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La operación militar que ha puesto en marcha el Ministerio de Defensa para luchar contra la propagación del coronavirus tiene un hombre relacionado con la medicina: Operación Balmis. Defensa ha escogido este nombre en homenaje al médico militar español Francisco Javier de Balmis, ... responsable de la expedición que llevó la vacuna de la viruela a América y Filipinas.
El nombre ha sido desvelado por el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Miguel Ángel Villarroya, que como sucede con todas las operaciones militares, son bautizadas con un nombre relacionado con el objetivo que busca. «Estamos ya preparados, listos y actuando para, de una forma conjunta, terminar con esta amenaza que nos acosa», ha dicho el general antes de desvelar que la operación se llama Balmis.
Francisco Javier de Balmis, un cirujano militar de reconocido prestigio y amplia trayectoria en misiones exteriores, protagonizó en 1803 la primera expedición sanitaria internacional de la historia para llevar la vacuna de la viruela al resto del mundo inoculada en el cuerpo de niños. La vacuna de la viruela, desarrollada por el inglés Edward Jenner en 1796, se mostraba como un remedio eficaz para contener la propagación del virus.
El rey España Carlos IV, que había perdido un hermano y un hijo por esta enfermedad, decidió que había que vacunar a todo el mundo. Pero en las colonias españolas americanas, donde estaba causando muchas muertes sobre todo entre la población indígena, se hacía complicado llevarla.
Por ello, en 1803, España llevó a cabo un novedoso proyecto científico-médico para erradicar la viruela en el Imperio Hispano de ultramar y para ello confió en este cirujano la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, comúnmente conocida como Expedición Balmis. En la misma, que se desarrolló hasta 1814, Balmis y el también médico Josep Salvany -que falleció en la expedición- llevaron la vacuna desde España hasta Latinoamérica y de ahí al resto del mundo.
En la expedición que salió del puerto de La Coruña el 30 de noviembre de 1803 a bordo de la corbeta María Pita, además del equipo médico liderado por Balmis, viajaron veintidós niños huérfanos -que fueron adoptados por el Rey como hijos beneméritos de la patria- que portaron la vacuna en su cuerpo con el objetivo de que se conservara en buen estado hasta que llegaran a América. A cada uno de los veintidós niños se le inyectó la vacuna y, cuando maduraba, se extraía la pulpa y se inoculaba en otro; de esta forma, se establecía una cadena que aseguraba el fluido vacunal.
La expedición llegó a Puerto Rico, Venezuela, Cuba, México y en el interior de América del Sur. Posteriormente cruzaron el Pacífico en el Galeón de Manila hasta Filipinas, pasando por el sur de China. Además del éxito médico, la expedición puso en marcha las estructuras organizativas necesarias para conservar y administrar la vacuna de la viruela.
La Operación Balmis ha desplegado más de 1.000 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en un total de 14 ciudades del país e irán extendiendo su actuación a todo el territorio en función de las necesidades que establezcan las autoridades sanitarias. Su misión de momento es la inspección de infraestructuras críticas y desinfección de aquellas zonas donde se puedan producir aglomeraciones, tales como estaciones de tren, autobús o metro.
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