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Los policías más curtidos han visto de todo y pocas cosas les sorprenden, pero una breve estancia en la morgue del Palacio de Hielo de Madrid hacía llorar como a un niño al agente más veterano. Ayer se cerró este depósito de cadáveres que ha ... acogido a 1.145 fallecidos. Ha funcionado durante esa etapa crítica en que a los hospitales no les quedaba hueco libre para guardar ni un cuerpo más. La pista recreativa fue la primera morgue que se habilitó de manera improvisada de las tres abiertas en la ciudad. La clausura de la instalación como espacio para acoger difuntos se celebró en una ceremonia solemne a la que acudió la ministra de Defensa, Margarita Robles, y las autoridades autonómicas y municipales.
La morgue es la segunda que cierra sus puertas en la Comunidad de Madrid gracias a que han bajado las muertes por covid-19. Antes, el 14 de abril, se clausuró el depósito del Palacio de Hielo de Majadahonda.
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Sin allegados de fallecidos y con la sola presencia de políticos y militares con mascarilla, el acto en homenaje a las víctimas mortales del coronavirus se desarrolló en un ambiente frío. Para Vicente Esplugues, uno de los sacerdotes que durante tres semanas han rezado un responso por los muertos, la experiencia, aunque dura, ha sido «reconfortante». En sus visitas a la instalación leía un fragmento del Evangelio, rezaba una oración fúnebre y asperjaba los cadáveres con agua bendita. En esta tarea tan solo ha estado acompañado por un miembro de la Unidad Militar de Emergencia (UME). «He visto toda la evolución, desde cuando las funerarias traían con frecuencia los féretros hasta la fase en que iba descendiendo su número hasta no haber ninguno. Conmueve observar de repente lo que antes solo veía en los telediarios. A veces se me humedecían los ojos», cuenta el sacerdote.
La ministra Margarita Robles se dirigió a los familiares de los fallecidos para decirles que podían estar seguros de que sus seres queridos no estuvieron solos y fueron tratados en todo momento «con dignidad». «No les hemos podido salvar la vida, pero que sepan que nuestras Fuerzas Armadas no les han dejado solos ni un minuto», subrayó.
El coronavirus en cifras
En este sentido, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, expresó su consternación por que la lucha contra la pandemia haya obligado a evitar que las familias acompañaran a sus muertos. «En este día se mezclan sensaciones, por un lado de tristeza a causa de tantas vidas perdidas por culpa de este virus, y por otro de esperanza, pues cada vez son más los gestos que vamos teniendo, las instalaciones que vamos cerrando, porque cada vez menos ciudadanos están falleciendo y porque cada vez vamos ganando la batalla a este virus», remarcó Ayuso.
Durante las semanas en que ha permanecido abierto el depósito, los miembros de la UME han trasladado los cuerpos desde los hospitales hasta el recinto. En los centros sanitarios, los militares desinfectaban los cadáveres y los metían en bolsas que sellaban con pegamento. A continuación los acomodaban en ataúdes para desplazarlos al Palacio de Hielo. Allí los soldados han custodiado los féretros hasta que las funerarias los retiraban para su inhumación o entierro. Las cajas mortuorias se colocaron sobre una superficie de tres centímetros de espesor para impedir que estuvieran en contacto directo con el hielo. En estas instalaciones también se almacenaron los ataúdes de cada uno de los fallecidos con el fin de evitar confusiones.
Asimismo, acudieron a la ceremonia el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida,y el jefe de la UME, teniente general Luis Martínez Meijide. Almeida sostuvo que «el mejor homenaje que les podemos hacer» a los muertos es que «el recuerdo de todos aquellos que han fallecido» se convierta en la «piedra angular» para construir «una sociedad mejor y una España mejor». Para el regidor, la morgue ha sido «un símbolo de cómo encarar una situación», dado que habido «cooperación entre administraciones y voluntad de superar la situación». Durante estos días el espacio representó la zona cero de la pandemia, el lugar desde el que se apreciaba con mayor claridad la magnitud del desastre.
Inaugurado en 2003, el Palacio de Hielo es un centro comercial y de ocio que dispone de tiendas, restaurantes, bolera, gimnasio y cines. Todos estos locales comerciales permanecen desangelados y con el candado puesto. Ubicado en el distrito madrileño de Hortaleza, el centro se halla muy cerca del recinto ferial Ifema, donde se habilitó un hospital de campaña en el que aún se encuentran más de 400 pacientes. Las tres morgues acondicionadas para hacer frente a la emergencia han recibido 1.897 fallecidos.
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