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¿Cuántas veces en la vida cambiamos de casa?

¿Cuántas veces en la vida cambiamos de casa?

Tras unos años locos, cada vez nos quedamos más tiempo en el mismo domicilio

Viernes, 11 de noviembre 2022

Antes no era tan frecuente eso de mudarse. Tiremos de nuestra propia historia familiar... ¿Cuántos años han vivido nuestros abuelos o nuestros padres en la misma casa? Salvo algún movimiento migratorio, la mayoría podemos decir que nuestros mayores residieron siempre en la misma casa, donde muchos incluso nacieron y murieron. Y es muy posible que nosotros, siguiendo esa estela de estabilidad, hayamos crecido en la misma vivienda, aunque al llegar a la edad adulta hayamos empezado a dar algunos tumbos de casa en casa, sobre todo si la burbuja anterior a 2008 nos impulsó a cambiar de domicilio con una ligereza impropia de nuestra cultura (aunque la coyuntura económica actual nos haya echado el freno por las malas).

¿Volveremos a las viejas costumbres de movernos poco de vivienda o vamos a adquirir los hábitos inmobiliarios de cambio frenetico de lugares como Estados Unidos o algunos países europeos? ¿Cuántas veces nos cambiamos de domicilio a lo largo de nuestra vida? Una media de cuatro –los hombres algo más que las mujeres, que se quedan en tres–, según un estudio realizado por el portal inmobiliario Pisos.com, que desvela que un 75% de los españoles ya sabe lo que es lidiar con una mudanza.

Esta investigación destaca que los primeros movimientos de vivienda se realizan en el mercado del alquiler y no es hasta el tercer traslado cuando nos hacemos propietarios y pedimos nuestra primera hipoteca. Luego todavía nos queda un vaivén más, relacionado normalmente con hitos vitales, tal y como apunta Ferrán Font, director de Estudios de Pisos.com. «En España nos cambiamos de vivienda en momentos clave: la emancipación, cuando formamos una familia y cuando hay cambios en esa estructura familiar, como separaciones o fallecimientos». Es decir, suelen ser motivos de peso, de necesidad.

A estas grandes razones se unen los traslados laborales, una razón cada vez más habitual, pero no tanto como en otros países. «Esto es muy poco si lo comparamos, por ejemplo, con el mercado de EE UU, donde hay mucha movilidad laboral y cada uno se muda unas once veces durante su vida, según datos de su censo», indica Font. Además, la elevada edad de emancipación en nuestro país también influye, y mucho, en que acumulemos menos mudanzas que los ciudadanos de otros países. «Sí, en EE UU para los 30 años ya se han mudado una media de seis veces», apunta el experto inmobiliario.

«En España nos cambiamos de vivienda en momentos clave: la emancipación, cuando formamos una familia y cuando hay cambios en esa estructura familiar, como separaciones o fallecimientos»

ferrán font, director de estudios de pisos.com

¿Nos espera, como ya ocurre en otros lugares, un futuro lleno de traslados, con las cajas siempre a cuestas? Parece que no. De cara a los próximos diez años, el estudio de Pisos.com prevé que los españoles se plantearán muchos menos cambios de vivienda y consideran que la media actual se reducirá a la mitad. Es decir, volveremos a patrones 'de antes'. Y no por razones sociológicas o emocionales, sino por cuestiones más prosaicas: el precio de la vivienda, la subida de las hipotecas y la precariedad del empleo, sobre todo entre los jóvenes.

Esto reforzará la tendencia de los últimos años, que ya señalaba a los españoles como los europeos que menos cambiaban de residencia, junto con los polacos y los eslovacos. Según un estudio de la red inmobiliaria RE/MAX Europa, finlandeses, suecos y suizos, con una media de seis veces en la vida, son los europeos más proclives a mudarse. En nuestro país, son las personas que optan por vivir en pisos alquilados las que más veces se han cambiado de vivienda, lo que quiere decir que, si nos lanzamos a comprar, nos cuesta más ponerla en venta y empezar de cero en otra.

Falta de espacio

Así lo demuestran los datos del Colegio de Registradores Inmobiliarios: el año pasado, el periodo medio de posesión de las viviendas transmitidas –esto es, que cambiaron de manos– fue de 16 años, casi un 5% más que en el ejercicio anterior, lo que supone «un nuevo máximo histórico en la tendencia ascendente de los últimos años», destacan los expertos en su estadística registral inmobiliaria. «En los últimos doce años se ha superado en más del doble el periodo medio de posesión de la vivienda», añaden. Tal y como subrayan, tras el periodo comprendido entre 1997-2007, caracterizado por «un alto componente especulativo, el plazo medio de posesión se ha ido alargando».

Así, en casi todas las comunidades autónomas ha crecido el tiempo que permanecemos en una vivienda que hemos adquirido. País Vasco (23,5 años), Extremadura (19,3 años), Cataluña (19 años) y Aragón (17,7 años) son los lugares donde más años se disfruta de la misma casa, según las estadísticas de los registradores, en las que también se aprecia que el tamaño de la casa sí importa en esta cuestión: las viviendas con más metros cuadrados permanecen en las mismas manos más años. «A partir de los 60 metros, el periodo medio de posesión es de 16 años; en las viviendas entre 40 y 60 es de 15 años y en las que cuentan con menos de 40 metros son 14». Es decir, la falta de espacio es una de las causas más frecuentes cuando se le pregunta a una persona por qué se muda. Pero no la única... «En la idea de cambiarse de casa sigue habiendo un importante factor aspiracional: queremos mejorar, es una cuestión de estatus –destaca Toni Expósito, CEO del portal inmobiliario Comprarcasa–. Y también de búsqueda de calidad de vida: tras la pandemia vemos mucha gente que quiere casas con más metros cuadrados para poder teletrabajar o con zonas al aire libre libre, aunque para ello tengan que alejarse un poco del centro de las ciudades».

Las prioridades inmobiliarias van cambiando según la edad. En España –«que sigue siendo un país de propietarios», ahonda Expósito–, los 'millenials' ni sueñan con comprar una vivienda y acumulan mudanzas de piso de alquiler en piso de alquiler, pero los llamados 'boomers', los que ahora rondan los 45 años, ya presentan un perfil de comprador a largo plazo, «buscando su última casa, ya con ciertos metros cuadrados». Aunque es posible que cuando ronden la jubilación «todavía hagan un cambio más», porque al quedarse el nido vacío muchos cambian a una casa más pequeña y asequible.

Los que ahora rondan los 45 años, ya presentan un perfil de comprador a largo plazo, «buscando su última casa, ya con ciertos metros cuadrados»

toni expósito, CEO de comprarcasa

Estas son las mudanzas 'lógicas', pero también es cierto que cada vez hay más gente que parece no encontrar su sitio y que se pasa la vida de una casa a otra, reformando casas, decorando y lanzándose una y otra vez a esa aventura. Vamos, que en el mundo no escasean los que adoran cambiarse de casa y sueñan con planos y muebles. En el terreno del psicoanálisis, esta compulsión se conoce como 'síndrome de Ricitos de Oro', que es estar siempre buscando el lugar correcto sin encontrarlo, como la caprichosa niña del cuento. Se cree que este tipo de personas buscan cambios externos (en este caso de vivienda) para intentar superar problemas internos. Pero los psicólogos son muy tajantes: los descontentos nos los llevamos con nosotros cuando nos mudamos, así que ir de casa en casa no es la solución.

¿Y qué hay del polo opuesto, de los que se niegan a cambiar de domicilio aunque todo sean ventajas? Hay personas que se resisten a irse a otra casa aunque pueden permitírselo y están perdiendo la oportunidad de residir en una vivienda mejor... Los psicólogos creen que esto, llevado al extremo, tampoco indica nada bueno: es un miedo paralizante porque creemos dejar atrás nuestra única constante vital.

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