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J.M.L.
Toledo
Sábado, 8 de junio 2024, 12:50
Los cementerios se han convertido en objetivo de bandas de ladrones que buscan el bronce de las sepulturas –crucifijos y agarraderos laterales- para darles una rápida salida en el mercado negro de chatarrerías y centros de gestión de residuos. Aunque el precio del bronce es ... menor que el que se paga por el cobre –éste se ha revalorizado más de un 30 por ciento en el último año en el mercado ilegal-, sigue siendo un metal cotizado por el que se consiguen entre cuatro y siete euros por kilo dependiendo de la demanda.
Esto explica la oleada de robos que en las últimas semanas se ha detectado en cementerios de la provincia de Toledo. El último caso se ha dado en la localidad de Torrijos, de 13.000 habitantes, donde los amigos de lo ajeno han arrancado 134 crucifijos. El ayuntamiento de este municipio lo ha denunciado ante la Guardia Civil y ha animado a las familias afectadas a hacer lo mismo. Otros pueblos de esta provincia como Lagartera, Cebolla, Lucillos, Erustes, Alberche o Gamonal han sufrido el mismo problema recientemente.
En Cebolla, donde los ladrones se llevaron 87 crucifijos, la Policía Local y la Guardia Civil han visionado las seis cámaras de seguridad repartidas por el pueblo pero, de momento, no ha habido detenciones. En Erustes, donde han desaparecido 31 crucifijos, los delincuentes se han adelantado ya que el ayuntamiento tenía previsto instalar cámaras de seguridad en el camposanto. En la mayoría de los casos, según los investigadores, los ladrones acceden a los cementerios por caminos secundarios y poco transitados para evitar ser vistos.
Si las bandas criminales han optado últimamente por sustraer el bronce de las sepulturas es porque acceder a los cementerios, situados a las afueras de los municipios, es relativamente fácil y, sobre todo, por la rápida salida de este metal en el mercado negro. El bronce –aleación de cobre y estaño, aunque también puede contener aluminio, níquel o zinc- es considerado como un metal muy versátil que destaca por su conductividad, su resistencia a la corrosión y al roce, su durabilidad y su característico color dorado.
Por eso es muy utilizado en las industrias del automóvil y de la construcción y en el sector de la decoración. Su valor se transforma dependiendo de la pureza del material, de los precios internacionales que marcan su cotización en el Mercado de Metales de Londres (London Metal Exchange) y de la demanda que exista en cada momento. Actualmente, su precio resulta tan atractivo que los grupos criminales han elegido los cementerios para sus golpes.
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