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Pedro Sánchez emprende hoy su primer viaje internacional como presidente de turno del Consejo Europeo tras lograr ser designado jefe del Ejecutivo la semana pasada en el congreso y celebrar este miércoles en el Palacio de la Moncloa el primer Consejo de Ministros de su ... nuevo equipo. Acompañado del primer ministro belga, Alexander de Croo, que le relevará en enero, el presidente español visita Oriente Medio justo cuando Israel y Hamás acaban de sellar una tregua de cuatro días a cambio de la iberación de 50 rehenes israelíes, mujeres y niños, de los cerca de 250 que permanecen retenidos en Gaza y la excarcelación de 150 mujeres y niños palestinos. El pacto debe permitir también la entrada de cientos de camiones con ayuda humanitaria, suministros y medicamentos a la Franja de Gaza después de siete semanas de bombardeos y bloqueo, tras los brutales ataques de la organización terrorista en suelo israelí el 7 de octubre.
La gira de Sánchez -que en apenas dos días se reunirá en Jerusalén con el presidente de Israel, Isaac Herzog, y el primer ministro del Estado hebreo, Benjamin Netanyahu, mañana jueves por la mañana; por la tarde, con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, en Ramala, capital de Cisjordania, y, ya el viernes, en El Cairo, con el presidente de Egipto, Abdel Fattah Al Sisi, interlocutor clave en la región, y el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit- forma parte del intento de la UE de desempeñar un papel más activo en la resolución de un conflicto que se prolonga ya más de medio siglo, a pesar de las distintas sensibilidades entre los estados miembros.
El mandatario español visitará, entre otras cosas, el paso de Rafah y el kibutz de Be'eri (aunque esto último está en el aire) apenas tres días después de que el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, regresara de otra gira de cuatro días por Jerusalén, la Cisjordania ocupada, Baréin, Arabia Saudí, Qatar y Jordania para abordar el acceso humanitario a Gaza y una solución al conflicto a través del diálogo. En esa visita, Borrell exhortó a Israel a no dejarse «consumir por la ira» y fue muy claro en su mensaje, tras 47 días de combate que comenzaron con la incursión de unos 3.000 milicianos en Israel, la masacre de más de 1.200 personas y el rapto de más de 240, y que se ha cobrado ya 12.700 vidas en la Franja, según el Ministerio de Salud palestino en la Ribera Occidental, 5.000 de ellos, niños y unos 1,7 millones de desplazados. «Un horror no justifica otro horror», insistió el jefe de la diplomacia europea.
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Miguel Ángel Alfonso
En el debate de su investidura, Sánchez fue también muy contundente y exigió la «liberación inmediata» de los rehenes en manos de Hamás al tiempo que hizo un llamamiento a Israel para un alto al fuego y proclamó su rechazo a la «matanza» en Gaza. Anunció además que su Gobierno -del que ahora forman parte dos ministros que votaron en contra de la resolución del Parlamento Europeo que condenó la brutalidad de los ataques del 7 de octubre, Ernest Urtasun y Sira Rego- trabajará en Europa y España para el reconocimiento del Estado palestino.
Las diferencias en el anterior Consejo de Ministros, del que formaba parte Podemos, ya provocó un choque a principios del mes pasado con la embajada de Israel, desde la que se emitió un comunicado en el que se atribuía a una parte del Gobierno español el alineamiento con un terrorismo «tipo ISIS». El Ejecutivo respondió de forma tajante tildando de «falsedades» esas acusaciones y, finalmente, el incidente quedó saldado, según el ministro de Exteriores, José Luis Albares, tras su intervención y el recordatorio de que solo el presidente y él mismo expresan la voz de España en la materia.
Uno de los objetivos que ahora persigue el presidente, y en el que cree necesario trabajar desde ya, sin esperar al fin de la guerra, es la celebración de una conferencia de paz internacional en un horizonte de seis meses, como propuso el pasado 26 de octubre en Bruselas. Entonces, alegó que esa meta podría servir para que la comunidad internacional se sienta implicada y se pueda encontrar «definitivamente» una solución de dos Estados a la que, no obstante, Israel sigue siendo reticente. Por ahora, la iniciativa cuenta con el respaldo de la UE, la Liga Árabe y la Conferencia Islámica. Hasta 84 países, según el Gobierno.
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