Mocejón despide con dolor al niño de 11 años asesinado: «Gol, gol, gol, Mateo es un campeón»

Apenas hay un kilómetro y medio entre los dos lugares en los que Mocejón llora la muerte del pequeño Mateo. Sobre el suelo del primero, el polideportivo Ángel Tardío donde el niño de once años fue brutalmente asesinado a cuchillazos por un joven de 20 años con problemas psiquiátricos, se extiende una camiseta de fútbol «con la que jugar ahí arriba». Es rojiblanca, del EF Atlético Casarrubuelos. Está rodeada de velas de los mismos colores que alumbran cartulinas de las que rezuman los lamentos de un pueblo que permanece en la más absoluta desolación desde el pasado domingo. «Te vamos a echar mucho de menos. Te queremos mucho». El segundo, la iglesia del pueblo, ha acogido esta mañana el funeral en la que su familia y seres queridos, rotos por la tragedia, han despedido al pequeño y llorado su pérdida. «Toda España comparte el dolor por la muerte de Mateo», consolaba el párroco de este municipio de 5.000 habitantes, Don Rodrigo, durante la homilía. Era casi imposible encontrar palabras de consuelo.

Numerosos vecinos han querido arropar a la familia de Mateo durante la ceremonia oficiada a las doce en la iglesia parroquial de San Esteban Protomártir. El templo se ha quedado pequeño para arropar a la familia, al lado de los restos de Mateo dentro de un ataúd caoba de color beige sobre el que reposaba una corona de flores blancas. Sus tres puertas han permanecido abiertas, con gente obligada a asistir desde el exterior. Una misa para la que se ha establecido un dispositivo de seguridad, ya que la familia ha pedido enterrarlo en la más estricta intimidad. Se han desplegado una decena de voluntarios pertenecientes a Protección Civil de Borox, Magán y Mocejón, dos policías locales y varios agentes de la Guardia Civil. Después, los restos han sido enterrados en el cementerio municipal.

Durante la eucaristía los vecinos han apoyado a la familia con aplausos, pancartas y palabras de consuelo por la pérdida de un chaval enamorado del fútbol. Una mujer, que portaba un cartel pidiendo «justicia» para el pequeño, comenzó a gritar «¡Gol, gol, gol, Mateo es un campeón!» mientras el féretro ponía rumbo al cementerio, despedido entre sentidos aplausos.

La familia de Mateo ha agradecido a través de un comunicado «el gran trabajo» de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y el apoyo del Ayuntamiento de Mocejón, la Diputación de Toledo y la Delegación del Gobierno, además del apoyo de los vecinos del pueblo y toda la sociedad. En el texto también han condenado «el cruel ataque a nuestro primo y portavoz Asell Sánchez, nuestra voz y nuestro escudo en estos momentos tan difíciles y horribles que nos ha tocado vivir», en referencia al acoso que ha recibido en redes sociales al pedir que no se criminalizara a nadie por su raza o religión. La familia ha pedido «tranquilidad a todos los vecinos» en este duro momento. «No queremos venganza, queremos justicia y que caiga todo el peso de la ley para la persona que ha asesinado a Mateo», zanjan el escrito.

El brutal crimen de Mocejón ha consternado a esta pequeña localidad de Toledo. La investigación sigue abierta y este miércoles se analiza un cuchillo que se ha hallado en un descampado del municipio. Podría tratarse del arma homicida. Según ABC, uno de los cuchillos es de cocina, pero de punta afilada y «visualmente sin restos de sangre, aunque con alguna mancha». Fuentes de la investigación aseguran que el perro del servicio cinológico del cuerpo ha detectado restos biológicos humanos en el objeto hallado. También se ha encontrado otro cuchillo, pero una vecina de la localidad ha asegurado que era suyo.

Según relató el arrestado a la Policía, Juan se creyó estar en un videojuego cuando apuñaló a Mateo. Una de las hipótesis que se investigan es que el ataque al crío podría haber sido fruto de un delirio. Al parecer, no mantenía ningún vínculo con la víctima y la escogió al azar.

Por causas que se desconocen, el chico entró por una verja en el campo de fútbol de la localidad, atemorizó al grupo de niños que allí se encontraban pasando la mañana, pero se ensañó con Mateo. Fue el único que no pudo esquivarle y escapar. El arrestado, que pasará este jueves a disposición judicial, le asestó hasta 11 puñaladas y el crío falleció sin que los servicios de emergencia pudieran hacer nada por salvarle la vida.

El padre del autor confeso del asesinato fue quien aseguró a la Policía durante el registro de su vivienda que su hijo Juan Francisco sufre hasta un 75% de discapacidad psíquica, un trastorno mental que los peritos ya estudian para determinar hasta qué punto el joven de 20 años fue consciente de lo que hizo.

De padres divoriciados, a Juan le tocaba pasar una temporada con su progenitor. En la localidad madrileña de Alcorcón, él y su hermano menor residen junto a su madre y acuden a un centro de educación especial. Fernando Pérez ha desvelado que su hijo nunca ha tomado medicación. «Es un chico sano, pero no le han tratado con amor. lleva de toda la vida paseando por aquí por el pueblo y no hace nada, pero como lo ven muy rarito...», ha manifestado.

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