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Cristian reino
Barcelona
Jueves, 3 de septiembre 2020, 11:54
Quim Torra ha provocado una crisis de gobierno cuando está en la recta final de su mandato. El presidente de la Generalitat, que el próximo 17 de septiembre será juzgado en el Tribunal Supremo por un delito de desobediencia por el que sería condenado a ... una pena de inhabilitación que le apartaría del cargo, ha llevado a cabo esta mañana su primera remodelación de calado en el ejecutivo catalán. Torra ha decidido sustituir a tres consejeros: Àngels Chacón, de Empresa; Miquel Buch, de Interior; y Mariàngela Vilallonga, de Cultura.
La salida de Chacón estaba cantada después de la ruptura entre JxCat y el PDeCAT. La exconsejera de Empresa era la única dirigente del Govern que había decidido permanecer en el PDeCAT y no se había sumado al proyecto de Puigdemont en JxCat. Chacón, una de las voces más templadas del Ejecutivo catalán, suena además como posible candidata de la formación de Mas en las próximas elecciones catalana. Buch también llevaba tiempo en la cuerda floja, sobre todo tras los disturbios de hace año en las manifestaciones de respuesta a la sentencia del Supremo contra los líderes del 'procés'. Buena parte del independentismo pidió su cabeza por la actuación de los Mossos. Sus diferencias con Torra vienen de lejos.
Los cambios han sido anunciados esta mañana por el Palau de la Generalitat a través de una nota de prensa. Los sustitutos son: el abogado Miquel Samper será el nuevo consejero de Interior, la profesora Àngels Ponsa, la titular de Cultura, y el economista Ramón Tremosa, nuevo consejero de Empresa. El presidente de la Generalitat ha firmado esta mañana los decretos de nombramiento. Esta tarde, tomarán posesión los nuevos consejeros. Se había especulado con que Laura Borràs regresara al ejecutivo como consejera de Cultura, pero de momento seguirá como cabeza de filas de JxCat en el Congreso.
La crisis de gobierno aleja el escenario electoral en Cataluña. Torra podría ser inhabilitado en un mes, pero apuesta por la continuidad de su ejecutivo. El lunes pasado, en TV3, llamó a las fuerzas secesionistas a no investir a ningún presidente como sustituto, si es condenado. Si no hay presidente alternativo elegido por la Cámara catalana, la presidencia interina recaería en Pere Aragonès, actual vicepresidente, que pilotaría el Govern hasta las próximas elecciones.
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