Conchita Montenegro, la española que renunció a Holllywood
Lecciones de cine ·
La actriz trabajó con Buster Keaton o Robert Montgomery, abofeteó a Clark Gable y siempre se consideró culpable de contribuir a la muerte de Leslie HowardSecciones
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Lecciones de cine ·
La actriz trabajó con Buster Keaton o Robert Montgomery, abofeteó a Clark Gable y siempre se consideró culpable de contribuir a la muerte de Leslie HowardEl cine como pecado de juventud. Así vivió Conchita Montenegro, de la que se cumplen 107 años de su nacimientos el 11 de septiembre, el arte que le dio una fama que nunca quiso y a la que renunció.
Conchita Montenegro (San Sebastián 1911 – Madrid, 2007) se llamaba realmente Concepción Andrés Picado y abandonó su Donostia natal a los diez años para trasladarse a Madrid, donde comenzó a formarse y se fueron desarrollando sus cualidades interpretativas. Siendo aún adolescente marchándose a París para asistir a clases de danza y arte dramático que recibió en la Escuela del Teatro de la Ópera. Al volver a España en 1927 debuta como bailarina en Barcelona con el nombre artístico de 'Dresna de Montenegro'. Forma pareja de baile con su hermana Juanita, con el nombre de 'Las Dresnas de Montenegro', y triunfan en las principales capitales europeas, logrando un apoteósico triunfo en el teatro Romea de Madrid.
Debuta en el cine en 1927 con 'La muñeca rota' y ese mismo año aparece en 'Rosa de Madrid' y 'Sortilegio'. Será gracias esta última cuando empieza realmente su carrera como actriz, que pronto adquirirá proyección internacional.
Francia le llama protagonizar 'La mujer y el pelele' (1927), de Jacques de Baroncelli, que se convierte en una película mítica. Pero la industria cinematográfica atraviesa tiempos convulsos con la aparición del sonoro, y en junio de 1930 viaja a Estados Unidos para participar en versiones en español de éxitos hollywoodienses para los países de habla hispana, y pronto trabaja también en películas rodadas en inglés. Sería Edgar Neville quien le abriría las puertas de Hollywood y se cuenta que le presentó a Charles Chaplin que le ayudó a perfeccionar su inglés. Una de las anécdotas más curiosas del comienzo de su aventura hollywoodiense fue cuando en una prueba junto a Clark Gable, esté le dio un beso 'con lengua'.
Conchita Montenegro, que entonces tenía 19 años, no se lo esperaba y abofeteó al famoso galán. El actor Lionel Barrymore, que estaba presente en la prueba, afirmó: «Esta chiquilla dará mucho juego».
Durante poco más de un año fue estrella contratada de la Metro Goldwyn Mayer, rodando '¡De frente, marchen!' (1930), 'Sevilla de mis amores' (1930), con Ramón Novarro, 'Su última noche' (1931), 'En cada puerto un amor' (1931), 'Strangers May Kiss' (1931), y 'The Twain Shall Meet' (1931), de W.S. Van Dyke, junto a Leslie Howard, con el que inicia un apasionado romance. Tras estas películas, deja la MGM por la 20th. Century Fox, productora con las que rueda 'Cisco Kid' (1931), 'Audaz y galante' (1932), 'Receta para la felicidad' (1934) o 'El brindis de la muerte' (1934). A pesar de su éxito, en mayo de 1935 la productora no prorroga su contrato, y ella regresa Europa.
En septiembre de 1935 Montenegro contrae matrimonio en París con el galán brasileño Raoul Roulien, con el que acababa de rodar 'Granaderos del Amor' (1934) y '¡Asegure a su mujer!' (1935). Con Roulien viaja a Argentina, donde rueda la versión española 'El grito de la juventud', divorciándose poco después. Entre Francia e Italia protagoniza películas como 'La vie parisienne', (1935), de Robert Siodmak, 'Lumières de Paris' (1937) de Richard Pottier, 'Amore di ussaro', (1940), de Luis Marquina y 'Conjura en Florencia' (1941) de Ladislao Vajda.
Convertida ya en estrella, regresa a España tras finalizar la Guerra Civil y después de trece años en el extranjero, como una gran estrella internacional. En 1942 protagoniza 'Rojo y negro', del falangista Carlos Arévalo, con Ismael Merlo, que es prohibida a la semana del estreno dado que el personaje que interpretaba se enamoraba de un joven comunista, 'Boda en el infierno' de Antonio Román, 'Aventura', de Jerónimo Mihura, con José Isbert y en 1943 'Ídolos', de Florián Rey.
Conchita Montenegro mantenía su romance con Leslie Howard, entonces ya una gran estrella tras el éxito de 'Lo que el viento se llevó', que le doblaba la edad y que tenía mujer e hijos en Inglaterra. Howard viajaba frecuentemente para ver a su amada.
En plena Segunda Guerra Mundial y con los aliados dudando de la posición española en la contienda, es Churchill quien pide al actor que viaje a Madrid y que entregue un mensaje personal a Franco, ya que dudaba de la eficacia del embajador británico. Howard viaja a Madrid, y además de ver a Conchita Montenegro, se entrevista con Franco advirtiéndole que si España entra en la guerra Churchill tomaría severas represalias. Pero los espías nazis se enteran de la conversación y cuando Howard regresa a Inglaterra vía Lisboa, en un vuelo comercial, una escuadrilla de la aviación alemana derriba el avión cerca de las costas gallegas. No hay supervivientes. Era el 1 de junio de 1943. Conchita Montenegro siempre se culpó de esa muerte: «Si no lo hubiera amado...», decía.
La última película de Conchita Montenegro fue 'Lola Montes' dirigida por Antonio Román, junto a Luis Prendes en 1944. Poco después se casa con el diplomático Ricardo Giménez Arnau, antiguo delegado del Servicio Exterior de Falange y embajador ante la Santa Sede, tras lo cual se aparta de la pantalla, recupera su nombre de Concepción Andrés Picado, se niega a conceder cualquier entrevista y huye de los homenajes que le ofrecen, no queriendo saber nada del mundo del cine: Rechaza la Medalla al Mérito Artístico que el Ministerio de Cultura le quiso conceder en 1990 o los homenajes que el Festival de San Sebastián le quiso rendir en los 90, proyectando 'La mujer y el pelele' con una orquesta en directo, y el de la Academia de Ciencias Cinematográficas de España. Enviudó en 1972 y falleció en Madrid a los 95 años, por causas naturales, el 26 de abril de 2007. Su muerte tuvo escaso eco. En su testamento, donó su cuerpo a la ciencia.
La vida de Conchita Montenegro ha sido novelada por José Rey Ximena en 'El vuelo del Ibis' (2008), Carmen Ro en 'Mientras tú no estabas' (2017) y por Javier Moro en 'Mi pecado' (2018). También aparece brevemente en la novela 'El tango de la guardia vieja' de Arturo Pérez-Reverte.
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