Coach ejecutiva en IE Business School Aquí se enseña felicidad (3) Lisa Bevill: "Es el momento de cambiar el contrato social. Lo que hacemos nos tiene que llenar"
Oxford, Cambridge, Yale, Harvard... Las principales universidades del mundo han creado clases de felicidad. Defienden que es una habilidad que se puede enseñar. Hablamos con los profesores de tres de ellas... y tomamos nota.
Lisa Bevill es directora del Centro para la Salud, el Bienestar y la Felicidad de IE Business School, Madrid. Los estudiantes de primer grado de todas las titulaciones de esta escuela de negocios realizan un taller práctico de bienestar que incluye clases de meditación, descanso, nutrición, ejercicio, empatía… Se inició en 2019. Este año participan unos 3600 alumnos.
XLSemanal. ¿Qué aportan estas enseñanzas a los estudiantes?
Lisa Bevill. A los nuevos, que llegan asustados, los ayuda a relacionarse. Cuando no había móviles, no tenías más remedio que dar un paso adelante y decir 'hola'. Ahora, todos están atrincherados en la pantallita. Pero en este curso lo hemos introducido también en los estudios de máster y posgrado, así que también tenemos gente con experiencia en empresas. A todos les proporcionamos herramientas que les van a servir a lo largo de la vida en muchas facetas, no solo en un campus o en un entorno laboral.
XL. ¿La felicidad se estudia o se trabaja?
L.B. La felicidad hay que practicarla. Aquí la trabajamos a través de las emociones positivas. Los seres humanos estamos diseñados para reaccionar ante el peligro. Los impactos negativos siempre llaman más nuestra atención porque los procesa la amígdala rápidamente, ya que afectan a la supervivencia. Percibir las emociones positivas es más difícil. Un grito te pone alerta, para escuchar un susurro hay que pararse un poco, crear un silencio, un estado mental propicio…
XL. ¿Cómo?
L.B. Por ejemplo, cuando tomas un café con un amigo, prestándole toda tu atención y olvidándote del móvil. Pero son emociones que también están ahí cuando sales a correr, cuando contemplas la naturaleza, cuando das las gracias, cuando respiras correctamente…
XL. Todos nos sentimos mejor haciendo eso. Otra cosa es que tengamos tiempo o ganas.
L.B. No solo es que nos sintamos mejor. También se abre la mente porque se activa el córtex prefrontal. Nuestra parte creativa, innovadora. Y todo eso repercute en la resiliencia, en la gestión del estrés, en tu rendimiento en los estudios.
XL. ¿Y sacas mejores notas?
L.B. También, pero eso no es lo más importante. Lo que de verdad importa es que te ayudan a conocerte, a saber cuál es tu propósito en la vida. Te dan perspectiva. Luego eso se va a notar cuando trabajes en equipo, cuando trabajes en una empresa. Pero antes más vale que sepas cuál es tu meta, en qué quieres contribuir a la sociedad.
XL. Estamos viendo muchos problemas de ansiedad y depresión en las universidades…
L.B. En Estados Unidos la situación es más complicada. Y puede convertirse en explosiva. En Europa, por fortuna, estamos mejor. Además, cuando el alumno tiene problemas, se está normalizando pedir ayuda profesional, ya no es un estigma. La pandemia nos ha hecho repensar nuestras prioridades. Mucha gente no se siente afortunada de estar donde está. Es el momento de cambiar el contrato social. Que lo que hagamos nos llene.
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