La segunda temporada de la serie protagonizada por Michael Douglas y Alan Arkin deslumbra por su tono tragicómico, los guiños cinéfilos y el tratamiento maestro de temas como la vejez, la soledad y la enfermedad
'El Método Kominsky' se asomó hace un año a Netflix con el reclamo de su actor protagonista, Michael Douglas, que regresaba a la pequeña pantalla cuarenta años después de 'Las calles de San Francisco'. Ocho episodios que no llegaban a la media hora y ... que desarrollaban la relación de amistad entre dos viejos colegas que viven en Los Ángeles. Douglas encarnaba al dueño de una pequeña escuela de interpretación en Los Ángeles, un profesor que se toma en serio su trabajo pero que seguramente hubiera preferido triunfar como actor. Un galán divorciado que todavía conserva magnetismo para las mujeres y que trabaja junto a su hija, que le lleva las labores administrativas de la escuela.
Su mejor amigo posee una exitosa agencia de representación aunque ya se ha jubilado y de vez en cuando se deja caer por allí. Un hombre poderoso en Hollywood, que arrastra la fama de malhumorado y despiadado en los negocios, y a quien se le moría la mujer de cáncer en el primer episodio y ya no sabía qué hacer con su vida. Douglas, 75 años, estaba estupendo en la serie, pero quien se la llevaba de calle es su colega Alan Arkin, 85 increíbles años, que juega a humanizar su agrio y sarcástico personaje según avanzaban los episodios. El Globo de Oro a la mejor comedia avaló las virtudes de la serie.
La segunda temporada de 'El Método Kominsky' nos regala otra tanda de ocho capítulos de veintitantos minutos cada uno, que funcionan como si fueran un largometraje troceado. La vejez, la enfermedad y la soledad vuelven a ser los grandes temas de la serie de Chuck Lorre, el creador de 'The Big Bang Theory' y 'Dos hombres y medio'. Sandy Kominsky tiene cáncer y por primera vez en su vida parece ser consciente de su edad, aunque siga corriendo a por las pastillas de Cialis cuando queda con una conquista. Su amigo Norman ha reencontrado a un antiguo amor de hace cincuenta años y es presa de algo parecido a la alegría de vivir.
«Es el cuarto funeral al que voy este mes». «A nuestra edad se le llama vida social». Con chispeantes diálogos así avanza 'El Método Kominsky', que está llena de referencia cinéfilas, como las lecciones que el protagonista imparte a sus alumnos, llenas de verdad y sapiencia, variaciones de las enseñanzas de Konstantín Stanislavski. En una escena aparece Kathleen Turner como la exmujer de Michael Douglas. Sacarla en Colombia, donde transcurría 'Tras el corazón verde' que rodaron juntos hace 35 años, es un bonito guiño que muchos apreciarán. En otra, el agente llama por teléfono para pedir un favor a un poderoso miembro de la Iglesia de la Cienciología llamado Tom...
Si en la primera temporada Kominsky se masturbaba viendo porno en el iPad, su próstata le obligaba a pasar la vida en el baño y en el parque las madres le confundían con un pederasta, en la segunda sufre desmayos y brega con una libido cambiante que le devuelve a la dura realidad. La hija drogadicta de Norman, siempre entrando y saliendo de clínicas de desintoxicación, regresa al hogar familiar y adopta protagonismo, al igual que el novio de la oronda hija del protagonista, un exhippy que tiene la misma edad que él y que sufre una indisposición en un restaurante haciéndose de vientre en un de las escenas más hilarantes de la serie.
Diálogos inteligentes, actores estupendos –lo de Arkin ya es sobrenatural– y un guion que no alarga innecesariamente las situaciones y va al grano se cuentan entre las grandes virtudes de 'El Método Kominsky', un ejemplo de cómo manejar con tacto y sensibilidad materiales peligrosos. Las cuitas de estos dos carcamales en un Los Ángeles de mansiones y restaurantes con el viejo glamour de la Meca del Cine resultan divertidas y entrañables. Hasta que sobreviene la punzada del dolor y la enfermedad. Ahí reside la maestría de la serie: en lograr un tono que bascula entre la comedia y el drama, cercano a las mejores películas de Alexander Payne.
La segunda temporada de 'El método Kominsky' está disponible en Netflix.
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