Sánchez, el pasado sábado en Vigo. EFE

Sánchez se aferra al sueño de una estocada letal para Feijóo y el PP no canta victoria

Los populares temen un susto de última hora en Galicia por exceso de confianza mientras el PSOE se encomienda al BNG

P. De Las Heras | M. E. Alonso

Madrid

Lunes, 12 de febrero 2024, 00:14

La experiencia del 23 de julio aún pesa en el ánimo de los dos grandes partidos tanto como para no apearse los unos de que en Galicia «hay partido» y no confiarse los otros en que la victoria está hecha. Pero en el ecuador de ... la campaña a la presidencia de la Xunta, a solo una semana de la votación, un escalofrío recorre la columna vertebral del PSOE. «No despegamos», reconocen tanto en Ferraz como en el PSdeG. Si hay alternancia, no estará liderada por los socialistas.

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Pedro Sánchez, que había concebido la cita como una ocasión inigualable para asestar a Alberto Núñez Feijóo una estocada letal, no se rinde. En total participará en seis actos de partido desde el inicio oficial de la campaña hasta su cierre, jueves y viernes, sin contar dos actos institucionales estratégicamente agendados como la visita a los astilleros de Navantia en Ferrol, en la que anunció la construcción de un nuevo buque con una inversión de 439 millones de euros, y por la que la Junta Electoral Central le ha abierto expediente, y un acto por el Día de la mujer y la niña en la ciencia, hace tres días en La Coruña.

Los suyos admiten, sin embargo, que las cosas no pintan bien pese a esa pulsión de cambio que se detecta en algunas encuestas. Las esperanzas de que su candidato, José Ramón Gómez Besteiro, lograra volver a situar al partido en segunda posición por detrás del BNG se esfumaron hace ya semanas. Ahora el objetivo, en medio de un evidente desánimo, es mejorar siquiera mínimamente los 14 escaños de 2020, el peor resultado de su historia, y su máxima aspiración, poco estimulante para buena parte de su electorado, según advierten fuentes de la formación a pie de calle, es poder contribuir a que el BNG arrebate el Gobierno al PP. Una opción que las últimas encuestas no dan por imposible.

«La última semana es clave», insisten en la dirección del partido en Galicia y coinciden en Madrid. «Tenemos recorrido al alza –esgrimen en Ferraz por aquello de ver el vaso medio lleno– pero tendríamos que lograr una movilización que hasta ahora no hemos logrado». El desembarco de ministros, la presencia activa del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y la implicación del propio Sánchez pretenden generar ese impulso.

Tanto en la ejecutiva federal como en el territorio aseguran que no es la amnistía o el ruido de la política nacional lo que les está pasando factura. Y si así fuera, la defensa de la «reconciliación» y los indultos «condicionados» que Feijóo hizo este sábado en Lugo podría rebajarla. Pero, a su juicio, la batalla no está ahí: «Estamos haciendo un esfuerzo por que se entienda que se está votando sobre Galicia», dicen.

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División de la izquierda

En los comicios municipales de mayo del pasado año, el PP alcanzó en Galicia un 38,45% del voto, el PSdeG un 29,17% y el BNG un 17,25%. Una extrapolación de ese resultado dejaría a Alfonso Rueda fuera de la Xunta. Pero no es realista porque, por alguna razón, el PSOE nunca logra que sus electores se impliquen en las autonómicas como en el resto de elecciones. Los propios socialistas estiman que el PP está ahora en un 45-46% del voto. «Y para que haya posibilidad de cambio tendría que bajar al 42%», añaden.

Los optimistas se aferran a que el número de indecisos es aún elevado y a que, cada vez más, el voto se decide en el último momento; a que Rueda no es un candidato ilusionante y a Feijóo se le percibe «claramente nervioso». Aunque en el puesto de mandos socialista tampoco se engañan. «Sumar ya no existe en la campaña, Podemos menos y Vox es un holograma en Galicia», resume un dirigente. El resultante es que la división de la izquierda penaliza al PSOE y la decisión de Santiago Abascal de presentar candidaturas apenas supone un rasguño para los populares.

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Su vaticinio es que el partido de Yolanda Díaz se quedará a unas décimas de lograr escaño por La Coruña y Pontevedra y que ese 'pico' que le falta se lo llevará la formación de Ione Belarra que ni siquiera llegará al 1% de voto.

Unos y otros dan por sentado que el aire demoscópico sopla a su favor del PP, pero tampoco en Génova dan el partido por ganado. Instan a rebajar expectativas y no fiarse de los sondeos. «Nos va bien pero acuérdate de julio», repiten prudentes con la mente puesta en los errores del 23-J, cuando las encuestas les hicieron creer que llegarían a la Moncloa pero no fue así. Ahora, la media de los sondeos da a los populares una victoria holgada aunque por debajo del 48% de los votos y los 42 escaños de 2020, cuatro por encima de la absoluta.

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Presencia permanente

En el equipo de Feijóo insisten en que repetir esa hazaña es «dificilísimo». Consciente de ello, el líder del PP ha asentado su cuartel general en la región gallega convencido de que su imagen suma, no resta. Hoy hará un paréntesis en la campaña para presidir el comité de dirección y se volverá a echar a la carretera para seguir peinando la comunidad mientras denuncia los «agravios» a la agenda gallega derivados de los «privilegios» de Sánchez al separatismo, o la desafección del Ejecutivo hacia el campo o las infraestructuras gallegas sin perder de vista la amnistía ni los ataques de los socios del PSOE al poder judicial.

Los conservadores necesitan una victoria rotunda porque no tendrán nadie con quien pactar salvo, si logra representación, la Democracia Ourensana del populista Gonzalo Pérez Jácome. La entrada de Vox en el Parlamento gallego tampoco se contempla en Génova por más que en la formación de Abascal aseguren que sus 'trackings' internos les sitúan a las puertas y que siguen en la pelea por un escaño en La Coruña y Pontevedra. «No entran ahora ni tan siquiera si se extrapolan los datos de julio», aseveran las fuentes consultadas.

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Las claves

14 escaños

Los socialistas, que en 2020 tocaron suelo, no han logrado por ahora que su campaña despegue.

Sin representación

Sumar y Podemos pelean por entrar en el Parlamento, aunque no lo tienen nada fácil.

Prudencia

Génova aprende de los errores del 23-J y busca una movilización total para revalidar la absoluta

Alternancia

Los sondeos apuntan a que un Gobierno liderado por los nacionalistas y su candidata, Ana Pontón, no es imposible

Los populares están obligados a situarse claramente por encima del 45%, absorber prácticamente todo el voto de la derecha y confiar en que la fragmentación de la izquierda los ayude a superar la barrera de los 38 escaños. «Hay que arañar cualquier voto posible», insisten en Génova, donde ven al BNG al alza y al PSOE «desesperado». Prueba de esa desesperación, recalcan en el PP, es que su candidato Gómez Besteiro «ni tan siquiera ha dejado el acta en el Congreso».

Los populares confían en convertir la noche del 18-F en un duro revés para Sánchez y poder coger impulso para los comicios vascos y los europeos. Toda ayuda es poca y, por eso, además de la presencia de Feijóo y del expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, los conservadores han echado mano del presidente andaluz, Juanma Moreno, que este fin de semana desembarcó en la contienda con varios actos junto a Rueda. En la recta final de la campaña será el turno de la madrileña, Isabel Díaz Ayuso, quien ya recibió una sonora ovación cuando, en enero, el candidato a la Xunta se rodeó de todos los líderes regionales del PP en un acto preelectoral sin Feijóo.

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