Secciones
Servicios
Destacamos
La primera votación del debate de investidura protagonizado por Alberto Núñez Feijóo certificó ayer que el líder del PP no cuenta con los apoyos necesarios para ser presidente del Gobierno.El desarrollo del debate dejó además claro que tampoco los tendrá el próximo viernes, en ... su segundo y definitivo intento. Los 178 noes del PSOE, Sumar, Junts, ERC, Bildu, PNV y BNG suman más que los 172 de los populares, Vox, UPN y CC. Pero más allá de para constatar lo que ya era obvio, el pronunciamiento de los diputados sirvió a otro fin: hacer correr, como marca el artículo 99 de la Constitución, los dos meses de plazo de los que ahora dispondrá Pedro Sánchez para amarrar su reelección antes de que se produzca una repetición electoral automática.
Los socialistas mantienen su optimismo respecto a la posibilidad de cerrar un pacto que incluya a todos los que ya apoyaron la designación de Francina Armengol como presidenta del Congreso o incluso a los que hace una semana votaron a favor de la reforma del reglamento de la Cámara para que, como exigieron ERC y Junts, el catalán, el euskera y el gallego puedan ser empleados en pie de igualdad con el castellano, es decir, todos los que ayer votaron en contra de Feijóo más Coalición Canaria. Aunque el PNV espetara al presidente del PP que ellos no descartan unas nuevas generales. Y aunque los secesionistas catalanes, en competición y a la gresca, no se hayan apeado ni un ápice de sus posiciones de máximos. Al revés.
En la cúpula del PSOE siempre han admitido que es la pugna entre los de Carles Puigdemont y los de Oriol Junqueras lo que más puede complicarles las cosas. El lunes los republicanos ya lanzaron un primer aviso al afirmar que la negociación de la amnistía para los encausados del 'procés' -no reconocida aunque tampoco desmentida por el presidente del Gobierno en funciones– está ya encauzada y que ha llegado el momento de hablar del referéndum de autodeterminación. Algo en lo que insistió el martes Pere Aragonés, en el debate de política general celebrado en el Parlament. El mismo debate en el que ayer Junts le advirtió de que o abandona la «sumisión» al Estado y vuelve a abrazar la unilateralidad o tendrá que convocar elecciones.
Noticias relacionadas
Miguel Ángel Alfonso
Javier Varela
Ni ese forcejeo ni el éxito logrado por Alberto Núñez Feijóo a la hora de cohesionar a su partido con la manifestación del pasado domingo contra la amnistía, primero, y la transformación de su discurso de investidura en un alegato contra la claudicación frente al independentismo, después, han quebrado la voluntad de Sánchez. De hecho, donde los populares ven una actuación que refuerza el liderazgo de su presidente nacional y lo consolida como alternativa, los socialistas reconocen un mero episodio pasajero, prolegómeno, dicen, de la muerte política del líder de la oposición.
Tampoco las dos últimas jornadas de debate parlamentario han abierto más grietas de las ya conocidas en el partido de Sánchez. Con la excepción de dirigentes históricos, del presidente castellano-manchego Emiliano García-Page y del exjefe del Gobierno aragonés, Javier Lambán, la formación se mantiene en la adhesión inquebrantable a las volubles directrices de su líder, que ha pasado de defender hace cinco años que los líderes del 'procés' cometieron un delito de rebelión a derogar la sedición; de cerrar la puerta a una amnistía hasta hace pocos meses por inconstitucional a estudiarla y de votar en contra del uso de las lenguas cooficiales en el Congreso hace un año a decir que era «imprescindible» permitir a los diputados usarlas.
Esa adhesión se demuestra también el alborozo con el que se acogió internamente la decisión del presidente de no dar la réplica a Feijóo este martes y delegarla en el que quizá sea su diputado más 'áspero', el exalcalde de Valladolid, Óscar Puente, tras semanas sosteniendo que es el respeto institucional al candidato designado por el Rey lo que impedía que tanto él como las voces autorizadas del PSOE dar pistas sobre las negociaciones con otros partidos. Puente se centró en hacer un retrato descarnado del PP y en recordar que también él fue el más votado el pasado mes de mayo y no pudo gobernar por un acuerdo entre los populares y Vox. No intentó rebatir siquiera las acusaciones en torno a la eventual amnistía. Los socialistas no quieren entrar aún en ese marco y no lo harán, advierten fuentes de Moncloa, hasta que no pase la votación del viernes y termine formalmente «el tiempo de Feijóo».
«Eso –dice un dirigente socialista con cargo institucional en relación a las exigencias de los secesionistas– ya lo discutiremos en la legislatura de verdad, sin límite de tiempo. Todo lo que allí suceda tapará esto». Ver a uno de los suyos, parlamentario raso, sin cargo, atizar a Feijóo provocó el regocijo del propio Sánchez y sus ministros. «Le puso frente al espejo», alegan. «Queríamos demostrar que era una investidura 'fake'», sostiene los mismos que hace seis meses rechazaron «devaluar», como proponían algunos de sus socios, la moción de censura en la que Vox presentó al octogenario Ramón Tamames como candidato. Muy pocos conceden que el entusiasmo de la militancia quizá «no se corresponda» con el de la base electoral.
Ahora, lo previsible, según la dirección socialista, es que los contactos con los socios se «intensifiquen» . La intención es poder cerrar los acuerdos cuanto antes. Pero nada se da por sentado. «No podemos hablar de fechas porque no depende de nosotros», advierten fuentes de la negociación. Esas mismas fuentes restan importancia al hecho de que se llegue al acto de jura de la Constitución de la Princesa de Asturias, el 31 de octubre, con el Gobierno en funciones. Eso, dicen, es «irrelevante».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.