Licia Verde Sabia 06 | Experta en el universo invisible "Para entender cómo funcionan las cosas, hay que pasarse al lado oscuro"
Con motivo de nuestro 35 aniversario y en colaboración con la Fundación BBVA, hablamos esta semana con una de las personas que está revolucionando el estudio sobre el origen del cosmos. De hecho, su especialidad es la energía oscura, ese misterioso fenómeno que hace que el universo se expanda. Trabaja en el Instituto de Ciencias del Cosmos de la Universidad de Barcelona y es una referente mundial.
La astrofísica italiana Licia Verde (Venecia, 1971) es un referente mundial en la energía oscura, el misterioso componente del cosmos cuya presión hace que el universo se expanda aceleradamente; un fenómeno que se detectó por primera vez en 1998 mediante el estudio de supernovas. En 2021 recibió el Premio Rey Jaime I de investigación básica y en 2018 se le otorgó el galardón Breakthrough en Física Fundamental como parte del equipo WMAP, la sonda de la NASA cuya misión fue medir las diferencias de temperatura de la radiación del fondo cósmico de microondas, el registro fósil del Big Bang.
XLSemanal. ¿Por qué se ha pasado al lado oscuro?
Licia Verde. ¡Porque no tenía más remedio! [Ríe]. Quiero saber cómo funcionan las cosas, y no hay cosa más grande que el Universo. Cuando empecé ya se sabía que la materia oscura existía, pero la energía oscura se acababa de descubrir. Total, que el 95 por ciento del universo no lo podemos ver ni experimentar.
«El 95 por ciento del universo no lo podemos ver ni explicar. Tiene que haber algo más que lo que brilla. Algo frío y oscuro»
XL. ¿Y por qué decimos que es oscuro cuando, en realidad, es invisible?
L.V. Porque no brilla.
XL. ¿El ingrediente de la materia oscura podría ser una partícula desconocida?
L.V. Sí. Una partícula que se produjo tras el Big Bang y que interactúa muy débilmente con la materia que vemos. Pero sus efectos se notan en ciertos fenómenos gravitatorios. Todo lo que luce en el universo no es suficiente para explicar la atracción de la gravedad, tiene que haber algo más. Algo frío y oscuro.
XL. ¿Encontraremos esa partícula, que para muchos físicos podría ser el famoso axión?
L.V. ¡Sería una historia muy bonita! Porque el axión le serviría a los físicos para explicar algunas cosas que no encajan en su modelo atómico, y a los astrónomos para explicar la materia oscura. ¡Lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño conectados! Pero la gente lleva décadas búscandola…
XL. También el bosón de Higgs y las ondas gravitacionales se hicieron de rogar.
L.V. Cierto, y aparecieron. ¡Quién sabe!
XL. ¿Los seres humanos nos hemos quedado en tierra de nadie, a medio camino entre los átomos y las galaxias?
L.V. Hablar de cuál es nuestro lugar en el universo resulta un poco antropocéntrico. ¡Pero Copérnico nos puso en nuestro sitio! Que no es muy especial. Nos gusta pensar que lo que vemos y lo que descubrimos es fundamental y no una casualidad.
XL. ¿Hubo algún momento en la historia del universo el que éste tuvo una escala comprensible para nuestro cerebro?
L.V. Eso creemos. Lo llamamos inflación. Ocurrió un instante después del Big Bang, cuando todo estaba concentrado en una pelotita densa y caliente que explotó. Justo después hubo una expansión acelerada. Un estirón que lo hizo abandonar la escala subatómica. Pero duró un suspiro.
XL. ¿Y cómo era de grande?
L.V. Depende del modelo. Para unos tenía el tamaño de una manzana (la fruta); para otros, era como una manzana, pero de edificios. La física, tal y como la conocemos, funciona justo hasta ese momento. Más atrás, ya no salen las cuentas.
XL. ¿Qué desencadenó el Big Bang?
L.V. Si lo supiera ya tendría el billete para Estocolmo [ríe]. El consenso es que había un campo escalar asociado a una partícula [llamada inflatón] y que, de alguna manera, la energía que estaba ahí atrapada precipitó esta expansión. Es algo hipotético, claro, pero antes del bosón de Higgs nunca habíamos visto un campo escalar. Si has descubierto un elefante blanco, puede haber más…
«Que no se haya descubierto nada importante en el Gran Colisionador de Hadrones desde el bosón de Higgs no es decepcionante. La ciencia avanza pasito a pasito. Lo que termina saliendo en los periódicos son las excepciones»
XL. El caso es que en el Gran Colisionador de Hadrones no se ha descubierto nada interesante desde el bosón, ¿se palpa cierta decepción?
L.V. Depende de con quién hables. Hay que seguir verificando cosas. La ciencia avanza pasito a pasito. Lo que termina saliendo en los periódicos son las excepciones.
XL. Hábleme de su trabajo, ¿qué es la cosmología de precisión?
L.V. La cosmología ha existido desde siempre porque nace de las preguntas fundamentales: de dónde viene todo esto, a dónde va... Solo se pueden hacer observaciones indirectas de eventos que están muy lejos y que han pasado hace mucho tiempo. Pero con la evolución de la tecnología cada vez es una ciencia más exacta. Un margen de error del uno por ciento es la próxima frontera.
XL. ¿Entonces ahora los astrónomos ya no miran al cielo a través de un telescopio?
L.V. Casi nadie. Todavía hay astrónomos que van al observatorio, pero la mayoría lo miramos a través del ordenador. Y el análisis de datos, los grandes mapas, etc. nos ayudan.
XL. ¿Y cómo ha evolucionado la observación?
L.V. Nos hemos dado cuenta que todo lo que está allá arriba y que puede explotar, explota. Supernovas, agujeros negros… Y nos envía mensajes por distintas ventanas: el espectro electromagnético, partículas, ondas gravitacionales… Por eso ahora se habla de astronomía de multimensajeros. En mi caso, y después de más de veinte años investigando, lo que veo es que el modelo cosmológico estándar tiene límites.
XL. ¿A qué se refiere?
L.V. Todos los modelos son simplificaciones de la realidad. Y cuando afinas tanto que el margen de error se reduce al mínimo, hay cosas que no cuadran. El modelo Lambda-CDM es el dominante porque es sencillo y exitoso. Se basa en seis parámetros que lo explican todo. Pero mi duda es si debemos seguir afinando o hay que abrir la mente.
Creemos que nuestra física sirve en todo el cosmos y que los alienígenas entenderán nuestras ecuaciones. Por eso los mensajes que se envían desde el SETI para contactar con ellos están escritos en notación matemática
XL. Sospecho que el modelo ya no le convence…
L.V. Llevamos cuatro años buscando una cosmología más exacta, pero es complicado. No es como en un laboratorio donde lo puedes controlar todo. Yo no le puedo hacer cosquillas al universo y ver cómo reacciona. Las mediciones son difíciles.
XL. ¿Por qué?
L.V. En parte, porque estamos rodeados de energía oscura. Que tiene una densidad uniforme y constante, aunque es muy pequeña, pero el universo es tan grande que influye en las mediciones. Y además no se comporta como una energía normal y corriente. Cuanto más espacio le das, más energía tienes. No se diluye.
XL. A ver si lo entiendo, ¿sería como inflar la rueda de una bicicleta y, con el mismo volumen de aire, la de un tractor?
L.V. Eso es. Y esto explica que, a finales de los años 90, se descubriera que la expansión del universo se acelera. ¡Aquello fue una conmoción! Yo estaba haciendo el doctorado. Todos estábamos sorprendidos. Porque ese parámetro ya lo había puesto Einstein en sus ecuaciones, pero nadie se lo creía.
XL. Usted estudiaba Clásicas en el instituto, ¿cómo acabó haciendo astronomía?
L.V. Gracias a Galileo se me encendió la bombilla. Leyendo sus Diálogos. Decía que la naturaleza es un libro escrito en lenguaje matemático. Y yo quería entenderlo todo. Entonces supe que me equivoqué de lenguaje.
XL. ¿Qué tienen de malo el griego y el latín?
L.V. Nada, son enriquecedores. Pero el lenguaje humano es ambiguo.
XL. ¿Y el de las matemáticas no es humano?
L.V. Aspira a ser universal. Los mensajes que se envían desde el SETI para contactar a extraterrestres están escritos en notación matemática. Creemos que nuestra física sirve en cualquier parte del cosmos y que nuestras ecuaciones las entenderán los alienígenas.
«Mirar a lo lejos es mirar atrás en el tiempo. Nuestra ventaja es que un arqueólogo ve huesos y ruinas; nosotros vemos una película de lo que estaba pasando hace millones de años»
XL. Cito al físico John Wheeler: «El espaciotiempo le dice a la materia cómo moverse, la materia le dice al espaciotiempo cómo curvarse». A mí me suena a poesía.
L.V. ¡Eso es la relatividad general! Y sí, es poesía. Porque traduce a palabras lo que hay en las ecuaciones.
XL. ¿Por qué se dice que los cosmólogos son arqueólogos?
L.V. Porque mirar a lo lejos es mirar atrás en el tiempo. El Sol está a ocho minutos luz; la Luna, a un segundo… Andrómeda, a 2500 millones de años. Nuestra ventaja es que un arqueólogo ve huesos y ruinas; nosotros vemos una película de lo que estaba pasando.
XL. ¿Qué es lo más lejano que podemos ver?
L.V. La luz del fondo cósmico de microondas, de cuando el universo tenía unos 380.000 años. Parece mucho, pero es como ver a un bebé que acaba de nacer. Ahora el universo es un adulto de 13.800 millones de años.
XL. ¿No podemos ver más allá?
L.V. Directamente, no. Porque el universo no era transparente. Había una sopa de fotones y bariones. Es como mirar el cielo en un día de nubes. Pero indirectamente sí que podríamos, si detectamos las ondas gravitacionales…
XL. ¿No lo hicimos ya, con los observatorios LIGO y Virgo?
L.V. Tienen que ser las primordiales. Las de agujeros negros no valen. Tienen otra frecuencia
XL. Vaya, ¿y tiene su propia teoría sobre qué puede ser Oumuamua?
L.V. El consenso científico considera que probablemente es un objeto que no pertenece al sistema solar. Tiene una forma y una composición raras, pero vaya usted a saber cuántos más hay…
XL. Avi Loeb dice que es tecnología extraterrestre.
L.V. Ya, pero no es la explicación más sencilla. Es como la tetera de Russell. Si yo le digo que hay una tetera orbitando alrededor del Sol, usted no tiene por qué creerme si no se lo demuestro. Avi Loeb juega a provocarnos. Pero si todos hiciéramos lo mismo nos olvidaríamos de hacer ciencia.
XL. A él también le ha servido para ganar fama, escribir libros…
L.V. Mire, la decisión sobre qué ciencia se hace no solo tiene que ser científica, sino humanista. Entran la ética, la economía, todo… Si nos olvidamos de las humanidades, al final no sabríamos qué hacer. Investigaríamos por inercia.
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