Marina Rodríguez Responsable de Violencia de Género de la Secretaría de Estado de Seguridad del Interior. Óscar Chamorro

«Denunciar los casos de violencia de género es el inicio de la salida»

«Las pulseras telemáticas son muy eficaces», asegura Marina Rodríguez, responsable de VioGén, un sistema de seguimiento de casos de maltrato

Iker Cortés

Madrid

Viernes, 6 de marzo 2020

«Denunciar los casos de violencia machista salva vidas y es necesario hacerlo sin esperar. Los primeros indicios tienen que dar lugar a la denuncia porque es el inicio de la salida». Son palabras de Marina Rodríguez Díaz, comisaria de Policía Nacional y responsable ... del área de Violencia de Género de la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior. Bajo su mando se articula VioGén, un sistema de seguimiento integral en los casos de violencia de género que no es más que un fichero policial de tratamiento de datos de carácter personal que está orientado a la prevención de este tipo de delitos y a la protección de las víctimas.

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Cuando se denuncia un caso de violencia machista, ya sea de oficio o no, se da de alta en VioGén. Es ahí donde se valora el riesgo que tiene la mujer de sufrir una nueva agresión. No es nada fácil. «Estos delitos son muy particulares», remarca Rodríguez. A menudo la víctima va poco concienciada a denunciar y lo hace por un episodio muy puntual, sin referir todo lo que ha sucedido anteriormente. Además, cabe la posibilidad de que reanude su convivencia con el agresor. En este sentido, la herramienta trata de discriminar entre todos los casos, señalando aquellos en los que es necesario volcar más esfuerzos policiales y judiciales.

Así que cuando un agente atiende un caso realiza una Valoración Policial de Riesgo (VPR), que consiste en rellenar un formulario con 35 indicadores, en base a la información que consiga de la víctima, del maltratador o de los testigos y que no solo atañen a lo que ha sucedido sino también a cuestiones de índole más personal para ver cómo de vulnerable es la víctima -si consume drogas, si cuenta con familiares en nuestro país-. «Si se hace de forma rigurosa, puede delimitar los casos entre riesgo 'no apreciado', 'bajo', 'medio', 'alto' o 'extremo'. Se trata de dar el caso armado al fiscal para que sea más fácil conseguir que el juez dé la orden de protección», resume Rodríguez sobre un sistema que desde su implantación en 2007 ha estudiado más de 500.000 casos y mantiene activos mensualmente alrededor de 60.000.

Pero VioGén no solo tiene en cuenta las predicciones del sistema en torno a unos algoritmos. «El policía también tienen la potestad de elevar el nivel de riesgo de forma manual, si lo cree conveniente», aclara la responsable. Eso sí, no todos los agentes están especializados en estos casos. «En centros urbanos y capitales de provincias las probabilidades de que una víctima sea atendida por una unidad especializada son mayores que en el ámbito rural», reconoce. No en vano, el 64% de las denuncias se producen en los núcleos urbanos y el 36% en entornos rurales. «En muchos casos, es buscando el anonimato. Al final, en un pueblo todo el mundo te conoce. Pero también tiene que ver con que en las zonas despobladas es más difícil acceder a las instituciones».

Un sistema en evolución

Desde que se puso en marcha, el sistema no ha dejado de mejorar. El plan de seguridad personalizado, con las medidas básicas que debe tomar una mujer cuando está en riesgo, se ha adaptado a las nuevas tecnologías, y desde 2019 la herramienta es capaz de predecir qué casos de riesgo 'no apreciado' o 'bajo' pueden tener una reincidencia mortal. «Antes no eramos capaces de aunar reincidencia con probabilidad mortal. Ahora el sistema usa dos escalas y cuando detecta esa posibilidad, el caso pasa a catalogarse como 'medio de especial relevancia', lo que nos permite por ejemplo solicitar pulseras telemáticas, muy eficaces contra la violencia machista», explica.

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VioGén tiene también en cuenta que el 50% de las víctimas tienen a menores a su cargo. «En muchas ocasiones ellas ni siquiera se plantean del riesgo que corren las vidas de los niños, así que les preguntamos si temen por las vidas de sus hijos, algo subjetivo, y si han sido amenazados por el agresor en algún momento, algo objetivo». Si una de las dos es afirmativa, se cataloga a los menores como vulnerables, pero si además se cumplen una serie de indicadores pasan a ser menores en riesgo que son aquellos casos en los que el maltratador puede extender su violencia a otro miembro de la familia.

Desde Interior insisten en que la clave es denunciar, algo que está calando en la sociedad. «La cifra de denuncias aumenta un 11% cada año y eso significa que las personas se han concienciado de que denunciar es mejor».

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