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M. J. PASCUAL
Valladolid
Miércoles, 12 de octubre 2022, 14:21
El análisis técnico del perito de la empresa Seada sobre las unidades electrónicas del Volkswagen T-Roc de Óscar S., el informe más esperado y por dos veces reclamado por la jueza que instruye el caso Esther López, corrobora la manipulación del equipo pero al ... mismo tiempo ha destruido la esperanza de los investigadores de que, al destriparlo, les sirviera para reconstruir los recorridos, las distancias y los movimientos realizados por el principal sospechoso de la desaparición y muerte de la vecina de Traspinedo la noche de autos y los días siguientes. No se ha podido recuperar nada del contenido del ordenador de a bordo del coche, pero el dictamen deja claro que se realizaron varias manipulaciones y que en ellas tuvo que intervenir alguien «con altos conocimientos en electrónica».
El primer borrado de eventos y averías se produjo el 1 de febrero, cuatro días antes de que el cadáver de la vecina de Traspinedo fuera encontrado en una cuneta de la carretera que conduce al municipio. Además, se intentó codificar una nueva llave en el vehículo, «sin éxito alguno», puntualiza el técnico, porque el tipo de llave no lo permite, pues es necesario que se pida una MQB2 al fabricante, que está precodificada y que precisa de un posterior codificado con una máquina de diagnosis oficial.
Esa misma fecha, se indica en el informe de Seada, se intenta programar la unidad de motor, que no se consigue pero el intento queda registrado en la unidad electrónica. Además corrobora, como ya lo apuntó en un avance inicial comunicado a la jueza, que se realiza «un borrado intencionado de los diferentes eventos y averías relacionados con la manipulación electrónica, lo que impide saber y recopilar información en las fechas del hecho investigado». Para esta operación, subraya el técnico, «se requiere de un técnico con altos conocimientos en materia de electrónica del automóvil».
Hubo un segundo borrado de eventos y averías «intencionado» en la unidad de motor el 2 de abril a las 11:05:06, con 11.448 kilómetros, en la que se detecta en el cuadro de instrumentos mediante la pérdida de comunicación con el mismo. El borrado se realiza con una máquina de diagnosis estándar con un protocolo de comunicación también estándar.
El perito judicial, que ha concluido su informe con fecha del pasado viernes 7 de octubre, explica que se ha verificado la lectura de unidades electrónicas mediante la diagnosis oficial del fabricante, así como la lectura de los datos de los sistemas multimedia y llaves. Para completar su diagnosis, envió al fabricante el equipo multimedia y navegación a través de la colaboración de la Oficina Central Nacional de Interpol en Madrid y de los servicios de seguridad de Volkswagen en Alemania, con análisis directo del fabricante.
El perito se desplazó a la Comandancia de la Guardia Civil de Valladolid, donde se custodia el vehículo del investigado, el 7 de abril, para realizar la diagnosis con el software y el hardware oficial del fabricante con la llave que facilitó el propio Óscar S. y en ese momento faltaba una segunda llave. En esta primera fase, el técnico observa dos eventos registrados en la memoria de las unidades electrónicas, la primera con fecha del 1 de febrero a las 13:54:07 horas, con 10.106 kilómetros, relacionada «con el intento, no factible, de la creación y codificación de una nueva llave y posterior borrado de averías y registros». Este intento «es inviable en el momento y esa fecha» ya que, explica, «la llave viene precodificada de fábrica y no es posible codificarla». Y apostilla: el intento de codificación de la llave y posterior borrado de averías requiere de un software y un hardware «que no está al alcance de cualquier persona física y, aunque existen copias falsificadas que permiten el acceso al vehículo, no la conexión del fabricante para descargar los datos de seguridad», en este caso, Volkswagen.
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Borrar la información de eventos y averías ha impedido, concluye, extraer datos relevantes como las velocidades del vehículo, fecha y hora del momento del evento, temperaturas exteriores e interiores del habitáculo, caídas de tensión y voltaje de posibles elementos averiados y dañados. Estos datos habrían permitido a los investigadores reforzar la tesis del atropello.
Cabe indicar, insiste el perito, que «la persona que realiza el intento de codificado de llave y posterior borrado de averías, además de los registros de llave y últimos usos de esta, requiere de altos conocimientos en electrónica del automóvil».
Dos días después de la primera revisión de las centralitas, el 9 de abril, el técnico de Seada vuelve a la Comandancia para realizar un segundo diagnóstico con la llave «no suministrada». Acto seguido se hace una nueva diagnosis del vehículo y se leen los valores referidos a la otra llave y unidades electrónicas «corroborando el borrado de datos de la llave que utiliza el propietario». La que facilitó Óscar S. a posteriori solo muestra su uso en el vehículo los meses de agosto, septiembre y diciembre de 2021, además del día 6 de abril de 2022. No consta que fuera utilizada en otras fechas.
Una vez terminada la diagnosis electrónica, se desmontaron las unidades de geolocalización y almacenamiento de datos del vehículo y el 12 de abril se envían de urgencia a la empresa que fabrica los dispositivos del grupo Volkswagen. El dispositivo fue devuelto el 6 de julio y se volvió a instalar de nuevo en el coche, junto con la unidad de la llamada de emergencia y la puerta de enlace entre las unidades (gateway).
El 18 de mayo el fabricante del equipo confirmó que el propietario del coche había hecho uso de los sistemas We Connect de Volkswagen para el duplicado de la pantalla del móvil en la principal del vehículo, el acceso a internet, la conexión directa al Iphone para aplicaciones y pantalla y un sistema similar para dispositivos Android. Sin embargo, el sistema de navegación del vehículo no había sido activado por el usuario en ningún momento, con lo que no había datos almacenados. Esta es una función de pago extra que el propietario no activó en la compra del vehículo.
Para la acusación particular, la manipulación de la centralita por parte de una persona con conocimientos importantes en materia de electrónica del automóvil implica que el principal investigado del caso «contó con ayuda de terceras personas» para hacer desaparecer «una prueba especialmente importante» que pudiera incriminarle en los hechos investigados. Sin embargo, para otras fuentes jurídicas consultadas, el borrado del navegador «no implica nada, no es un delito». Aunque para la Guardia Civil, este informe pericial que corrobora la manipulación pone en duda las manifestaciones realizadas por Óscar S. en el interrogatorio judicial de abril, durante el cual, a preguntas directas de la instructora, negó que hubiera intentado duplicar la llave y llevado a cabo el borrado la centralita, así como haber tenido avería alguna en el vehículo o atropellado a Esther López.
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