Secciones
Servicios
Destacamos
Las jornadas de infarto se han convertido en rutina para el Gobierno. El jueves Pedro Sánchez volvió a sortear el desastre con la aprobación final de una reforma fiscal que dista mucho de ser la que habría deseado pero que le valió para solicitar ... a la UE al día siguiente el quinto pago de los fondos de plan de recuperación por valor de 25.000 millones de euros entre subvenciones (en torno a 8.000 millones) y préstamos. El Congreso también levantó el veto del Senado a la ley de eficiencia de la Justicia, proyecto estrella del 'superministro' Félix Bolaños. Pero lograrlo costó al Ejecutivo una vez más mucho esfuerzo.
En 24 horas quedó condensada la esencia de este mandato. Nervios a flor de piel, negociaciones extenuantes hasta el último minuto y cesiones al grupo que más aguanta la posición sin pestañear y que sirven, en el mejor de los casos, para solventar el problema urgente, la votación del día, pero abren en el medio plazo nuevos frentes con los demás. «Llevamos un año de legislatura y parece un lustro», resumía a la puerta del Hemiciclo un diputado del bloque de investidura. «Esto hoy puede acabar como la 'Matanza de Texas' o 'Emmanuel negra en el valle de los zombies' (título de una canción del grupo Colonia Jardín versionada por Siniestro Total)» ironizaba a su vez, con las conversaciones aún empantanadas, un dirigente socialista.
Noticias relacionadas
Melchor Sáiz-Pardo
Sánchez trató de desdramatizar la situación ya por la noche, desde Bruselas, con una interpretación positiva de los hechos. «Creo que esto dice mucho de lo que está haciendo este Gobierno desde hace ya seis años y es sudar la camiseta. Peleamos todos los partidos, hasta el último minuto, hasta el último segundo. No damos por perdido ninguno. Esa es la actitud que pido a mis ministros y ministras», adujo. Que los partidos no se dan por perdidos, sin embargo, es tan cierto como que el más importante, el crucial, el de los Presupuestos, no se ha disputado porque el Gobierno ha ido retrasando su celebración por temor a una derrota.
La Constitución establece que el Gobierno debe presentar su proyecto ante el Congreso «al menos tres meses antes» de que expiren las Cuentas del año anterior, esto es, como tarde el 30 de septiembre. El Ejecutivo está funcionando con los Presupuestos de 2023 porque nunca llegó a presentar los de 2024. Inicialmente, porque estaba en funciones y no tenía potestad para hacerlo. Y después porque la convocatoria de las elecciones catalanas en primavera hacían difícil el imprescindible apoyo de Junts y ERC.
Los congresos de estas dos fuerzas para renovar su liderazgo este otoño han sido el último argumento para dar una patada al balón. Así que, por segunda vez, se prorrogarán las Cuentas de 2023, aunque Sánchez asegura que no va a «obviar» su responsabilidad de llevar las del próximo año a las Cortes y se fija de plazo el primer trimestre del año.
La perspectiva ya ha hecho que sus aliados parlamentarios se sitúen en posición de máximos. Porque también sufren los sinsabores de formar parte de una mayoría poco heterogénea y con visiones contrarias en determinados asuntos, como la política fiscal, y también ellos tienen que hacer ver a sus electorados que cuando ceden no es porque no peleen. La duda es cuánto tiempo les va a compensar mantener la situación.
Por lo pronto, el «calvario judicial» que el PP augura una semana sí y otra también a Sánchez – especialmente intenso en esta última semana con la declaración de su esposa, Begoña Gómez, ante el juez, el suplicatorio solicitado por el Supremo para juzgar al exministro Ábalos o los informes de la Guardia Civil sobre los volcados de los móviles del fiscal general, Álvaro García Ortiz, o el exlíder del PSOE-M Juan Lobato– no hacen mella en la actitud de su potenciales aliados. Pero el jefe del Ejecutivo siempre ha pensado que la aversión al PP y Vox era el mejor pegamento y, aunque ni Junts, ni sobre todo el PNV, estén dispuestos a unirse a ellos para tumbarle, ya han demostrado no tener miedo a hacerlo ocasionalmente cuando les convenga; el jueves, para derogar el impuesto extraordinario a las energéticas que los socialistas y sus socios en la izquierda querían hacer permanente.
Los únicos que expresamente garantizan su intención de dar estabilidad al Gobierno, en realidad, son los nacionalistas vascos y EH-Bildu. El resto, no. Desde el partido de Carles Puigdemont –que ahora exige a Sánchez que se someta a una cuestión de confianza como elemento de presión para hacer realidad promesas como el traspaso integral de las competencias sobre inmigración a Cataluña– a Podemos –que copiando el 'modus operandi' de los posconvergentes en la negociación de la ley de la eficiencia de la Justicia no solo logró el compromiso de que una enmienda del PNV para agilizar los juicios en delitos de 'okupación' será modificada sino que también se llevó la prórroga de seis meses de la bonificación del transporte público y de un año del 'escudo antidesahucios'–, todos enseñan los dientes.
Los mensajes de que la credibilidad de Sánchez está en mínimos y que debe cumplir sus compromisos pendientes para que algunos de los grupos se sienten siquiera a negociar los Presupuestos son ya constantes. Tras su nueva elección, en segunda vuelta, como líder de ERC, lo hizo Oriol Junqueras, que recordó que está pendiente el concierto catalán. Pero también la portavoz de Coalición Canaria, Cristina Valido, puso en valor su escaño en la sesión de control del jueves y, tras recordar al presidente asuntos pendientes en materia de inmigración o infraestructuras, le espetó un «no somos sus socios». Incluso la vicepresidenta Yolanda Díaz, cabeza de Sumar en el Gobierno, estalló contra el PSOE el jueves por no querer forzar que la reducción de la jornada laboral a 37,5 sea aplicable ya en 2025:_«¿Cómo hacemos política, engañando a la gente?».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.