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PSOE y Sumar se han propuesto tener listo un programa conjunto de Gobierno antes de final de octubre. Cuatro semanas de plazo para limar las «diferencias sustanciales» que reconocen desde ambas partes. Aunque mantienen contactos desde finales de julio, Pedro Sánchez convocó este miércoles a ... Yolanda Díaz en el Congreso, 24 horas después de recibir el encargo de Felipe VI para acudir como candidato a la investidura. Era su primera reunión oficial y evidenciaron que las posturas están aún lejos, sobre todo en materia de jornada laboral, conciliación, vivienda o fiscalidad.
Al término de una reunión, que ambas partes calificaron de «positiva», ninguno de sus protagonistas optó por comparecer ante los medios. Por la parte de Sumar, el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, fue el encargado de desgranar en el patio del Congreso los pormenores de la cita y pidió «más ambición» a los socialistas en el desarrollo de las medidas sociales. «No concebimos otro escenario que no sea alcanzar un acuerdo que reedite un Gobierno de coalición. Pero no vale cualquier Gobierno. No podemos conformarnos con legislar al ralentí», denunció.
Después de un verano en el que Díaz ha pugnado por llevar la iniciativa en las negociaciones de investidura, sobre todo para acercar posturas con los partidos catalanes, ahora la vicepresidenta ha vuelto a recoger la bandera de las medidas sociales para presionar al PSOE. Y es que dentro de la coalición de izquierdas son cada vez más las voces, incluido Sumar, las que alertan de que la presencia del PNV y Junts en un eventual bloque de aliados de la legislatura puede ser «un freno» a las medidas que consideran progresistas. «Ya nos conocemos todos, estamos muy engrasado, por eso queremos cerrar un acuerdo por escrito», explican fuentes del partido magenta.
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Entre las peticiones que la líder gallega trasladó a Sánchez se encuentra la creación de un nuevo estatuto de los trabajadores para el siglo XXI, un asunto espinoso a tenor de la dificultad con la que se aprobó su reforma laboral en febrero del año pasado y que acabó saliendo adelante gracias al error en la votación de un diputado del PP y tras toparse con el rechazo de aliados como Esquerra o EH Bildu.
Por parte del PSOE, la ministra de Educación en Funciones, Pilar Alegría, también reconoció, en una rueda de prensa en al sede de su partido en Huesca, la «necesidad» de acelerar los contactos con Sumar «con el interés y voluntad clara de conformar un Gobierno progresista y dar a este país una legislatura de cordialidad». La dirigente socialista defendió, como hizo el lunes Sánchez, que un Ejecutivo de coalición entre ambos partidos es «el único gobierno posible».
En Sumar también confirmaron que Sánchez y Díaz hablaron de una eventual ley de amnistía «sin mantener discrepancias». La coalición de izquierdas lleva desde verano trabajando con discreción en la redacción de un borrador con un equipo de expertos para presentarlo al PSOE, pero aún no lo han hecho público. Para los socialistas el asunto, en cambio, se ha convertido en una cuestión tabú que tampoco niegan.
Alegría, por su parte, desveló los nombres que componen el equipo negociador del PSOE para la ronda con el resto de partidos. Están María Jesús Montero, ministra de Hacienda; Santos Cerdán, secretario de Organización; Hana Jalloul, secretaria de Política Internacional; Félix Bolaños, ministro de la Presidencia; los diputados Óscar Puente y José Ramón Gómez Besteiro, y la propia ministra de Educación.
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