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Ander Azpiroz
Madrid
Miércoles, 4 de diciembre 2024, 12:53
El comisario jubilado José Villarejo aseguró este miércoles en el Congreso que los atentados en Barcelona y Cambrils del 17 de agosto, en el que murieron 16 personas y los ocho terroristas que los perpetraron, pudieron haberse evitado si el CNI hubiese atendido a la ... información que le hizo llegar dos años antes referente al imán Abdelbaki Es Satty, quien había sido expulsado de Bélgica por su radicalismo. No obstante, Villarejo considera que se trató de una «negligencia» de los servicios secretos españoles y no a un plan preconcebido.
El ex policía, que mantiene decenas de causas judiciales abiertas en su contra, denunció que tras el 17-A hubo un especial interés en ocultar pruebas, empezando por no detener vivo a ninguno de los terroristas. «A alguno se le podía haber disparado a las piernas», apuntó.
Villarejo dijo de ser víctima de una persecución judicial desde el mismo 2015 hasta que en 2017 comenzó a airear que él advirtió sobre los atentados. Al frente del acoso contra su persona sitúa al ex director del CNI Félix Sanz Roldán. Todo con el propósito de hacerle callar en base a «una ley de secretos oficiales de la época de Massiel». El comisario no solo cargó contra Sanz Roldán, al que acusó de manejar las cuentas de don Juan Carlos y preocuparse más por el bienestar del emérito que por la seguridad del Estado.
Denunció que trataron de matarlo en mayo de 2018 causándole un shock anafiláctico. «Menos mal -afirmó- que en esa época no gobernaba el PSOE porque son mucho más eficientes para estas cosas que los paniaguados del PP». También reconoció una relación fluida con la ex ministra de Defensa María Dolores de Cospedal «aunque su jefe no la dejaba actuar con libertad» Ese jefe era Mariano Rajoy, «quien cambiaba sus reflexiones por un cardú». Y lamentó no haber tenido tiempo para presentar ante la comisión de investigación documentación falsa como sí hizo el ex jefe de Asuntos Internos de la Policía Marcelino Martín Blas, otro de sus acérrimos enemigos. Entre los políticos solo habló de forma favorable de Alvise, sobre el que lamentó que se le persiga por haber destapado secretos y corruptelas del Estado.
Villarejo despidió su comparecencia después de que el portavoz del PP le negase credibilidad alguna a su testimonio. «Le agradezco el insulto, lo que me preocuparía es que hablase bien de mí», concluye el ex policía.
Tras la comparecencia de Villarejo fue el turno del ex secretario de Estado de Seguridad José Antonio Nieto y del exministro de Exteriores José Manuel García Margallo. Nieto, quien desempeñaba el cargo cuando se produjeron los atentados, endosó toda la responsabilidad en los Mossos d'Esquadra, pese a catalogarlos instantes después como un cuerpo policial excelente. Sobre la posibilidad de haber evitado los atentados, añadió que «por desgracia es fácil alquilar una furgoneta y atropellar a personas en una calle masificada». Margallo respondió a las acusaciones que se han vertido sobre él desde un sector del independentismo, incluido Carles Puigdemont, de que conoció con antelación que se iban a cometer los ataques. El ex ministro las tachó de «teoría de la conspiración» y de una ofensa inadmisible contra su persona.
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