![Cuarenta millones de españoles se encierran para tratar de salvar la Navidad](https://s1.ppllstatics.com/larioja/www/multimedia/202010/29/media/cortadas/salvar-navidad-kntH-U120616446097wBH-1248x770@RC.jpg)
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España vuelve a vivir un momento crítico de la pandemia, pero esta vez mira a la Navidad. El país, con una incidencia acumulada (IA) nacional que en unos días podría superar el listón 'maldito' de los 500 casos cada 100.000 habitantes, entra de nuevo en jornadas claves para contener la curva. «Vienen 15 días decisivos para evitar un confinamiento como el de marzo», llegó este jueves a advertir el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en el Congreso de los Diputados.
España, que todavía no ha visto en las estadísticas los efectos de los toques de queda que comenzaron a imponerse la pasada semana, se lo juega todo ahora a una carta a la que nadie había apostado antes y que desde hace unos días está en boca de todos: los confinamientos perimetrales de las comunidades. El 85% de la población del país, casi 40 de los 47 millones de españoles, no podrá salir de sus autonomías durante este puente de Todos los Santos. Trece regiones y las dos ciudades autónomas han acordado encerrarse en sí mismas, en la mayoría de los casos hasta que el próximo 9 de noviembre expire la vigencia del primer decreto del estado de alarma, prorrogado este jueves en el Congreso por otros seis meses, hasta el 9 de mayo.
Este jueves se unieron a la lista de comunidades en aislamiento periférico para los próximos días tres autonomías: Madrid, sin el paraguas del estado de alarma y solo durante los puentes; Cataluña, con uno de los confinamientos más duros -junto a País Vasco y Murcia- con el cierre perimetral de la comunidad y el aislamiento municipal los fines de semana; Cantabria, que después de anunciar a principios de semana que seguiría abierta cambió de opinión a última hora, y Valencia. La comunidad que preside Ximo Puig decidió dar el paso a última hora de la tarde, después de una jornada de muchas dudas, y teniendo en cuenta de que la Comunidad Valenciana tiene el índice de incidencia más bajo de toda la península. Valencia se confinará durante siete días desde este mediodía.
Así las cosas, solo cuatro autonomías se van a salvar en los próximos días del encierro perimetral, aunque en la práctica sus habitantes lo van a sufrir casi de idéntica forma puesto que ningunas de estas comunidades son colindantes entre sí. Se trata de Canarias, que con la incidencia acumulada más baja del país (no llega a los 80 casos) no tiene ni toque de queda al no estar bajo el estado de alarma; Baleares, que es la única autonomía con estado de alarma por debajo de 200 de IA; Galicia, que lucha por mantener la incidencia poco por encima de los 250; y Extremadura, que ha decidido no encerrarse por su situación periférica, a pesar de que roza los 500 positivos cada 100.000 habitantes y que otros siete territorios con menor incidencia sí que han optado por confinarse perimetralmente. Difícil de que en este puente los habitantes de estas cuatro comunidades decidan pasarlo en alguna de las que no han decidido un confinamiento perimetral.
En Sanidad aplaudieron la decisión mayoritaria de apostar por encerrarse, sobre todo porque esperan que se traduzcan en «muchas menos interacciones» familiares en las pequeñas localidades de destino de este puente. Aún así, los expertos del departamento que dirige Salvador Illa creen que los aislamientos de los próximos días solo servirán para no hacer crecer unas tasas de infección ya de por sí «muy altas». Los epidemiólogos confían mucho más en que sean los toques de queda los que reduzcan de forma significativa la transmisión al restringir los «encuentros sociales de los más jóvenes», donde, insisten, se están produciendo el 80% de los contagios.
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Pero el tiempo apremia y la respuesta tiene que ser ya. En el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) tienen claro que si España antes de dos semanas no contiene la transmisión, el país va a superar los 500 casos de incidencia acumulada, una tasa que deberían forzar a un «confinamiento domiciliario estricto» a mediados de noviembre.
Sería una medida extrema que ni siquiera podría garantizar «algo parecido a una Navidad» . «Este puente vamos a luchar para que a finales de diciembre nos podamos ver, sin tocarnos, con nuestra familia», resume uno de los científicos que asesoran a Moncloa.
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