La misión Artemisa impulsa la subasta de fotos de la NASA La exploración lunar vista de cerca El primer selfie espacial y otras joyas de la Luna
La primera fotografía que tomó Neil Armstrong en la Luna en 1969, el primer 'selfie' espacial realizado en 1966 o la fotografía de la Tierra que más se ha utilizado como símbolo del movimiento ambiental... Estas son algunas de las joyas que salen a subasta, estimulada la puja por el despegue hoy de la misión Artemisa, que inicia una nueva era de exploración lunar... y con mujeres a bordo.
Si el verano (y las noticias sobre la que se avecina este invierno) le han dejado con ganas de seguir gastando y lo suyo es pasión por el espacio, la NASA le brinda la oportunidad del año: pujar por alguna de las fotografías más icónicas realizadas por los astronautas durante sus primeros paseos espaciales. Bajo el título The Final Frontier: Vintage NASA Photographs, la galería de arte on-line Artnet saca a subasta obras reveladas a color, algunas de ellas con marcas de agua en el reverso de 'A Kodak Paper', lo que indica que se imprimieron antes de 1973. Los precios de partida oscilan entre los 3000 y los 18.000 euros. Y mientras esperamos que la misión Artemis de la NASA de el primer paso para llevar a la humanidad de regreso a la Luna a partir del 29 de agosto, podemos disfrutar de un repaso por aquellas primeras imágenes de los viajes al espacio que tan importantes se han convertido no solo para la ciencia, sino para la cultura pop de varias generaciones.
El primer 'selfie' espacial
El autorretrato de Buzz Aldrin, en el que también se puede ver la cámara Maurer de 16 mm, demostró que los astronautas podían trabajar fuera de su nave espacial (y que lo del 'selfie' no es solo cosa de estos tiempos). En este caso, la Tierra sirve de fondo para una imagen que perfectamente podría haber llevado el tan manido hashtag #AquíSufriendo. La foto se la hizo en el año 1966 mientras participaba en la misión de entrenamiento Gemini XII, tres años antes de que Neil Armstrong y el propio Aldrin alunizaran con la misión del Apolo 11. En la web de subastas se puede leer la conversación que Aldrin mantuvo con su compañero, el astronauta Jim Lovell: «Ahora déjame levantar mi visor y sonreiré...», bromeaba el protagonista de la foto.
Tierra naciente
El astronauta William Anders realizó esta fotografía de la Tierra asomando sobre el horizonte lunar con la cámara dirigida hacia el oeste a través de la costa occidental del cráter Pasteur de la Luna. «Cuando dimos la vuelta a la parte posterior de la Luna, donde había estado tomando fotografías de cráteres cerca de nuestra trayectoria orbital, miré hacia arriba y me encontré la vista sorprendentemente hermosa de nuestro planeta natal 'elevándose' sobre el horizonte lunar. Era el único color contra la profunda negrura del espacio. En resumen, era hermoso y claramente delicado», explicó el astronauta. La imagen se tomaba a 240.000 millas terrestres de distancia.
El 'pequeño' paso
Después de fotografiar por primera vez la superficie lunar intacta, Aldrin hizo esta fotografía de la huella que dejó su bota sobre el fino suelo gris, algo que probablemente permanecerá durante muchos miles de años. Una imagen emblemática de la exploración espacial que parecía querer ilustrar aquella frase de Neil Armstrong que decía «un pequeño paso para un hombre; un gran salto para la humanidad».
Mira, mamá, sin cables...
A pocos metros del transbordador Challenger, el astronauta Bruce McCandless II flota sin ataduras sobre las nubes y con la Tierra de fondo. Era el año 1984 y aquel 'vuelo libre' duró 45 minutos a una distancia de unos 105 metros del transbordador espacial Challenger. McCandless II utilizó sus manos para controlar sus movimientos y una unidad de maniobra tripulada (UMT) propulsada con nitrógeno. Se trataba de una mochila que pesaba 140 kilos y que se acoplaba al traje espacial y se propulsaba mediante nitrógeno expulsado a alta presión. La foto marcó historia porque se trataba de la primera vez que un astronauta se movía libremente por el oscuro y vacío espacio. «Fue una sensación maravillosa, una mezcla de euforia personal y orgullo profesional. Me había llevado muchos años llegar a ese punto. Varias personas se mostraron escépticas de que funcionara y con 300 horas de práctica de vuelo estaba sobreentrenado», explicaba McCandless II al recordar aquella experiencia.
Saludo a la bandera
El astronauta James B. Irwin rinde homenaje a la bandera de Estados Unidos tras el éxito de la misión Apolo 15, el cuarto viaje tripulado a la Luna que tuvo lugar en 1971. La foto la realizó el comandante David R. Scott. Cuando descendieron del módulo de alunizaje Falcon (situado al fondo de la foto), Scott e Irwin utilizaron por primera vez un LRV, un vehículo explorador lunar, que recorrió una distancia total de casi treinta kilómetros. Al fondo se puede ver el El Mons Hadley Delta, un macizo montañoso que tiene una altura de 3,6 kilómetros por encima de las llanuras.
La canica azul
Es una de las imágenes más reproducidas en la historia de la humanidad. Muestra la Tierra desde el Mar Mediterráneo hasta la Antártida. La foto, obtenida por los astronautas de la misión Apolo 17 el 7 de diciembre de 1972, es una de las pocas que muestra la Tierra completamente iluminada ya que los astronautas tenían el Sol detrás de ellos cuando dispararon. Situados a 29.000 kilómetros de distancia, aquella esfera tenía la apariencia y el tamaño de una canica de vidrio. La del Apolo 17 fue la última misión tripulada que pisó la Luna. Desde entonces, ningún ser humano ha estado tan lejos de nuestro planeta como para conseguir una imagen completa de semejante valor. Y, aunque esta no fue la primera fotografía de una cara iluminada de la Tierra, la NASA la lanzó justo cuando tenía lugar el apogeo del activismo medioambiental en la década de los setenta, por lo que se convirtió en un símbolo de la fragilidad y la vulnerabilidad de nuestro planeta en mitad del espacio.
'Moonwalker'
Julio de 1969. La NASA lanza el Apolo 11 desde el Centro Espacial Kennedy en Florida. Cuatro días después, los miembros de la tripulación Neil Armstrong y Buzz Aldrin descienden a la superficie lunar en el Módulo Eagle y se convierten en los primeros moonwalkers. En la foto, una de las más icónicas de la historia espacial, Aldrin posa ante la cámara de su compañero Armstrong. Aquellas imágenes se publicaron originalmente en la edición de diciembre de 1969 de la revista National Geographic y se eligió esta fotografía para la portada. Desde entonces, se ha mantenido como la imagen que mejor ha definido la envergadura de la misión Apolo 11. Su belleza no solo radica en la soledad que el astronauta tiene a sus espaldas, sino en el reflejo de su visor, donde se ve a su Armstrong, el módulo lunar e incluso la Tierra. «Mientras me alejaba del Módulo Lunar Águila, Neil dijo: 'Espera, Buzz'. Así que me detuve y me di la vuelta, y luego tomó lo que se conoce como la foto 'Visor'. Me gusta esta imagen porque captura el momento de una figura solitaria contra el horizonte de la Luna, junto con un reflejo en la visera de mi casco de nuestro hogar lejos del hogar, el Eagle, y de Neil tomando la foto».
La cámara que estuvo en la luna
Las cámaras fotográficas Hasselblad fueron las responsables de documentar aquel momento histórico en el que los astronautas Aldrin y Armstrong pisaron por primera vez el suelo gris de la superficie lunar. Aquella elección fue el resultado de muchos años de cooperación entre el fabricante sueco y la NASA, y se diseñaron con una tecnología capaz de aguantar las temperaturas extremas, las vibraciones y la falta de gravedad. Sin embargo, las cámaras que participaron en aquel alunizaje y las que fueron a las siguientes misiones espaciales se quedaron allí, en la Luna. Una vez extraídas cuidadosamente las películas, los astronautas tenían la orden de deshacerse de ellas y reemplazarlas por muestras de rocas lunares. Tenían que cumplir con los requisitos de peso ligero que requería un retorno seguro. Las siguientes cinco misiones Apolo que llegarían a la Luna acabaron abandonando allí 12 cámaras Hasselblad y sus respectivos objetivos. La única cámara que tuvo la suerte de volver, la Hasselblad 500 que utilizó Jim Irwin durante la misión Apolo 15 en 1971, se subastó en 2004 y fue adquirida por el coleccionista japonés Terukazu Fujisawa por 750.000 euros.
-
1 ¿Cómo han convertido las adolescentes la medicina estética en algo tan habitual como ir a la peluquería?
-
2 Tres propuestas para que tu dieta antiinflamatoria sea, además de saludable, sabrosa
-
3 Pódcast | Drogas, abortos, abusos... el dolor de Maria Callas en el rostro de Angelina Jolie
-
4 Cada vez más cerca del otro planeta 'habitado': así trabaja el telescopio Tess
-
5 Transnistria, un lugar atrapado en el tiempo (y muy apreciado por Putin)