El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, mantiene toda la presión sobre el PSOE, a menos de una semana para que expire el plazo para el acuerdo que desencalle la ley de amnistía. El dirigente nacionalista se siente además fortalecido ante los negociadores socialistas, ... tras haber sido imputado por terrorismo por el Tribunal Supremo en la causa de Tsunami Democrático.
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Puigdemont presentó este viernes en Ribesaltes (en el sur de Francia) el nuevo gobierno del consejo para la república, el ejecutivo paralelo que mantiene desde 2018 para seguir liderando el movimiento independentista. El dirigente de Junts, en su discurso, evitó referirse al contexto político actual, salvo ironizar con que ser miembro del consejo «no está pagado ni con un Rolex» y se está en la «diana». Quien sí se refirió a las negociaciones y a la decisión del Supremo fue su mano derecha, Toni Comín.
El exconsejero de Salud fue explícito. La imputación de Puigdemont «refuerza su posición negociadora». Con la apertura de la causa por terrorismo, el Supremo, según entienden los junteros, les está dando más argumentos para defender su posición de máximos y exigir a Pedro Sánchez cambios en la ley de amnistía para que no excluya los delitos de terrorismo y alta traición. «La ley aún se puede perfeccionar», afirmó Comín ante los medios. De esta forma, si no se excluye el terrorismo, creen en la formación independentista, se blinda la norma ante las «injerencias» «tramposas» que pudieran hacer los tribunales españoles.
La imputación, de la que no temen consecuencias para Puigdemont, debería servir de forma «positiva» para la «culminación» de las negociaciones, dijo Comín. El propio exconsejero, en su discurso ante los miembros del consejo de la república, dejó entrever que habrá acuerdo sobre la amnistía con los socialistas. «Por mucho que al final se confirme la ley y las circunstancias del exilio cambien», afirmó que el independentismo «no renuncia» a la «legitimidad» del referéndum ilegal del 1-O ni al mandato de la declaración unilateral de independencia. Un mensaje que envió al «Estado español», pero que también sonó en clave de justificación interna, si Junts acaba pactando con los socialistas. Comín no descartó que una reunión entre los socialistas y Puigdemont acabe desencallando el acuerdo, aunque también precisó que este encuentro no se suele hacer en la Cataluña francesa sino en Suiza.
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Mientras, el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, trató ayer de rebajar el alcance de la decisión del Tribunal Supremo. Bolaños negó que el Alto Tribunal califique de «terrorismo» los hechos atribuibles a Tsunami. Insistió en que «solo se ha asumido el aforamiento» y dijo que «hay que dejar trabajar a la investigación y dar normalidad al proceso procesal».
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