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J.M.L.
Toledo
Martes, 11 de junio 2024, 14:03
La oleada de robos de crucifijos y otros elementos metálicos que desde hace semanas sufren los cementerios de la provincia de Toledo ha llegado al del municipio de Los Yébenes, de 6.000 habitantes. Esta localidad ha sido la última víctima de estas bandas en ... busca de bronce y latón que después venden ilegalmente en chatarrerías y centros de gestión de residuos. En el camposanto de Los Yébenes, los ladrones se llevaron el pasado domingo 400 piezas de bronce y latón, una de ellas un busto de Juan Garoz Pedraza, un conocido taxidermista de la comarca que falleció en 1996 a los 84 años de edad. Su familia, que también se dedica a la taxidermia de piezas de caza, ha lanzado una recompensa en las redes sociales: 10.000 euros para quien dé con su paradero.
«Nuestro abuelo, herrero y taxidermista de profesión, fue una persona muy respetable, humilde y querido por su pueblo y ahora su busto estará en alguna chatarrería para ser fundido y hacer lingotes», lamenta su familia en las redes sociales al mismo tiempo que expresa su confianza «en las fuerzas del orden y en todos los chatarreros y centros de reciclaje para que nos ayuden a encontrar nuestro busto».
A esta familia y a los demás afectados por este robo el Ayuntamiento de Los Yébenes ha pedido que interpongan la correspondiente denuncia ante la Guardia Civil y la Policía Local pero los descendientes de Juan Garoz Pedraza han preferido adelantarse y ofrecen esta recompensa.
Su familia recuerda que Juan Garoz fue un hombre hecho a sí mismo. Nació en Los Yébenes el 20 de noviembre de 1912. Sin apenas estudios y a consecuencia de la prematura muerte de su padre, desde muy joven comenzó a trabajar como oficial con su hermano Félix en la herrería, único negocio familiar. Más tarde aprendió taxidermia por correspondencia y estudiando «en un establo adaptado como improvisado taller», subrayan sus familiares, que lo califican como «meticuloso en el trabajo». Juan falleció el 10 de enero de 1996 y, décadas después, el negocio familiar de la taxidermia sigue en manos de sus descendientes, que incluso han abierto un Museo de la Caza y la Naturaleza en Los Yébenes, el mismo pueblo donde Juan Garoz recibió sepultura, hoy sin su busto.
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