Camisetas de fútbol con historia

En la Puerta del Sol de Madrid se levanta el Museo Legends, un monumento al fútbol que recorre la mejor historia del deporte rey a través de las camisetas que han vestido (y sudado) sus grandes figuras: de Maradona a Messi pasando por Pelé, Beckenbauer, Cruyff, Di Stéfano, sin olvidar la de Iker Casillas cuando levantó para España la Copa del Mundo de 2010. Son 650 «armaduras», como las llama Mauricio Ordás, el alma máter de este fabuloso ajuar del fútbol cargado de simbolismo. Las hay de todos los colores: de los grandes clubes de las principales ligas del mundo; de cada campeón de la Champions y la Copa Libertadores; de las selecciones que ganaron el Mundial, la Eurocopa o la Copa América… Todas y cada una tienen su historia detrás, con nombre y apellidos. Podían ser otras, pero hemos seleccionado estas once, un once de leyenda, con un añadido para la eternidad.

Esta camiseta, camino de ser centenaria, es con la que el gran capitán milanés Giuseppe Meazza jugó la final de la Copa del Mundo de Italia de 1934 que le enfrentó a Checoslovaquia. Ganaron los azzurri 2-1. Carecía de dorsal ya que los números en las indumentarias no se hicieron oficiales hasta casi 1950. «Tenía mucha ilusión porque era el único campeón de la historia de los Mundiales que nos faltaba. Si hacía falta entregar un órgano se entregaba, jajaja», relata Marcelo Ordás, el 'padre' del Legends. No hizo falta la cirugía, pero Marcelo tuvo que pagar por ella unos cien mil dólares.

Otra de las vitrinas más especiales del museo guarda la camiseta con la que Pelé ganó la Copa de Campeones de América de 1963, la Libertadores, el torneo de clubes más importante del continente americano. O Rei vestía el 10 del Santos, que derrotó en el partido de vuelta de la final al Boca Juniors en La Bombonera. Los paulistas también habían ganado a los argentinos en el partido de ida. Aún se pueden observar restos de las manchas en el tejido de la camiseta. Esta en concreto fue adquirida por Marcelo Ordás a Antonio Ubaldo Ratín, centrocampista del Boca, con quien Pelé intercambió la camiseta en aquella memorable final.

España jugó y ganó contra la Unión Soviética (2-1) la final de la Copa de Europa de Naciones de 1964 (lo que ahora es la Eurocopa). El partido, disputado en un Bernabéu lleno hasta la bandera, tenía en el palco al entonces jefe del Estado, Francisco Franco. A él se le atribuye que España (La Roja), por vez primera en una final y pese a ser el equipo local, jugara de azul tras soltar el dictador a un federativo el siguiente comentario en alusión a los soviéticos. «Que ellos que son los comunistas jueguen de rojo». El Legends conserva la camiseta que en aquel partido vistió de azul el mítico 4 de La Roja, Ignacio Zoco.

El Athletic de Bilbao es uno de los clubes de la Liga con notable presencia en el museo, bien a través de las elásticas rojiblancas que se enfundaron jugadores como Julen Guerrero o Íñigo Liceranzu o bien con las camisetas que vistieron en La Roja mitos como José Ángel Iribar o Telmo Zarra. Esta tan característica de Iribar fue con la que el Chopo encajó dos goles en el partido de la Copa del Mundo de 1966 de Inglaterra contra la selección de Alemania Federal (2-1) en la que España cayó en la fase de grupos. Iribar la intercambió con el guardameta germano Hans Tilkowski, que en aquel partido tenía de suplente a otra futura leyenda del fútbol: Sepp Maier.

Johan Cruyff se enfundó en el Mundial de 1974 -el que perdió la final contra Alemania- una de las camisetas más singulares de la historia del fútbol… fruto de una enganchada con Adidas. La federación holandesa negoció con Adidas para que sus jugadores vistieran la camiseta, con las clásicas tres rayas de Adidas en la manga. Pero Cruyff, que tenía un acuerdo de patrocinio exclusivo con Puma, la gran rival de Adidas, se negó a portar cualquier marca que no fuera la suya, salvo que le pagaran un extra. El 14 de los 'oranjes' llegó incluso a amenazar con dejar la selección. Para que las aguas volvieran a su cauce, la Federación y Adidas acordaron crearle una camiseta diferente a la del resto de sus compañeros, sustituyendo las clásicas tres rayas de Adidas, por solo dos. El curioso episodio acabó convirtiendo la prenda en una pieza icónica, objeto de deseo de los coleccionistas. Y a Cruyff, pese a perder la final, en la gran estrella del Mundial.

Esta tela es la del mítico 5 de Alemania Federal, Franz Beckenbauer. Marcelo la adquirió a través de Carlos Caszely, un jugador del combinado chileno frente al que Alemania Federal debutó en el Mundial de 1974 en Múnich. Aquel Mundial lo ganó la selección capitaneada por Beckenbauer tras derrotar a Holanda. El museo exhibe otra camiseta del 'Kaiser' en el Bayern, equipo con el que el capitán alemán ganó nada menos que tres Copas de Europa seguidas.

Es la camiseta más valiosa de la colección. Y sin embargo al museo no le ha costado un euro. Se trata del 10 que Diego Armando Maradona vistió en la final del Mundial de México 86 que Argentina ganó a Alemania (3-2). La zamarra del Pelusa ocupa un lugar privilegiado en la tercera planta del museo, la denominada 'La joya de la corona', de hecho la preside una réplica exacta de una corona de la monarquía británica hecha a mano por un orfebre de Buckingham. Allí se exhiben 32 camisetas de los mejores futbolistas de toda la historia. La de Maradona, en el centro de la sala, fue una donación al Legends de su propietario, Lothar Matthäus, que en aquella final le tocó marcar al 10 de la albiceleste y con quien intercambió la elástica. A Matthäus, capitán de Alemania en aquel Mundial, le ofrecieron 8 millones de euros por la prenda, pero optó por donársela a Mauricio. Hasta hace un par de años el alemán la tenía guardada en el sótano de su casa, y no precisamente en las mejores condiciones de luz y humedad. De hecho, está bastante deteriorada. Pero aún así, es la que llevó a Maradona en el Mundial que le coronó. Una armadura de leyenda.

El fútbol le debía a los´Países Bajos un título de selecciones que la 'naranja mecánica' se cobró en la final de la Eurocopa de 1988 frente a la URSS (2-0) en el estadio de Múnich, donde habían perdido el Mundial de 1974. Para aquel torneo los 'oranjes' vistieron por vez primera una elástica que incorporaba el color blanco al habitual naranja, y con un diseño inspirado en los típicos tejados a dos aguas de Ámsterdam. Era la primera vez que Holanda apostaba por una camiseta encargada ex profeso a una diseñadora holandesa. Rud Gullit, con su poca delicadeza, dijo cuando se la enseñaron: «Parece que estamos jugando con escamas de pez». Lo cierto es que él anotó uno de los dos tantos de la final; el otro fue una obra de arte de Van Basten que metió un golazo de volea enfundado en esta camiseta.

No es la camiseta con la que Iniesta marcó el histórico gol que dio a España su primer Mundial de Fútbol en Sudáfrica 2010. Ese tesoro lo conserva la viuda de Dani Jarque, el capitán del Espanyol fallecido un año antes de un ataque al corazón y al que su gran amigo Iniesta dedicó el tanto, que «más unió a un país», como apuntan en el Legends. «Esa camiseta es ciertamente histórica, pero por respeto no la hemos pedido», razonan. La que tienen expuesta en el museo es una idéntica, pero con la que Iniesta jugó el partido contra Paraguay, al que España eliminó en cuartos. La camiseta del 6 de La Roja es una de las dos que ocupan la sala dedicada al Mundial ganado por España en 2010 . En la estancia, un vídeo recrea los mejores momentos de aquella final con testimonios de sus protagonistas. Como curiosidad, el piso de la sala reproduce la posición exacta en el campo de los jugadores de la selección en el instante en que Iniesta batió a Stekelemburg, en el minuto 116 de la prórroga.

La camiseta de Iniesta comparte protagonismo con la de Iker Casillas, donada por el propio capitán de La Roja al museo Legends (de hecho es uno de los socios del proyecto). La indumentaria es la misma con la que levantó la Copa del Mundo, que presenta el característico recorte que Casillas hacía a las camisetas por debajo para que no le quedaran tan largas. Es también la que vestía justo cuando dio el famoso beso, en directo y ante millones de espectadores, a Sara Carbonero, en plena entrevista tras ganar el Mundial y que oficializó un discreto noviazgo que había comenzado unos meses antes.

Las camisetas vestidas por Messi son, junto a las de Maradona, las más buscadas entre las siete plantas del museo. El Legends exhibe la que llevó en el Mundial de Catar, no en la final (esa la conserva él) sino en un partido de cuartos. Se trata de esta de la foto y ocupa el lugar más emblemático del museo, el reservado a las 32 'Joyas de la Corona', donde comparte espacio con Maradona, Beckenbauer, Cruyff, Di Stéfano, Pele, Zidane, Ronaldo, Best, Garrincha, Puskas, Platini, Zico, Rossi, Kopa, Ronaldinho, Bobby Charlton…, o el legendario arquero del Dinamo de Moscú, Lev Yashin, la 'araña negra', el único guardameta con un Balón de Oro que lleva el número 1 a la espalda recortada a mano por él y cosido por su 'babushka' porque era muy supersticioso.

Precisamente, la última incorporación del museo es otra camiseta del 10 argentino, la rosa que se enfunda ahora en su actual equipo, el Inter de Miami. Se muestra en una vitrina especial con un espejo para que el dorsal 10 luzca como se merece. La camiseta incorpora un lazo solidario puesto que Messi la vistió en un partido benéfico. Fue una donación de Facundo Farías, compañero de 'La Pulga' en el Inter de Miami.

De las 650 camisetas expuestas en el museo solo hay una que nunca saltó al terreno de juego; por eso ocupa un lugar especial en el Legends. Es la de un jugador del Chapecoense, el equipo brasileño que el 28 de noviembre de 2016 sufrió un accidente de avión cuando volaba a Colombia para jugar la ida de la final de la Copa Sudamericana contra el Atlético Nacional de Medellín. Fallecieron 71 personas, entre ellos casi todos los integrantes de la plantilla del Chapecoense, de la que solo sobrevivieron tres futbolistas. Como homenaje a aquella tragedia, el museo muestra la camiseta del delantero Elói Castro, uno de los fallecidos. Fue donada al museo por su madre y es la única equipación que se pudo recuperar intacta del avión siniestrado, (apenas tiene despegado un escudo de la manga por el calor generado al incendiarse el aparato). No es raro ver en el museo a visitantes brasileños emocionarse ante la vitrina que recuerda la «armadura» de la tragedia.

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