

Secciones
Servicios
Destacamos
La coalición de Gobierno PSOE-Sumar se asoma a una semana de vértigo que permitirá calibrar su grado de cohesión interna en un contexto marcado ... por las últimas discrepancias entre ambos partidos en dos asuntos nucleares: de un lado, la aceleración de la subida hasta el 2% del Producto Interior Bruto (PIB) del gasto militar comprometido por Pedro Sánchez ante la OTAN y la Unión Europea; por otro, la renuncia del presidente, que se da por consumada aunque él insista en que no da la batalla por perdida, a presentar un proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) que actualice los que llevan prorrogados desde 2022.
En este contexto, Sánchez tiene una comparecencia este miércoles en el Congreso -obligada- para dar cuenta del Consejo Europeo en el que todo apunta a que no podrá sustraerse a la diatriba sobre el incremento de los recursos económicos destinados a defensa. El otro flanco delicado para el Ejecutivo es que el próximo viernes finaliza el plazo para que el Ministerio de Hacienda presente el veto que ha anunciado contra las proposiciones de ley formalizadas en la Cámara baja por Sumar, PP y Podemos a fin de impedir, como ha impuesto María Jesús Montero, que el nuevos Salario Mínimo Interprofesional (SMI) tenga que tributar por IRPF.
El disenso entre las vicepresidentas primera y segunda, larvado en el último mes sin que constara acercamiento alguno de posiciones, aboca al Gobierno, si no media antes un acuerdo, a un choque de trenes insólito, toda vez que supondría que el grupo que comanda Díaz estaría dispuesto a hacer piña con el PP en la Mesa del Congreso para levantar el veto de Montero que además, apurando plazos, aún no ha presentado.
Así las cosas, la también ministra de Trabajo desveló -este lunes por la noche en una entrevista en TVE- que había remitido por la tarde una propuesta a Montero para tratar de abrir una vía negociadora que evite un encontronazo en sede parlamentaria de imprevisibles consecuencias, aún cuando ambos socios siguen insistiendo en que su entente política es a prueba de divergencias. La vicepresidenta segunda no anticipó lo que plantea en concreto, aunque se reafirmó en que el medio millón de perceptores del SMI obligados a cotizar no deben hacerlo.
Voces del espacio de la izquierda, entre ellos el secretario general de CC OO, Unai Sordo, han abogado por buscar una fórmula transitoria que evite a los trabajadores concernidos tener que pagar por el Impuesto de la Renta (IRPF) este ejercicio. Díaz, que en línea con lo dicho el lunes por la mañana por su partido aseveró que es «obligación» del Gobierno formalizar un proyecto presupuestario y se afanó en defender que aún es posible sacarlo adelante aunque la disposición del arco parlamentario lo contradice en estos momentos, no quiso desvelar qué propugna ahora para que la sangre no llegue al río con Montero ni tampoco cómo ha recibido su compañera en el Gabinete la oferta de una solución pactada.
Pero la vicepresidenta segunda sí quiso subrayar la contradicción que supone, a sus ojos, que Hacienda pretenda incluir en su recaudación el IRPF del salario mínimo cuando el PSE acaba de cerrar una reforma fiscal en Euskadi con sus aliados del PNV y con Podemos por la que se ha elevado en Euskadi el límite exento de tributación hasta los 20.000 euros. Dicha cuantía está claramente por encima de los 16.576 brutos anuales en que ha quedado fijado en nuevo SMI tras el repunte de 50 euros al mes aprobado por el Gobierno central.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.