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El adelando de la elecciones al 28 de abril habrá pillado a más de un seriéfilo políticamente incorrecto en plena ansia ante el inminente estreno de 'Veep' (también valdría su predecesora 'The Thick of It'). La ficción, que empezó siendo sobre ... la vicepresidenta de Estados Unidos y ya acumula 17 Premios Emmy, llegará a su fin el 31 de marzo. Donald Trump se quita a uno de sus rivales más 'serios'. Y mientras, los dirigentes buscarán el recurso facilón: 'Juego de tronos' (sí, batallita por aquí y por allá, muy obvio todo) o la reedición del eslogan «¡La fuerza está conmigo!» ('Star Wars'), que ya utilizó en PP durante la campaña de los comicios andaluces.
Parece que nuestros políticos ya se han cansado de hacer referencia a 'Borgen', la serie danesa sobre sistemas electorales multipartidistas, diálogo, consenso y gobiernos presididos por la cuarta opción en votos. Y aunque eso traído a panorama español resulte cada vez menos complicado, el retrato nórdico sigue resultando un poco florido. Contra ello, un chute de 'House of Cards' y se baja la 'tontería' en un segundo: corruptos, miserables, hackers, asesinos, y un matrimonio, los Underwood, que acaban siendo el tíque electoral en la campaña presidencial. Eso sí, ya puestos a hacer un maratón de este calibre tendríamos que valorar si quedarnos con la ex serie de Kevin Spacey y siempre de Robin Wrighto la que anticipó en lo que se convertiría: 'Scandal'. Shonda Rhimes no se suele andar con tonterías ni queriendo vender la moto, es clara y adictiva desde el minuto cero. Aquí no hay trampa ni cartón: muchos líos de faldas, padres terroristas, elecciones amañadas... ¡y una ex mujer de presidente siendo Presidenta! 'Shonda' 1 - 0 'House of Cards'. Hay quien dice que la novedad española, 'Secretos de Estado' quiso hacer algo de esto.
Pero rebobinemos y volvamos al centro. Es el turno de 'El ala oeste de la Casa Blanca', la obra cumbre de la ficción política. La serie que entretiene al tiempo que educa sobre el sistema de Estados Unidos y durante cuyas siete temporadas se viven dos procesos electorales. El segundo de ellos vence en interés puesto que sigue el día a día en una caravana electoral y (fundamentalmente) porque emitió un capítulo en directo (7x07) simulando un debate presidencial. En ese mismo tono narrativo que nos concede el beneficio de la duda («¡ah, pues es muy creíble, podría pasar!») queda la última temporada de 'The Good Wife' esa en la que el marido de 'Santa Alicia' (Peter Florrick) quiere ser presidente a pesar de los escándalos sexuales que arrastra y en la que imita la iconografía del matrimonio Obama.
Si cambiamos el foco nacional por el local pronto se nos viene a la cabeza un nombre: 'Boss', la serie en la que Kelsey Grammer no solo se caracterizaba por ser un alcalde corrupto sino por padecer una enfermedad degenerativa. O 'Show me a hero', basada en hechos reales, en la que Nick Wasicko debe iniciar la demolición de decenas de viviendas sociales como primera medida tras tomar posesión del cargo. Una serie con moraleja que lleva el sello del prestigioso David Simon ('The Wire'). Dos ejemplos si nos lo tomamos en serio. Para guasa, y con el dicho 'cuando la realidad supera a la ficción' siempre presente, 'Parks and Recreations'. ¡Cuántas escenas como las protagonizadas por Leslie Knope (Amy Poehler) vamos a presenciar los próximos meses de los líderes políticos!
Seguro que el seriéfilo políticamente avezado sabría atribuir correctamente las frases: «¿Tienen baño aquí, o suben sus zurullos a la nube?» o «Es que no es lo mismo que gobierne uno que gobierne otro, no es lo mismo, dicho de otra forma, es muy distinto». ¿Ambas de Selina Meyer, verdad? #FindelaCita.
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