Más cerca del thriller de espías que de la macarrada

Veinte años y 6.000 millones de dólares después, 'Fast & Furious 9' constituye la gran esperanza de los cines españoles para recuperar algo parecido a la normalidad. Tras el pinchazo la pasada semana de 'Operación Camarón', solo Dominic Toretto (Vin Diesel) puede lograr que los espectadores regresen a las salas. La historia es lo de menos: Toretto vive tranquilo con su familia hasta que vuelve a la carretera para impedir un complot a escala mundial. A las estrellas de la saga (Michelle Rodriguez, Tyrese Gibson, Chris 'Ludacris' Bridges, Jordana Brewster), se suman Helen Mirren y Charlize Theron. El luchador John Cena encarna al villano, un psicópata que además es un consumado conductor... y hermano de Toretto.

Más cerca del thriller de espías internacional que del espíritu macarra con el que nació, 'Fast & Furious 9' es la quinta cinta de la saga que dirige Justin Lin, cuyo cometido es enlazar una persecución tras otra hasta alcanzar los 143 minutos de metraje. Las estrellas, como siempre, son los vehículos, entre los que sobresale el Armadillo, un camión articulado de cuatro metros y medio de altura y 25 toneladas de peso. Solo para una escena durante una fiesta se juntaron coches por valor de 14 millones de euros: un Lamborghini Aventador SVJ, un Lotus Evora, un Ferrari LaFerrari, un McLaren 720S, un Apollo IE... Toretto sigue fiel al Dodge Charger y el malo conduce un Ford Mustang 2016 con un motor V8 de 640 caballos. Que no falte potencia.