La erupción de La Palma se reactiva con fuerza tras un descanso

La jornada, no obstante, había sido relativamente tranquila y el volcán permaneció dos horas parado, sin emitir humo ni lava ni su rugido habitual. Luego volvió a escupir material volcánico y cenizas, al tiempo que las explosiones se reanudaron, recordando imágenes del primer día. Por un momento parecía que las coladas volvían a bifurcarse, aunque la corriente de magna surgida poco antes de anochecer parecía predominar sobre el resto.

Pero con los cráteres de Cumbre Vieja las predicciones se desbaratan una tras otra. El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, daba por seguro por la mañana que la llegada al mar del brazo incandescente era cosa de horas, lo que dibujaba un panorama «complicado». Al mediodía el volcán daba un respiro mientras la lava se topaba con la montaña de Todoque, que habrá de rodear si quiere seguir avanzando. Y cuantas más horas transcurran, más dificultades tendrá la lava de acercarse al océano, pues las anteriores coladas se habrán solidificado y los nuevos cinturones magmáticos tendrán que repetir el camino.

Fuentes del Instituto Geográfico Nacional (IGN) afirmaron que este tipo de interrupciones son normales, aunque lo anómalo es que la pausa fuera tan abrupta. El de Cumbre Vieja es un volcán muy dinámico, cuyas fases se suceden a un ritmo muy cambiante. El tremor, la huella energética de la erupción, descendió a cero a primera hora de la madrugada, circunstancia que se tradujo en que la columna de humo bajase en altura hasta los 2,5 kilómetros sobre el nivel del mar para luego casi desaparecer.

En el IGN, sin embargo, volvieron a detectar después nuevos «pulsos de columnas de humo y gases». El instituto apreció además la existencia de hasta 16 terremotos en la zona de Fuencaliente, al sur del volcán. La señal sísmica se localizó a una profundidad de diez kilómetros y los temblores tuvieron una magnitud pequeña, inapreciable para el hombre. Pudo deberse a un «reajuste de la roca» en la que se ubica la bolsa de magma que mana el volcán, si bien no se descartaba tampoco que el material subterráneo se hubiera desplazado, con el peligro de que apareciera otro centro de emisión.

Para Víctor Melo, presidente de la Asociación Volcanes de Canarias, los sismos de Fuencaliente pueden ser el anticipo de una nueva erupción a una cota más alta, a la vista de que los temblores contenían bastante energía. Con todo, se mostró partidario de esperar acontecimientos. «Todos los escenarios están sobre la mesa. No hay que dejarse llevar por las primeras impresiones personales», insistió.

Los episodios cíclicos no son fenómenos extraños en las erupciones estrombolianas de carácter fisular como la de Cumbre Vieja. La alternancia de calma y explosiones exacerbadas se ha producido con relativa asiduidad desde la primera detonación. Según explica David Calvo, portavoz de Involcan, «la variabilidad en una erupción es frecuente. Los periodos de pausa o de recarga que puede tener no implican que estemos al final de la erupción; tal cosa tendrá que esclarecerse con otros estudios».

Entretanto, la colada más reciente, que afloró el viernes y se adentró en el barrio de Todoque, dejó de recibir nuevos aportes. Era la misma lengua de fuego que engulló el domingo la iglesia, un ambulatorio y otros edificios, y eso que el barrio ya había sido asolado por otra colada anterior.

La dirección del Plan de Prevención de Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca) ordenó el confinamiento de los habitantes de cuatro barrios del municipio de Tazacorte: San Borondón, Marina Alta, Marina Baja y La Condesa. Se hizo por miedo a que la colada, al sumergirse en el mar, desprendiese gases nocivos para el sistema respiratorio. La población de los barrios afectados recibió instrucciones para que estuviera encerrada en sus casas, con puertas y ventanas clausuradas, hasta evaluar la situación.

Dos centros escolares de Santa Cruz de La Palma y Breña Alta se vieron obligados a suspender las clases para limpiar la ceniza. Ya son unos 4.400 los estudiantes afectados por la cancelación de la actividad académica, sumados 20 centros de El Paso, Los Llanos de Aridane y Tazacorte. La Consejería de Educación del Gobierno de Canarias prevé reiniciar la próxima semana las clases, aunque una de las lecciones de este volcán es que cualquier decisión que se adopte puede revocarse en cuestión de días.

Tras diez jornadas de lava y ceniza, el panorama es desolador. El frente ha arrasado más de 230 hectáreas y se ha tragado medio millar de edificios. Los palmeros están atentos a las medidas de ayuda que aprobará este martes el Consejo de Ministros.