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Empieza a ser una tradición el abucheo al presidente del Gobierno, siempre que sea socialista, en el desfile militar que conmemora la Fiesta Nacional. Este martes no fue una excepción, y mientras el Rey era saludado con vítores y aplausos de los asistentes más cercanos ... a la tribuna de autoridades, Pedro Sánchez fue recibido y despedido con insultos mezclados con gritos de dimisión.
La Moncloa había diseñado un operativo para exponer lo mínimo al presidente del Gobierno. Llegó al paseo de la Castellana apenas dos minutos antes de que lo hicieran los Reyes para que la previsible acogida cariñosa a Felipe VI y doña Letizia ahogara los también previsibles abucheos. Pero los gritos de «okupa, parásito, mentiroso» y algún otro epíteto junto a los clásicos de «fuera, fuera, y Sánchez dimisión», se impusieron en decibelios a la ovación y los «vivas» a los Reyes. También fue jaleada la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. La escena se repitió al final de la parada militar.
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No fue una sorpresa porque el ritual se repite desde el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero. Los abucheos cesaron con Mariano Rajoy, y se han recuperado con mayor ímpetu con Sánchez tras el paréntesis del año pasado por la pandemia. Para el exvicepresidente Pablo Iglesias la explicación es una «obviedad» y evidencia que «la monarquía es un símbolo político de la derecha y de la ultraderecha». Ni la Moncloa ni la Zarzuela hicieron comentarios sobre la situación vivida en el paseo de la Castellana. Solo Vox compartió los improperios. Su diputada Macarena Olona señaló que cuando Sánchez «pisa la calle» y y deja de estar «escondido en su palacio con su corte de palmeros» es «normal» que se encuentre con recibimientos como el de ayer.
Fue, de todas maneras, el único incidente con lectura política de un día sin sobresaltos. Hubo «buen rollo», sintetizó el alcalde madrileño y portavoz del PP, José Luis Martínez Almeida. Un clima cordial que, sin embargo, no facilitó el acercamiento entre el Gobierno y la oposición. Sánchez y Pablo Casado no intercambiaron ni media palabra.
La Fiesta Nacional sí que sirvió para contrastar las diferentes interpretaciones de los líderes políticos de la dimensión de la Fiesta Nacional. Yolanda Díaz introdujo un elemento novedoso al defender la tesis del papa Francisco sobre la colonización de América. La vicepresidenta segunda escribió en Twitter que debería ser «un día para reflexionar sobre nuestro pasado compartido (con América) y trabajar por reconciliarnos». Díaz se remitió a la carta del pontífice a los obispos mexicanos del mes pasado, en la que pidió en nombre de la Iglesias Católica «perdón por los pecados personales y sociales, por todas las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización» de América.
Un mensaje muy diferente al que ayer mismo difundió el líder del PP en esa red social. Pablo Casado festejó «con orgullo la Fiesta Nacional y el Día de la Hispanidad, más este año frente a la falsa leyenda negra contra la Historia de España, que ha sido fundamental para la humanidad». Una visión similar a la del líder de Vox, Santiago Abascal, para el que la colonización ha sido «la mayor obra de hermanamiento universal, que puso fin al genocidio entre pueblos indígenas y trajo el mestizaje de España y América».
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El presidente del Gobierno se alejó del pasado y señaló también en Twitter que el 12 de octubre tiene que ser un día para reivindicar «lo que nos une, lo que nos engrandece como sociedad, lo que hace de España un país acogedor, abierto, diverso».
Un debate histórico inusual entre los líderes políticos españoles, pero que a falta de los temas de confrontación habituales sirvió para comprobar la disparidad de opiniones sobre qué entiende cada uno por hispanidad.
El Departamento de Estado de Estados Unidos ha agradecido al Gobierno de España su «colaboración» durante los últimos 20 años en Afganistán y le ha felicitado por la celebración de la Fiesta Nacional, que se celebra este martes.
Así, el secretario de Estado, Antony Blinken, ha remarcado el «trabajo conjunto» entre ambas administraciones para «poner a salvo» a quienes apoyaron los esfuerzos colectivos en Afganistán. Para Blinken esto fue un testimonio de «solidez» de los lazos bilaterales que unen a Estados Unidos y España, y ha confirmado que es «en esta línea» en la que espera viajar a territorio español el próximo verano para participar en la Cumbre de la OTAN.
Además, el Departamento de Estado considera a España «un aliado de la OTAN y un amigo de Estados Unidos», una relación que se «refleja» en los intercambios económicos, culturales y educativos entre los ciudadanos de ambas naciones. «En esta ocasión especial, esperamos profundizar nuestra amistad, fortalecer nuestros lazos y ampliar nuestra cooperación basada en nuestros valores compartidos. Mis mejores deseos para una feliz Fiesta Nacional de España», ha zanjado. «En nombre del Gobierno de Estados Unidos y del pueblo estadounidense, envío mis mejores deseos al pueblo de España al celebrar su Día Nacional», ha expresado Blinken.
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