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La voluntad de Pedro Sánchez se abre camino en las federaciones socialistas. Lo que hace unos meses amagaba con ser un proceso de renovación de liderazgos peleado o, como poco, marcado por las escaramuzas orgánicas en un buen número de territorios, va camino de convertirse, ... con la única incógnita de lo que pueda ocurrir en febrero en las primarias del PSOE de Aragón, en una transición pacífica a la medida de los deseos del presidente del Gobierno. Este martes, la renuncia del secretario general de los socialistas de Castilla y León, Luis Tudanca, y del número uno del PSOE de Andalucía, Juan Espadas, a pelear por sus cargos allanaron el camino a la elección del alcalde de Soria, Carlos Martínez, y, salvo sorpresa, a la 'coronación' de la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
La apuesta de Sánchez por la que es a día de hoy también vicesecretaria general de todo el PSOE como secretaria regional y líder de la oposición frente al popular Juanma Moreno no siempre estuvo clara y llega tras una honda reflexión. Las implicaciones que esta decisión puede tener en el funcionamiento del Ejecutivo y del partido son importantes, pero en las últimas semanas había ido creciendo la presión en torno a su designación como única solución de consenso capaz de evitar el enfrentamiento que ha caracterizado la vida de la que sigue siendo la federación más numerosa de la formación –con 40.000 militantes al corriente de pago– en los últimos años. «Es lo que todo el mundo pensaba y piensa que es lo mejor», sostienen fuentes de la dirección.
En su despedida, Espadas evitó confirmar abiertamente que si se ha echado a un lado es para ceder el paso a la número dos del Gobierno, pero era un secreto a voces –al menos, desde que a finales de diciembre empezó a sonar el nombre de Juanfran Serrano, número dos de la secretaria de Organización en la ejecutiva federal, como posible relevo promovido por Ferraz y respaldado por la agrupación de Jaén– que solo la candidatura de Montero le haría apartarse. Por ella sí estaba dispuesto a no plantar batalla.
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Paula De las Heras
El anuncio de la claudicación del exalcalde de Sevilla ha llegado en todo caso casi al límite del plazo y bastantes días más tarde de lo que pretendían buena parte de los líderes provinciales. Los aspirantes a liderar el PSOE andaluz tenían entre este martes y el viernes a las 14:00 horas para presentar sus precandidaturas. Montero anunciará la suya este miércoles, en Sevilla, ante un grupo de militantes.
Espadas, al que el presidente del Gobierno apoyó en 2021 para enterrar de una vez por todas a Susana Díaz, su gran adversaria hasta 2017, remarcó que cede el testigo a una «opción ganadora» y aseguró, en un claro rejón a la expresidenta de la Junta, que a diferencia de lo que le ocurrió a él, unirá sus fuerzas a las de esa candidatura para vencer al PP, algo que él no ha sido capaz de hacer en estos años, en los que el PSOE no solo no ha recuperado el poder autonómico, del que disfrutó durante 36 años seguidos hasta 2018, sino que ha visto desplomarse su suelo. En las locales de 2023, los populares fueron por primera vez la fuerza andaluza con mayor número de votos, ganaron Sevilla, la joya de la corona, y vencieron en todas las capitales de provincia, a excepción de Jaén.
Este martes, anunció su intención de presentarse de nuevo a las primarias –ya lo hizo en las de 2021– el catedrático de la Universidad de Sevilla Luis Ángel Hierro, que tendrá que reunir unos 5.000 avales para concurrir de manera efectiva. Pero la victoria de la vicepresidenta primera del Gobierno, hasta hace no tanto renuente a asumir esta responsabilidad, se da por descontada. Y con ella ya serán cinco los ministros a los que Sánchez impulsa para competir por los gobiernos autonómicos tras Óscar López en Madrid, Diana Morant en la Comunidad Valenciana, Pilar Alegría en Aragón y Ángel Víctor Torres en Canarias.
El Gobierno obvia, de momento, las disfunciones que esta duplicidad pueda provocar. En Moncloa esgrimen que no serán los primeros en compatibilizar el cargo ministerial con el de líder de la oposición y apuntan a Javier Arenas, presidente del PP de Andalucía y ministro de Trabajo entre 1996 y 1999, como precedente. Pero el caso de Montero es singular porque como ministra de Hacienda puede ser vista como juez y parte en decisiones relevantes como la negociación de la condonación de la deuda autonómica prevista para este mes. «Aparte de ser una enorme política tiene una inmensa capacidad de trabajo», replicó aun así este martes la ministra portavoz.
El liderazgo en Castilla y León no suscitará tanto problema. A pesar de que el PP apunta al ministro Óscar Puente, es la candidatura del alcalde de Soria la que se espera en el PSOE. Tudanca, que hace solo unos meses dio muestras de estar dispuesto a resistir entre acusaciones de desestabilización contra la secretaría de Organización del partido, tiró ayer la toalla con una reivindicación de su gestión pero sin una mala palabra hacia sus críticos. «Las primarias –defendió– no están hechas para matarnos siempre».
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