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¿Por qué el verano arranca ahora en mayo?

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¿Por qué el verano arranca ahora en mayo?

Sábado, 3 de junio 2023

Ya es verano. Aunque oficialmente queden 16 días para estrenar la estación, en realidad comenzó el 24 de mayo y se alargará hasta el 2 de octubre. ¿Cuatro meses y medio de verano? Sí, y más en el futuro. «Desde 1980, que es cuando empezamos a analizar este fenómeno, cada década el verano se alarga unos diez días, ya que empieza siete días antes y termina tres días después», explica Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

Veranos más largos... y más cálidos. «Cada diez años la temperatura media de junio, julio y agosto sube aproximadamente 0,3 grados». Y ya estamos en 22,5 grados. Así se han ido 'estirando' y calentando los veranos desde mediados del siglo pasado hasta hoy.

El estudio que dio la clave

Entre los años 1981 y 2010 se analizaron los valores de temperatura en diferentes estaciones meteorológicas que hay repartidas por España durante una semana: tres días antes del inicio del verano astronómico, el del calendario, vaya (21 de junio), y otros tres después. «Comprobamos que cada vez esas temperaturas propias del inicio del verano se registraban antes. ¿Cuánto antes? A razón de siete días por cada diez años», calcula el experto de AEMET. Vamos, que el calor de finales de junio en los años 80 lo tenemos ahora a finales de mayo. Dicho de otro modo, en cuatro décadas el verano meteorológico se ha adelantado casi un mes. La cifra no es exacta pero podemos situarla en la actualidad en torno al 24 de mayo.

Y parecido sucede con el fin de la estación. Se analizaron las temperaturas en los días anteriores y posteriores al 21-23 de septiembre (que es cuando el verano deja paso al otoño) y se demostró que ese ambiente 'fresco' de comienzos del otoño cada año se demoraba más, «una media de tres días por cada década». De modo que la temperatura que hacía el 21 de septiembre de 1980 se registra hoy el 2 de octubre.

Este raro mes de abril

Lo de este año, coinciden los meteorólogos, ha sido «absolutamente excepcional». «En abril se llegó a 39 grados en Córdoba y se superaron los 30 en Madrid, cifras de pleno verano», da los datos Rubén del Campo. Cierto es que luego mayo ha mostrado la otra cara de esa que se dice primavera loca: «En el norte la gente fue a votar en tirantes el otro día, pero de Madrid para abajo ha hecho muy malo».

1977, el verano fresco

La memoria es frágil, pero los datos atestiguan que 1977 fue el verano más fresco desde 1960, que es cuando empezaron en AEMET con el registro exhaustivo de las temperaturas y con los datos estadísticos. «Ese año y el siguiente las máximas quedaron cuatro grados por debajo de lo habitual y las lluvias fueron más abundantes que en la primavera. Fue un verano claramente otoñal porque una diferencia de cuatro grados es muchísimo». Fueron veranos, esos de finales de los 70, de los que ya no se esperan...

El sofoco del verano pasado

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En los años 70 la temperatura media de junio, julio y agosto era de 20,7 grados. Pero ha ido subiendo progresivamente año a año hasta alcanzar los 22,5 actuales, con algunos saltos por encima incluso de ese registro. Sucedió el año pasado, cuando el verano anotó una media sofocante: 24 grados. «Son seis grados más que hace sesenta años. ¡Y eso que es una media!».

Porque si nos fijamos en la máxima que se anotó el ejercicio pasado, el termómetro ya, directamente, se dispara: 46 grados en Morón de la Frontera (Sevilla) el 24 de julio de 2022. «Ha sido el verano más cálido de la historia, con datos de casi dos grados más de lo normal. Dos grados puede parecer poco y lo sería si estuviésemos hablando de una sola estación meteorológica, pero dos grados en el global de España, con lo extensa que es su superficie, es muchísimo».

Más olas de calor

Una ola de calor era un suceso excepcional hasta hace un tiempo. Hoy ya no. «Las olas de calor han sido el doble de frecuentes en la última década», cuando se han anotado tristes récords en este sentido. «La ola de calor más larga fue la del verano de 2015. Empezó muy pronto y duró casi un mes: del 26 de junio al 22 de julio. Poco después de esa fecha hubo una segunda ola, aunque corta, de tres días», recuerdan desde AEMET.

Aunque no hemos vuelto a vivir un mes seguido de ola de calor, el verano pasado sufrimos la «más importante» desde que hay datos registrados. «No fue tan larga como la de 2015 pero fue más intensa y afectó a más provincias», explica Del Campo. Y, además, no solo fue una. «En todo el verano tuvimos tres episodios de este tipo, que sumaron un total de 41 días. Es decir, la mitad del verano lo vivimos inmersos en olas de calor».

Decimos 'ola' de calor cuando se cumplen estos tres requisitos

Que son

  1. 1

    Intensidad: que se supere el percentil 95 de las máximas de julio y agosto, es decir, que los registros que se den esos días se encuentren en el 5% de las temperaturas más altas de esos dos meses.

  2. 2

    Ámbito geográfico: que esas temperaturas inusualmente altas afecten al menos al 10% de las estaciones meteorológicas de España. Es decir, que no sea algo puntual de una ciudad o una región pequeña, sino algo de ámbito más extenso.

  3. 3

    Duración: Que se prolongue esa situación de calor al menos tres días. A partir de ese tiempo se puede extender, como ya se ha visto, durante semanas.

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