Los estudiantes que se presenten a la EBAU en junio tendrán la posibilidad de examinarse de Historia de España o de Historia de la Filosofía para subir nota en los exámenes de la fase voluntaria en la mayor parte de la autonomías españolas. Podrán usar ... una u otra materia según cual de las dos troncales hubiesen descartado en las pruebas obligatorias de selectividad.
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El último borrador de la orden ministerial que regirá las pruebas de la próxima primavera, que Educación tiene previsto aprobar en breve, incorpora esta posibilidad al abanico de materias susceptibles de conformar los exámenes voluntarios que permiten elevar la nota de selectividad entre los 10 y los 14 puntos.
Hasta ahora, los alumnos podían examinarse adicionalmente para subir nota de al menos dos materias de modalidad a su elección -no usadas en la fase obligatoria- o de un segundo idioma extranjero. Con el retoque, uno de esos dos exámenes voluntarios puede ser sustituido por el descarte no usado de Historia o Filosofía. Si los alumnos hacen más de dos pruebas voluntarias, los correctores solo tomarán en cuenta para la nota de selectividad las dos con mejor resultado.
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Hasta aquí la opción que abre el ministerio. Pero quien decide qué posibilidades de las que oferta la orden de Educación sirven al final para subir nota en el acceso a cada grado es cada una de las universidades, libremente. Las reglas del ministerio solo son obligadas en la fase general de la EBAU. Y al menos cuatro autonomías, Cataluña, Galicia, Andalucía y Comunidad Valenciana, han avanzado que sus escuelas y facultades no utilizarán la nueva posibilidad de mejora de nota que abrirá el ministerio.
La EBAU del próximo año, por lo demás, será esencialmente igual que la de 2023. El adelanto electoral, en mayo pasado, y la situación de Gobierno en funciones durante más de cinco meses obligaron al Ministerio de Educación a anunciar a finales de agosto que aplazaba la reforma prevista de la selectividad, que con su nuevo formato no se implantará hasta junio de 2025.
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El borrador de orden para esta primavera mantiene el mismo número de materias a examen que en cursos anteriores: la obligatoria de cada modalidad y tres comunes (cuatro en el caso de autonomías con lengua cooficial). Todos los estudiantes se examinarán de la obligada específica, de Lengua Castellana y Literatura, de Lengua Extranjera y, en su caso, de lengua cooficial.
Solo habrá un cambio significativo, obligado por la entrada en vigor de la nueva ley educativa (Lomloe) que, tras una década como optativa en la mayoría del país, recupera Historia de la Filosofía como materia común en segundo de Bachillerato. Para no aumentar las pruebas obligatorias de la EBAU de cuatro a cinco, los alumnos deberán elegir como tercera materia común examinarse de Historia de España o de Filosofía. Eso sí, lo tendrán que hacer en la propia preinscripción, sin esperar a conocer las preguntas de las pruebas.
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La razón principal por la que Educación permite que la materia descartada (no usada en fase general) se pudiese rescatar ahora para subir nota es, de hecho, atender las peticiones en tal sentido de muchas universidades y de los profesores de Historia y Filosofía, que buscan que ninguna de las dos materias comunes quede completamente excluida de la selectividad, pues significaría casi tanto como convertirla durante el Bachillerato en una optativa, con lo que también podría ser desatendida por los alumnos.
Como en cursos anteriores, cada ejercicio de la fase obligatoria vale un 25% de la nota general y los exámenes voluntarios permiten elevarla en el tramo de 10 a 14. La nota de acceso a la universidad se forma en un 60% con la media del expediente de Bachillerato y en un 40% con el resultado de la EBAU, que como mínimo debe ser de un 4. Solo se podrá acceder a la universidad si la nota final es de al menos un 5.
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La moratoria de un año (hasta 2025) para estrenar la nueva selectividad da a los alumnos que hagan la EBAU en junio otra ventaja. En contra de lo previsto, se mantiene también el modelo de examen flexible diseñado para evitar que la pandemia lastrase las oportunidades de los estudiantes, y que se aplica desde 2020.
En esencia obliga a incluir un número de preguntas más abundante de lo habitual, que abarcan casi todo el temario, y de las que el estudiante puede escoger con total libertad cuáles contesta. En resumen, puede elegir los temas que mejor se sabe, sin penalizaciones ni exclusiones, lo que ha provocado que la nota mejore de media prácticamente un punto con respecto a 2019.
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El borrador de orden recoge también las fechas tope en que las comunidades deberán hacer las pruebas. La convocatoria ordinaria debe realizarse antes del 14 de junio. En el caso de la extraordinaria, las autonomías que decidan hacerla en julio tendrán hasta el día 12 y si escogen septiembre la fecha límite es el 13.
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