que me machacaron"

XL. Ganar un mundial, usted lo sabe, marca la diferencia entre ‘sólo’ pasar a la historia o convertirse en mito. ¿Podría pesarle esa responsabilidad?

R. Es un factor que se debe tener en cuenta, desde luego, porque en Argentina siempre lo van a comparar con otro mito: Maradona, y ganar el mundial lo situaría en ese nivel. Messi debe jugar sintiendo que no necesita ser campeón del mundo para pasar a la historia, porque su carrera, brillante y maravillosa, y el impacto que ha dejado en el fútbol no tienen parangón pase lo que pase. Si no gana, será igualmente recordado como uno de los grandes.

XL. ¿Cuántas veces, por cierto, le han preguntado quién es mejor: Messi o Cristiano? 

R. Muchas [se ríe]. La gente necesita comparar constantemente... Pero más allá de todo eso, lo que me llena de orgullo es que ambos, y también Ibrahimovic, Lewandowski, Benzema…, me mencionen como inspiración. Me hacen sentir que todo lo que hice y los valores que transmití en la cancha tuvieron un alcance muy grande. Del mismo modo, ellos influyen hoy a millones de niños. Es lo maravilloso del fútbol, que no tiene fin: surgen cracks, una generación tras otra, y los niños de todo el mundo se inspiran en ellos.

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SOBRE MESSI: "Es su última oportunidad de ganar un Mundial. Lograrlo lo situaría en otro nivel: el del mito. Debe jugar sin esa presión porque, pase lo que pase, ya es uno de los grandes"

XL. ¿Ve hoy algún jugador capaz de hacer lo que hizo usted, Pelé o Maradona: echarse a un equipo a la espalda hasta hacerlo campeón?

R. Tanto como eso no sé, pero Neymar, Messi y Mbappé deberían ser las grandes estrellas del campeonato.

XL. Mbappé ya ganó con Francia en Rusia, pero los dos primeros han jugado unos cuantos mundiales y, francamente, nada de nada...

R. Quizá por eso deben dar un paso adelante. Messi, por lo que ya te he dicho. En cuanto a Neymar, es cierto que ya ha jugado dos mundiales, que solo ha marcado seis goles y que nunca ha sido definitivo para nosotros, pero es el brasileño que más expectativas ha generado. Ahora que tiene mejor equipo, espero que este sea su mundial.

XL. Pues, como no espabile, Vinícius le va a pasar por encima.

R. Sí, sí, Vinícius es un jugador que ha mejorado muchísimo. Sobre todo, de cara al gol. Se espera mucho de él.

"Mis padres me inculcaron humildad, esfuerzo, sencillez; y también tranquilidad. Llevo mucho de ellos dentro de mí"

XL. ¿Sitúa a España entre las favoritas porque habla con un dominical español?

R. Lo digo en serio. Es uno de los equipos que mejor juegan, tiene mucha calidad, un gran manejo de balón y un entrenador con un plan muy concreto, pero le falta eficacia de cara al gol y no cometer errores tontos en defensa. Si corrige eso, tendrá muchas opciones.

XL. ¿Existe algo comparable a ganar un mundial?

R. Nada. Ni de lejos. Es la felicidad absoluta. Sobre todo, si lo ganas como yo, después de llegar a una final cuatro años antes, no poder jugarla en condiciones y perderla, sufrir luego varias lesiones gravísimas y de que un médico en Estados Unidos me dijera que no volvería a jugar al fútbol. Dios me dio una segunda oportunidad.

XL. Recibía usted más patadas que nadie. ¿Alguna vez sintió que los contrarios tenían intención de lesionarlo?

R. Uf, muchas veces [se ríe]. Con frecuencia ese era el único recurso que tenían para pararme, pero es lo que toca cuando te ven como una gran amenaza. Es lo que me hacía diferente y tuve que convivir con ello. Los defensas en aquellos tiempos, además, eran mucho más duros que hoy, más implacables, y se marcaba al hombre por todo el campo. Además, jugué en Italia, donde se defendía de forma más agresiva que en ningún otro país.

XL. Imagino que le han sacudido desde niño, ¿no?

R. Efectivamente, me dieron patadas toda mi carrera [carcajadas], desde niño y hasta que me retiré. Todos los fines de semana volvía a casa con las piernas llenas de golpes.

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SOBRE VINÍCIUS: "Brasil siempre es favorita. Ha encontrado, por fin, un buen equilibrio entre defensa y ataque. Este puede ser el Mundial de Neymar, pero Vinícius ha mejorado mucho"

XL. Tenía 24 años cuando le dijeron que nunca más volvería a jugar al fútbol...

R. Sí, aquello fue tremendo, y luego viví un drama detrás de otro, todo iba siempre a peor. Creo que la gente se va a emocionar mucho con el documental que ha estrenado DAZN; además de recordar esa época, que fue muy mágica para el mundo del fútbol.

XL. ¿Cuál fue la época más feliz de su carrera?

R. Siempre que estuve bien físicamente, sin dolor. A mí me hacía feliz entrenar y jugar partidos, pero el dolor y el sufrimiento me acompañaron durante muchos años. Tuve también entrenadores que me machacaron, que no entendieron que mis necesidades eran distintas a los de otros jugadores, como Héctor Cúper en el Inter, el peor entrenador que tuve en toda mi carrera.

XL. ¿Qué pesa más en sus recuerdos: el sufrimiento o la felicidad?

R. La vida es equilibrio y mirar al pasado siempre me provoca recuerdos contrapuestos, pero lo cierto es que viví momentos de mucha felicidad al ganar títulos y partidos importantes, marcar goles, sentir el calor y el cariño de los aficionados, conocer a muchos de mis ídolos...

XL. Primero sufrió una rotura parcial del tendón rotuliano. Fue operado y en su primer partido de regreso se lo rompió del todo. ¿Logró quitarse de la cabeza el miedo a recaer durante el resto de su carrera?

R. No. Aunque volví a sentirme bien, siempre jugué con esa preocupación: ¿aguantará mi rodilla?, ¿se me reproducirá la lesión en algún momento?... Eso me atormentó hasta el final de mi carrera.

"Aunque volví a sentirme bien, siempre pensaba: ¿aguantará mi rodilla?, ¿se me reproducirá la lesión en algún momento?... Eso me atormentó hasta el final de mi carrera"

XL. Dijo el cirujano francés que lo operó que fue un error no reparar entero su tendón y que por eso acabó rompiéndose de nuevo. ¿Hubo presiones, del club o de su patrocinador, para que volviera usted a jugar lo antes posible?

R. En absoluto. Nunca se me ocurriría culpar al doctor Gérard Saillant, que es un tipo increíble. En el fútbol no había antecedentes de lesiones que nos permitieran tomar una decisión diferente. Optamos por la menos agresiva. Y nos equivocamos. Mala suerte.

XL. ¿Presionan a veces los clubes o patrocinadores para que los jugadores opten por el tratamiento más rápido, aunque no sea el más adecuado?

R. Yo, desde luego, nunca viví nada parecido por parte de clubes, selección o patrocinadores. Todos querían que volviera a jugar, pero de modo que no volviera a lesionarme o tuviera que retirarme. Todos querían ayudarme. No hubo presión alguna que influyera en las decisiones que tomamos.

XL. Anunció su retirada el 14 de febrero de 2001. «Mi cuerpo me ha vencido», dijo entonces. ¿Se lo tomó como una derrota?

R. Una derrota en  toda regla, sí, porque fue el final de una batalla entre mi mente y mi cuerpo. La primera se negaba a aceptarlo, pero el segundo llevaba tiempo dejando claro que no me quedaba más remedio. El día anterior se lo comuniqué a mi familia y al entonces presidente del Corinthians. Así se lo dije: «Vivo una guerra interna y mi decisión es inevitable». Fue un día muy triste para mi.

XL. ¿Qué sintió el primer día que se levantó sin ser futbolista?

R. Un alivio tremendo [se ríe]. Tras el sufrimiento y la tragedia de verme obligado a retirarme, me di cuenta de que, en realidad, tenía mucha vida por delante. Sentí también que por fin podía descansar. De todo.

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SOBRE MBAPPÉ: "Destacará en Catar. Francia, junto con Alemania y España, es el gran rival de Brasil. España, si consigue más eficacia de cara al gol, tendrá muchas opciones"

XL. ¿También de ser el centro de atención?

R. Sobre todo, de eso [carcajada]. Yo sufrí una presión que, salvo Maradona, ningún futbolista había vivido antes. Influyó mucho que eran los inicios de Internet, de la globalización, la información comenzaba a viajar a una velocidad inédita y que los periodistas y paparazis eran muy agresivos; más que nunca quizá.

XL. O sea, que los periodistas le amargamos la vida…

R. [Se ríe]. Hombre, me resultaba difícil mantener la privacidad, la libertad personal, especialmente por lo que sucedió después de la final del Mundial de Francia. Pero, de un modo general, siempre tuve buena relación con los periodistas. Hoy conozco cómo funcionan los mecanismos de los medios, entiendo las razones del sensacionalismo y de los titulares exagerados; esa necesidad de llamar la atención del lector... Así es el negocio. Y cuando eres un futbolista muy famoso, debes ser consciente de tu posición y aprender a lidiar con ello, acostumbrarte.

XL. Tras aquella final de París, en que usted jugó pese a haber sufrido un desmayo esa tarde, el Congreso de su país abrió dos comisiones de investigación para analizar la derrota. ¿En su país no se les va un poco la mano cuando se trata de fútbol?

R. Bueno, hay demasiada gente en el mundo que se toma el fútbol demasiado en serio [se ríe]. Pero sí, aquello fue una exageración absoluta. Lo que ocurrió es que el Congreso decidió complacer al clamor popular de los medios para que se investigara. A los brasileños les encantan las teorías de la conspiración. Somos, quizá, la nación más favorable a crear –y creer en– teorías de ese tipo: «que nos engañan», «que nos roban», «que nos ningunean»... Somos desconfiados. Así que cuando comenzaron a circular todas aquellas noticias absurdas –rumores, mejor dicho– el Congreso decidió actuar.

XL. De todas las teorías que se manejaron, ¿cuál le dolió más?

R. Todas eran muy locas. La que más, sin duda, es la que decía que el Gobierno francés había prometido unos cazas de combate a Brasil si nos dejábamos ganar [carcajadas]. ¿Te imaginas? Y luego la clásica de que la marca que me patrocinaba (Nike) me había obligado a jugar, que si me habían envenenado… Se apuntaba a gobiernos, a multinacionales… ¿En qué otro país del mundo el Congreso se pone a investigar por qué su selección pierde la final? Absurdo.

"Mi mayor orgullo es que no me dejé engullir por el personaje de 'el fenómeno'. Fui fiel a mis valores y mi origen"

XL. Fue usted llamado a declarar. ¿Recuerda alguna pregunta?

R. Todas fueron surrealistas. Con decirte la primera ya te haces una idea. «Señor Ronaldo, ¿quién debería haber marcado a Zidane en el córner que propició el primer gol de Francia?» [carcajadas]. Imagínate, ¡un diputado federal! Aldo Rebelo, que fue Ministro de Deportes muchos años después.

XL. ¿Y qué respondió usted?

R. «Desde luego, yo no era, no era eses mi cometido, pero está claro que el que tenía que marcarlo no lo hizo bien» [más carcajadas]. ¿Qué puedes responder ante algo así? Se trata de fútbol, es un juego. Esas cosas suceden todos los días. Solo buscaban notoriedad; llevarme al Congreso entre cientos de fotógrafos y periodistas proporcionó a muchos su pequeño momento de gloria.

XL. Fue considerado usted como el sucesor de Romário. Como él, jugó en el PSV holandés, en el Barça y acabó ganando un mundial...

R. Sí, es cierto, el propio Romário me lo repetía mucho [se ríe]. Hablo un poco de ello en el documental.

XL. Romário fue elegido diputado en 2010 y senador en 2014, cargo que todavía ocupa. ¿Ha pensado seguir sus pasos en la política?

R. ¿Yo? ¡Ni hablar! [Se ríe]. Romário nunca mostró la mínima inquietud por ser un político cuando yo conviví con él como jugador y me sorprendió mucho cuando dio el paso, pero me alegra verlo ahí. Gracias a él los deportistas tenemos representación en el Congreso Nacional. Siempre se posiciona a favor del deporte y de causas como el apoyo a las personas con discapacidad. Es un tipo increíble, polémico siempre, sí, porque no tiene pelos en la lengua, pero es un tipo con corazón, buena gente.

XL. Romário acaba de ser reelegido por el partido del presidente Bolsonaro; Neymar también le dio su apoyo… ¿Está con ellos?

R. Cada uno es libre de posicionarse con quien quiera, pero yo solo te diré que me da pena esta polarización extrema que vivimos en Brasil, en España, Estados Unidos, Italia, Reino Unido, lo de Rusia... El mundo entero está muy tenso. La gente no respeta las ideas de los demás. «Lo que yo pienso es bueno y lo que piensan los demás es una mierda». Esa es la mentalidad intolerante que parece imponerse en todas partes. Pero el mundo no es blanco o negro.

XL. Esto que dice es, de algún modo, una forma de posicionarse...

R. Escoger un lado u otro solo fomenta más división. La gente mata por ello, incluso. Mi posición es que detesto ver mi país tan dividido y lleno de odio. Como persona pública, prefiero enfocarme en rebajar esa tensión, desactivar ese odio. Porque es destructivo. La vida es mucho más difícil cuando no se respeta a los demás. La gente debería ser más tolerante ante las opiniones ajenas, ante las opciones diferentes. Mi compromiso es a favor de la tolerancia.

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Dolor y gloria. El 12 de abril de 2000, Ronaldo –entonces delantero del Inter de Milán– hizo 'crac'. Le costó año y medio recuperarse. Dos años después, en junio de 2002, alcanzó su mayor momento de gloria: marcó los dos goles a Alemania que le dieron a Brasil su quinto Mundial.

XL. ¿Es lo que desea transmitir con este documental?

R. Yo quería contar mi ejemplo de superación, la idea de que luchando puedes alcanzar tus sueños. Y empiezo por contar lo que pasó horas antes de la final contra Francia, la convulsión que me dio, mi visita al hospital a hacerme unos exámenes y mi decisión final de ir al estadio y jugar. Hoy sé que lo que me ocurrió, y que yo jugara a pesar de lo sucedido, influyó negativamente en mis compañeros. Sufrí después un infierno de acusaciones y otro de lesiones, pero lo maravilloso del fútbol es que me dio una nueva oportunidad y pude reescribir mi propia historia.

XL. Sí, auge, caída y redención; perfecto para un documental...

R. Sí, porque es emotivo, pero no es deprimente. Hay mucho drama, pero es ante todo una historia de amor, el que yo tengo por el fútbol, el gran amor de mi vida. Por eso luché tanto.

XL. ¿Qué ha aprendido al repasar su vida para el documental?

R. Mi mayor orgullo es ver que no me dejé engullir por el personaje de ‘el fenómeno’ y que fui fiel a mis valores, a mi origen; mantuve los pies en la tierra. Como futbolista desataba pasiones, pero todo el sufrimiento me permitió darme cuenta del verdadero valor de la vida; de que, en el fondo, todos somos iguales.

XL. ¿Tuvo que lesionarse para llegar a esa conclusión?

R. Bueno, es que la dimensión de ‘el fenómeno’ fue abrumadora. Donde llegaba, por donde pasaba, era un acontecimiento impresionante. Miro hacia atrás y veo la suerte que tuve al separar bien a ese personaje del Ronaldo sencillo y casero.

XL. ¿Cuál fue la clave? 

R. Mis padres. Me inculcaron humildad, esfuerzo, sencillez; y también tranquilidad. Llevo mucho de ellos dentro de mí.

Etiquetas: futbolistas
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