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Silvia Osorio
Miércoles, 21 de agosto 2024, 18:17
El padre del asesino confeso de Mateo, el pequeño que murió apuñalado el pasado domingo mientras jugaba a fútbol con su pandilla, ha roto su silencio. Él fue quien aseguró a la Policía durante el registro de su vivienda que su hijo Juan Francisco sufre hasta un 75% de discapacidad psíquica, un trastorno mental que los peritos ya estudian para determinar hasta qué punto el joven de 20 años fue consciente de lo que hizo.
Por causas que se desconocen, el chico entró por una verja en el campo de fútbol de la localidad, atemorizó al grupo de niños que allí se encontraban pasando la mañana, pero se ensañó con Mateo. Fue el único que no pudo esquivarle y escapar. El arrestado, que pasará este jueves a disposición judicial, le asestó hasta 11 puñaladas y el crío falleció sin que los servicios de emergencia pudieran hacer nada por salvarle la vida.
De padres divorciados, a Juan le tocaba pasar una temporada con su progenitor. En la localidad madrileña de Alcorcón, él y su hermano menor residen junto a su madre y acuden a un centro de educación especial. Fernando Pérez ha desvelado que su hijo nunca ha tomado medicación. «Es un chico sano, pero no le han tratado con amor. lleva de toda la vida paseando por aquí por el pueblo y no hace nada, pero como lo ven muy rarito...», ha manifestado.
El brutal crimen de Mocejón ha consternado a esta pequeña localidad de Toledo. Según relató el arrestado a la Policía, Juan se creyó estar en un videojuego cuando apuñaló a Mateo. Una de las hipótesis que se investigan es que el ataque al crío podría haber sido fruto de un delirio. Al parecer, no mantenía ningún vínculo con la víctima y la escogió al azar. Por otro lado, sigue sin aparecer el arma utilizada, que podría arrojar a los investigadores las certezas necesarias para dar con el móvil de este asesinato que no se explica nadie.
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Según publica 'El País', el padre del detenido asegura que ha podido intercambiar unas palabras con su hijo en el calabozo. No hablaron mucho, pero el muchacho esgrimió una frase un tanto desconcertante. Le digo a su padre: «'Veo máscaras, papá'», afirma Fernando. Asimismo, desvela que su hijo es bastante parco en palabras y la relación entre padre e hijo quedó dañada tras el divorcio. «Yo le digo que vea cosas de matemáticas, pero solo pone vídeos incomprensibles y escucha música repetitiva. Desde hace un tiempo ha dejado de hacerme caso. Se ha vuelto un niño contra su padre», mantiene.
El padre del detenido también está en el punto de mira. En el pueblo se conocen casi todos. Su carácter siempre se ha puesto en tela de juicio y ahora cobra especial relevancia. En declaraciones a 'ABC', Rosa, una mujer que limpió en la casa de los abuelos paterno del autor confeso de los hechos ha asegurado que «ellos preferían no quedarse con Fernando -el padre- porque sabían que a la mínima iban a recibir un grito, un empujón o un manotazo». Otros vecinos también han revelado que «Fernando es un hombre abandonado y agresivo, pero no fue a raíz del divorcio, siempre ha sido así», apunta una vecina que ha coincidido con el padre por el pueblo en más de una ocasión.
Rosa afirma conocer «mejor que nadie» a los 'Sornoso', como son apodados los miembros de la familia en el pueblo. «Los abuelos son de aquí y son un encanto, gente muy agradable y dispuestos a echar una mano. Con ellos nunca he tenido problemas. Ellos (los nietos) y Fernando ya son otro tema», atestigua. Según relata esta mujer, ha sido testigo de algunas escenas en las que Fernando se ha mostrado violento.
En más de una ocasión observó cómo el padre del detenido gritaba tanto a su exmujer como a sus hijos, a quien incluso llegó a golpear, al igual que a algunos jóvenes del pueblo por hacer alguna trastada. «Es un loco, un psicópata», asevera. Asimismo, Fernando Pérez presumía de ideas un tanto controvertidas que no resultaban de agrado en el pueblo. Durante la pandemia, se mostró contrario a las vacunas y «no quería llevar a sus padres a vacunar».«Gritaba a pleno pulmón que nos estaban implantando un chip y que era lo que nos iba a matar y no el Covid», revela esta mujer.
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