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El protagonismo del móvil y del resto de dispositivos electrónicos en la vida de niños y adolescentes y los daños de su uso inadecuado están en el centro del debate político y social. Las instituciones diseñan un plan para tratar de que los chicos españoles ... crezcan en un ecosistema digital seguro, que, entre otras medidas, incluirá limitaciones en colegios e institutos. Cada vez está más claro que se prohibirá el uso particular del móvil en los centros de Primaria y ESO, incluidos patio y recreos, para reducir el fracaso escolar y el ciberacoso, pero ya son muchos quienes reclaman abrir otro debate, el de si el creciente uso docente de pantallas beneficia o daña el aprendizaje.
Buena parte de los profesores y los pediatras piensan que se puede estar ante un uso excesivo de herramientas digitales en las aulas, que no solo no estaría beneficiando el aprendizaje sino que en muchos casos lo perjudicaría. Así lo confirma un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid y la Fundación Crecer Jugando entre profesores y estudiantes de 5 a 12 años. Nueve de cada diez maestros, el 88%, están preocupados por el protagonismo excesivo que los dispositivos electrónicos tiene en el aula y sus efectos perniciosos en el aprendizaje, especialmente en al adquisición de competencias en comprensión lectora, escritura y lectura.
El 84% utiliza pizarra digital, el 66% portátiles, el 34% tabletas y 17% móviles y hasta uno de cada cinco admite que sus alumnos se pasan más de tres horas cada día recibiendo conocimientos a través de la pizarra digital y el 13% usa en clase de forma igualmente excesiva el portátil.
Pese a ello, el 68% de los maestros no percibe que estas herramientas mejoren el desarrollo psicomotor y la expresión oral de sus pupilos y lo mismo dicen al menos la mitad sobre las habilidades en lectoescritura. La falta de avances no evita que entre el 36% y el 43% de escolares expliquen que les enseñan con pantallas Lengua Castellana y Literatura y Lengua Extranjera y que casi la mitad de ellos aclare que prefieren aprender a leer y a escribir sin dispositivos digitales.
La opinión de los pediatras es aún más radical. Reclaman que las autoridades revisen su apuesta por las pantallas en Primaria y que devuelvan el protagonismo a la lectura en papel y a la escritura a mano. Dicen no entender el porqué de estas prisas si no hay investigación alguna que demuestre que las herramientas digitales mejoren el aprendizaje y, en cambio, sí hay pruebas de que el abuso de pantallas daña el desarrollo de los niños, su salud mental y visual y les empuja a la soledad y el sobrepeso.
Piden iguales precauciones que para los nuevos medicamentos. Que no se empleen aplicaciones docentes de las que no se conozca un uso más beneficioso y sin efectos secundarios que el de los métodos tradicionales. En cualquier caso, y si se imparte docencia digital, debería ser siempre con dispositivos propiedad del centro, configurados solo para esta función y sin acceso posible a informaciones inadecuadas, y estableciendo tiempos de uso máximos estrictos. Estarán prohibidos por debajo de dos años, se usarán menos de una hora diaria para menores de 5 años y menos de dos horas para el resto.
Ambas críticas enlazan con los notables retrocesos de los alumnos de Primaria y ESO españoles en comprensión lectora en las auditorías educativas internacionales (Pirls y PISA). Un mal común a otros países europeos, en parte explicados por el efecto pandemia, pero que ya han llevado a responsables educativos escandinavos a empezar a vincularlos con el empleo de demasiada tecnología y poco papel y boli.
Los posibles daños del uso abusivo de estas tecnologías no se reducen al aprendizaje en determinadas materias. El estudio de la Universidad Autónoma señala que más de la mitad del profesorado cree que el juego con pantallas no favorece la socialización, el 75% desconfía de que mejore el desarrollo socioemocional y están divididos sobre si la prevalencia del juego digital docente es perjudicial para la salud mental. Un 40% dice tener claro que desde luego el juego educativo con pantallas ni favorece la memoria ni la concentración. De lo que está convencida la mitad de profesores es que los dispositivos digitales escolares restan tiempo de juego que, piensan, perjudica y mucho el aprendizaje vital en la infancia y la adquisición de competencias básicas.
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