Secciones
Servicios
Destacamos
David S. Olabarri
Viernes, 9 de febrero 2024, 09:04
A la una de la tarde de ayer, junto a la puerta principal del colegio Menéndez Pelayo de Castro Urdiales, dos mujeres se fundieron en un abrazo sin mediar palabra. Eran dos madres de estudiantes del centro educativo ubicado en el barrio de La Loma. ... Estuvieron así, abrazadas, llorando, sin necesidad de dirigirse la palabra, durante un par de minutos. Después se separaron para recibir a sus hijas pequeñas, de apenas 8 años, con una sonrisa. Fue una escena breve, pero muy emotiva, de las muchas que se vivieron ayer en la localidad cántabra. Una imagen que retrata bien la profunda consternación que ha provocado el asesinato de la vizcaína Silvia López Gayubas, de 48 años, catequista en la parroquia de Castro y celadora del hospital de Cruces, a manos supuestamente de sus dos hijos adoptivos.
Cuando a las nueve de la noche del miércoles, los agentes encontraron el cadáver amordazado en el asiento trasero de su vehículo, con varias contusiones y una puñalada en el cuello, nadie podía imaginar que la investigación acabaría apuntando a sus propios hijos. Son menores adoptados, nacidos en Rusia, de 13 y 15 años, que presuntamente reaccionaron de forma violenta tras una riña familiar y decidieron acabar con la vida de su madre de una forma atroz.
El Juzgado de Menores decretó anoche el internamiento en régimen cerrado durante seis meses del hermano mayor por estimar que hay indicios de que fue el autor del asesinato.Ese medio año es el plazo máximo que la ley prevé para que se celebre el juicio. El hermano pequeño, que es inimputable por tener menos de 14 años, ingresó en un Centro de Protección de Menores.
La mujer recibió muchos golpes, sobre todo en la cabeza, y le clavaron algo punzante en el cuello
Los menores pusieron a su madre una bolsa en la cabeza y la metieron en el asiento trasero del coche
Llamaron a su abuela y le dijeron que les habían secuestrado. Luego se escondieron por Cotolino
El relato de los hechos, sobre el que aún sobrevuelan incógnitas, comienza a las nueve menos veinte de la noche del miércoles, cuando los investigadores ubican la muerte. Fuentes de la investigación apuntan a una riña doméstica como desencadenante. Algo que era habitual en esta familia, como han confirmado los vecinos de la urbanización Monte Cerredo, donde residían. «Se escuchaban gritos y discusiones día sí, día también», afirmó uno de los residentes en la urbanización, que se encuentra en las inmediaciones de la estación de autobuses.
Las fuentes consultadas en el entorno de los chicos apuntan que su adopción -con apenas 2 y 4 años- «no fue fácil». Su madre era «bastante estricta y exigente». A veces discutían por las calificaciones académicas, otras por la «alimentación» y otras «sin motivo aparente», pero siempre de puertas adentro.
Noticias relacionadas
Mariña Álvarez | José Carlos Rojo | Abel Verano
La investigación sostiene que tras esa última discusión los menores golpearon en numerosas ocasiones a su madre, sobre todo en la cabeza, y le clavaron un objeto punzante en el cuello. Todo en el interior del domicilio. Acto seguido la amordazaron y le colocaron una bolsa de plástico en la cabeza. Cargaron con ella hasta el garaje y la introdujeron en el asiento trasero del coche. Su intención era huir; pero no saben conducir, y tras poner en marcha el vehículo, lo empotraron contra la pared del garaje.
Transcurrido todo esto, los hermanos deciden llamar a la abuela, que vive en un chalé contiguo. Le cuentan que les han secuestrado y después desconectan el móvil. La mujer, alarmada, acude al domicilio familiar, donde no hay nadie. Por eso mira en el garaje, donde encuentra la escena dantesca. Inmediatamente llama a la Guardia Civil y le cuenta lo sucedido y el mensaje de sus nietos adoptivos.
Agentes de la Benemérita se presentan en Monte Cerredo y custodian el cadáver mientras otros ponen en marcha el conocido como operativo jaula, dirigido a acordonar buena parte de la localidad para inspeccionar cada vehículo que salga en busca de los menores, que supuestamente habían sido secuestrados.
La primera hipótesis apunta al marido como presunto autor de los hechos. Un delito machista; pues el modus operandi encajaba, pero es una vía que se descarta desde el minuto uno porque el hombre está trabajando en el turno de noche en una empresa metalúrgica con sede en Álava que se dedica a fabricar piezas para trenes. El dispositivo continúa. Los agentes detienen a los coches, abren los maleteros y miran en los asientos traseros. También se inspeccionan los contenedores de basura, pues hay varias conjeturas: los niños pueden estar vivos o no. Se movilizó incluso una ambulancia de la DYA ante el temor de que pudieran aparecer malheridos.
La Policía pensó en un asesinato machista, pero el marido estaba trabajando en una empresa en Álava
Los investigadores buscaban ayer el objeto punzante con el que se cometió el crimen
La víctima, catequista y celadora del hospital de Cruces, accedió a adoptar a los dos hermanos
Transcurridas cinco horas, y sin resultados de la búsqueda, los uniformados encuentran a los jóvenes en los acantilados del parque Cotolino, junto a la playa de Brazomar. Al ver a los agentes se esconden, pero ya han sido identificados. Los agentes atrapan a uno de ellos. El otro corre hacia una zona boscosa cercana y pocos minutos después lo detienen. En ningún momento confiesan la autoría de los hechos a la Guardia Civil.
Los chavales fueron trasladados de inmediato a la Comandancia del instituto armado en Campogiro (Santander). De forma paralela los agentes telefonean al padre para contarle lo sucedido. Ya en ese momento se baraja la posibilidad de que los hermanos hayan sido los autores del asesinato. «El hombre no podía creer lo que había pasado», cuentan fuentes de la investigación. A esas horas -son las siete de la mañana de ayer- los investigadores sospechan ya del mayor como autor material del crimen. Por eso continúa detenido y el pequeño pasa a disposición de la Fiscalía de Menores.
Desde esas horas la vivienda familiar está custodiada y acordonada. Desde el exterior es imposible ver nada; pero los agentes entran y salen del lugar. Sobre todo los especialistas de la división científica. ¿Cuál fue la causa que motivó esa discusión que terminó en este desenlace fatal? Las hipótesis son varias, pero ni la autoridad judicial ni la policial pueden aclararlo aún.
Los investigadores acuden también al domicilio de la familia, donde recaban pruebas y hablan con algunos vecinos de los chales contiguos, pues se trata de una urbanización de adosados. Buscan el arma homicida. A la hora del cierre de este periódico todavía no había aparecido después de haber escrutado el domicilio, los alrededores y los contenedores de basura.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.