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Pocas horas después de que el Grupo Socialista registrase en el Congreso de los Diputados su proposición de ley para la amnistía de los encausados por el 'procés', algo más de un millar de personas -alrededor de 1.200 según la Delegación del Gobierno- participaron ... este lunes en la undécima noche consecutiva de protestas en las proximidades del cuartel general del PSOE, en la madrileña calle de Ferraz. Lo hicieron una vez más en contra del acuerdo de los socialistas con los independentistas para la investidura de Pedro Sánchez a cambio del borrado judicial casi absoluto de las causas judiciales y administrativas abiertas contra los últimos.
Esta vez la concentración comenzó pasadas las siete de la tarde, aunque su alcance distó bastante de las 5.000 personas que se reunieron el mismo lugar el domingo al mediodía para realizar una protesta diurna. Lo hicieron entonces encabezados por el líder de Vox, Santiago Abascal, el mismo día en que más de 500.000 personas (según el Gobierno) y cerca de 2 millones (de acuerdo con los cálculos del PP) protestasen en 99 convocatorias diferentes en todo el territorio nacional.
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A la cabeza de la concentración de este lunes Ferraz también estuvo Abascal, junto a otros representantes de su partido -como el vicepresidente de Castilla y León, Juan García Gallardo-, aunque esta vez con sorpresa internacional. En concreto, estuvo acompañado de uno de los iconos mediáticos más conocidos del 'trumpismo' en Estados Unidos: el comentarista político ultraconservador Tucker Carlson, exestrella de la cadena Fox News, de la que fue despedido este año después de que dicha televisión fuera condenada por promover afirmaciones falsas de fraude electoral pronunciadas por el propio Carlson.
La publicación de los 22 folios de la proposición de ley de los socialistas pocas horas antes parecía, a priori, que iba a avivar las protestas cerca de la sede socialista en el barrio de Moncloa, convertido ya en una suerte de epicentro permanente en contra de sus pactos con Junts y ERC. En la práctica, sin embargo, la presencia de manifestantes no distó mucho de las dos noches anteriores, por debajo de los dos millares de personas.
En todo caso, el blindaje policial en las inmediaciones de la sede socialista, una noche más, fue importante. En concreto, cerca de 300 agentes de las Unidades de Intervención de la Policía (UIP, antidisturbios) que el Ministerio del Interior tiene desplegados en Madrid junto al inmueble.
El departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska también tenía desplegados anoche, en reserva, varias decenas de antidisturbios en los alrededores del Congreso de los Diputados. No obstante, el Palacio de la carrera de San Jerónimo será objeto de un blindaje mucho mayor en las próximas horas, con vistas a la sesión de investidura del próximo miércoles. Para entonces la Policía espera que miles de manifestantes protesten en los alrededores del Parlamento.
Al cierre de esta edición, en Ferraz se veían anoche menos radicales en comparación con los que reventaron en tres ocasiones las protestas, hasta entonces pacíficas, la pasada semana. Los manifestante exhibieron por primera vez carteles pidiendo una huelga general contra la amnistía -Solidaridad, el sindicato de Vox la ha convocado para el 24 de noviembre-, así como otras pancartas pidiendo la intervención de la UE para frenar la tramitación y aprobación del texto de la polémica amnistía.
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