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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se comprometió con Gabriel Rufián en la Moncloa a convocar este mismo mes la mesa de diálogo con la Generalitat. Reanudar los contactos políticos sobre Cataluña es condición 'sine qua non' para que los republicanos accedan, al menos, a ... abordar los Presupuestos de 2021, y el Ejecutivo ha resuelto no taponar ninguna vía. Ni la de Esquerra, la opción preferente de Unidas Podemos, ni tampoco la de Ciudadanos. Pese a que una no parece compatible con la otra.
Gobierno y Generalitat deben acordar ahora una fecha para el encuentro del foro de diálogo. Lo que Rufián propone es que la reunión se desarrolle «a mediados de septiembre». El día es relevante, porque el Tribunal Supremo tiene previsto celebrar el 17 la vista oral para resolver sobre la inhabilitación de Quim Torra por un delito de desobediencia.
La portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, no puso, en todo caso, inconveniente a que la cita se fije en el plazo que baraja Esquerra. «A la mayor brevedad», añadió. Pero serán ahora los gabinetes de ambos Gobiernos los que consensúen el calendario. Y el concierto del presidente catalán, que en el pasado ha mostrado reticencias, es imprescindible.
Gabriel Rufián - Portavoz de ERC en el Congreso. «Pactar los Presupuestos con Ciudadanos conllevará incomodidades terribles y, 'de facto', a la larga, la muerte de este Gobierno»
María Jesús Montero - Portavoz del Gobierno. «El Gobierno no va a elegir, hace un llamamiento a todos y pide generosidad para que no se produzcan vetos cruzados»
Joan Baldoví - Diputado de Compromís. «Compromís tiene voluntad de votar que sí a los Presupuestos, pero han de ser sociales y progresistas»
Aunque Rufián aseguró este jueves no contemplar la posibilidad de que Torra rechace una reunión –«sería la antipolítica»–, la portavoz de Junts per Catalunya en el Congreso, Laura Borràs, fijó condiciones previas. «Si Pedro Sánchez acepta hablar de autodeterminación, buscamos día y hora para la mesa de diálogo, que tiene sentido para negociar. Si es para una foto, no es necesaria», trasladó la formación catalana en una nota tras una videoconferencia con el jefe del Ejecutivo.
En realidad, el diálogo con la Generalitat forma parte del acuerdo que el PSOE selló con Esquerra para hacer viable la investidura de Pedro Sánchez. Y su cumplimiento es, según puntualizó Rufián, indispensable para que los republicanos puedan entrar en la segunda fase: la de explorar un acercamiento presupuestario. En todo caso, las relaciones que el Gobierno cultiva con Ciudadanos alejan las posibilidades de entendimiento con la formación independentista.
O las cuentas públicas con Esquerra o las cuentas públicas con Inés Arrimadas. Esa fue la disyuntiva que trasladó Rufián. No hay posibilidad, vino a decir, de aunar bajo un mismo paraguas presupuestario a ambas fuerzas políticas. «Gobernar –zanjó– es elegir». Vaticinó, además, que el Ejecutivo pagará una elevada factura si acuerda los Presupuestos con Ciudadanos: «No sólo comporta políticas regresivas, sino que también conllevará incomodidades terribles y, 'de facto', a la larga, la muerte de este Gobierno».
Preservar la suma con Esquerra y el resto de formaciones que auparon a Sánchez a la Moncloa es, desde luego, la hoja de ruta que más simpatías genera en Unidas Podemos, que la semana pasada hizo públicas sus reservas a una aproximación a Ciudadanos. Esa postura quedó, en todo caso, reconducida. Los dos socios de Gobierno han decidido elaborar un borrador conjunto, con la huella de los dos partidos, y buscar después complicidades en el arco parlamentario. Sin excluir a nadie.
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Sánchez sondeó este jueves a otros líderes políticos, algunos, aliados tradicionales y comenzó a esbozar una posible mayoría. Aunque el PNV también entiende que lo «lógico y coherente» sería preservar la red de la investidura, el portavoz de los nacionalistas vascos en el Congreso, Aitor Esteban, certificó en la Moncloa su disposición a negociar. La próxima semana comenzarán las reuniones.
En el caso de Compromís y Más País, que se vieron con el jefe del Ejecutivo vía telemática, el punto de partida tampoco fue el quién, sino el qué. Sus representantes reclamaron unas cuentas progresistas y sociales.
El Gobierno, mientras tanto, que tiene muy en cuenta la disposición de Ciudadanos, rechazó «elegir», como sugirió Esquerra, y llamó a los partidos a aparcar los «vetos cruzados» con el argumento de lo excepcional del contexto. «Serán unos Presupuestos progresistas –garantizó Montero–, pero no autoexcluyentes. Tenemos que trascender esquemas clásicos».
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