Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Y San Mateo 2021, esas fiestas que visto lo visto han parecido más populares que culturales al menos este fin de semana, no iba a ser la excepción. Se habla de botellón histórico ... entre la noche del sábado y la madrugada del domingo en el parque del Ebro, pero, ¿qué me dicen de lo vivido en la plaza del Mercado y otros lugares del casco antiguo en esa primera jornada matea? Basta con echar un vistazo a las páginas de Diario LA RIOJA y a las galerías de larioja.com para comprobarlo. Jóvenes y no tan jóvenes reunidos por decenas en las riberas del río sin mascarillas y sin guardar distancias de seguridad alguna, sí. ¿Preocupante teniendo en cuenta que seguimos en pandemia, verdad? Aunque, díganme, ¿cuál es la diferencia con las concentraciones en las plazas y calles del centro con grupos igual de numerosos y en las mismas condiciones? Poca o ninguna si lo que de verdad importa es la salud. Otra cosa sería atendiendo a la economía, claro, pues en Logroño, lo que está prohibido es el consumo de bebidas alcohólicas en las vías o espacios públicos «fuera de los locales de hostelería debidamente autorizados (terrazas, veladores, etc.)». Difícil hallar ese 'justo medio' aristotélico, ese equilibrio entre el exceso y el defecto. Somos contradicción pura... y no poca hipocresía. Queremos recuperar la normalidad, nuestra vida de antes en la que, ¡ojo!, nunca ha sido anormal cegarse de alcohol generación tras generación cada vez a edades más tempranas. Y ya se sabe que en el país de los ciegos, el tuerto es el rey.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad