Ione Belarra interviene en el pleno del Congreso de los Diputados. EP

ERC y Podemos avisan al Gobierno de que no privilegie a Junts y amenazan con su veto

Los dos partidos catalanes suman sus votos a PP y Vox en el Senado para reprobar al ministro Puente por su «incompetencia»

Miércoles, 25 de septiembre 2024, 12:02

«Está muy crudo». Como un canario en la mina, varios de los socios parlamentarios del Gobierno intensificaron este miércoles, en los pasillos del Congreso, su alerta de que la legislatura puede tener los días contados. La retirada de la senda de déficit y ... deuda –el paso previo para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado– y de la consiguiente votación prevista para este jueves en la Cámara baja, después de que Junts amenazara con tumbarla, fue percibida por los diputados de Podemos y de Esquerra como un punto de inflexión y, al mismo tiempo, como el inicio de una nueva negociación que puede acabar con Moncloa privilegiando, una vez más, a los de Carles Puigdemont respecto al resto de aliados de investidura igualmente necesarios.

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En otra mañana de conversaciones en torno al hemiciclo, donde se celebraba la sesión de control al Gobierno, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, defendió su posición alegando que los cuatro diputados de su partido en el Congreso «son igual de claves que los de Junts». Y a renglón seguido, lanzó una amenaza a Sánchez al advertirle de que los suyos se replantearán el apoyo a la senda de estabilidad presupuestaria, y por tanto a las Cuentas públicas, si en la negociación con Junts se incluyen «concesiones en clave conservadora».

En su turno de preguntas dentro del hemiciclo, la también diputada de Podemos advirtió a la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, con la que compartió Consejo de Ministros en el anterior Ejecutivo de coalición, que Moncloa «parece que piensa que hay que atraer solo los votos de Junts para tener mayorías al dar por descontado apoyos de grupo progresista». «Un error», lo calificó, al insistir que el respaldo de Podemos «no está garantizado», como los morados demostraron en su momento al bloquear el primer intento de la reforma del subsidio de desempleo. Fuentes del grupo parlamentario morado reconocían en privado lo que hasta ahora era tabú: «Hay que empezar a prepararse para elecciones generales, nosotras ya estamos preparadas».

Las advertencias de Belarra fueron apuntaladas después por Esquerra, quien casi recién firmado el acuerdo sobre financiación que otorgó la Generalitat a Illa y en plena pugna con Junts en Cataluña y en Madrid, que también pone ahora en cuarentena su apoyo a la senda de estabilidad. «Esto reinicia el contador», avisaron fuentes de los republicanos, que sí avaló la senda presupuestaria en el pleno de julio en el que Junts sumó con PP, Vox y UPN para tumbarla.

Las costuras con las que Sánchez garantizó su investidura empiezan a descoserse a base de votaciones perdidas. En noviembre del año pasado, aglutinó una mayoría de 179 votos a favor sobre 171 en contra. Pero en las últimas semanas, esta aritmética parlamentaria se ha empezado a tambalear. Primero, con el voto del PNV a favor de reconocer a Edmundo González como presidente «legítimo» de Venezuela,      que quebró al bloque de investidura con 177 votos a favor, 164 noes y una abstención (la de José Luis Ábalos) –Junts no participó al celebrarse la Diada–; el 18 de septiembre, los de Puigdemont se unieron de nuevo a PP, Vox y UPN para tumbar la propuesta de Sumar para regular los alquileres temporales (172 diputados a favor y 178 en contra). Y hoy, finalmente, no se votará la senda de gasto, como estaba previsto, por el temor del Gobierno a sufrir su 36º derrota parlamentaria en lo que va de legislatura. El tercer mazazo en quince días y un augurio del «vía crucis» que le espera al Ejecutivo.

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«Vamos tirando»

El PNV no atisba un adelanto electoral ni aunque Sánchez no logre sacar adelante los Presupuestos. Pero la inquietud sobre el devenir de la legislatura sí cunde entre los peneuvistas, especialmente después de que el Gobierno haya retirado la senda de estabilidad. Incluso el socio minoritario de la coalición, Sumar, empieza a resignarse a las negociaciones de infarto «semana a semana», con Junts como principal actor. «Vamos tirando», describen gráficamente en las filas moradas.

Por si fuera poco, Junts y ERC unieron sus votos ayer en Senado a los de PP – con mayoría absoluta en la Cámara alta– y Vox para reprobar al ministro de Transportes, Óscar Puente, «por su manifiesta incompetencia en el desempeño de su labor». El tercer miembro del Gobierno de Sánchez en verse en esa tesitura tras Fernando Grande-Marlaska (Interior) y Félix Bolaños (Presidencia).

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