El PSOE incide en desgastar al líder del PP y le acusa de pensar lo mismo que Vox

Esta tesis ha servido a los socialistas, con el presidente Sánchez a la cabeza, para restar toda credibilidad a la oferta que el jefe de filas del PP trasladó en su reunión del miércoles al secretario general del PSOE para que le permita gobernar bajo la premisa de que sería una legislatura de solo dos años y centrada en labrar seis grandes pactos de Estado. Ayer, la ministra de Educación y portavoz de la ejecutiva socialista, Pilar Alegría, avanzó un paso más en la descalificación que merecen, a ojos de los suyos, los sucesivos acuerdos en ayuntamientos y, sobre todo, en los gobiernos autonómicos del partido de Feijóo con la extrema derecha.

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Según subrayó Alegría en un vídeo, ya no se trata solo de que los populares «se abracen sin complejos» a los de Abascal para retener o hacerse con el poder. Si lo hacen –agudizó el mensaje la dirigente socialista– es porque el PP ejerce «políticas» y defiende una «ideología» mimética a la Vox. «Son las dos caras del mismo disco», remató Alegría, quien no solo volvió a arremeter contra lo baldío que va a resultar el intento de investidura de Feijóo, sino que redujo lo que está escenificando el presidente de los populares a tres palabras: «desinterés, desidia y soledad».

El PSOE se afana en erosionar la imagen de Feijóo dándole por finiquitado para gobernar porque es incapaz de sumar más allá de Voz, pero también por la diletancia con la que, a su juicio, se está comportando su adversario en una coyuntura crítica para el país por la incertidumbre en la gobernabilidad; un reproche contra el que revuelven los populares, que atribuyen la fecha de la investidura a finales de este mes al sentido común de evitar una eventual repetición de las elecciones en plenas Navidades y a que la nueva presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, les ofreció un 'lo tomas o lo dejas': «o cinco días o 35», rebaten en Génova, que en este interín ha cedido de nuevo ante el órdago de Vox en Murcia pese a que el presidente López Miras se había declarado dispuesto a volver a las urnas antes que incorporar a la extrema derecha a su Ejecutivo.

Regocijados por lo que interpretan como la evidencia de que Feijóo no se despega de Abascal y de que eso le sigue vetando un apoyo básico como el del PNV, los socialistas no van a soltar la presa que les ha venido a ver en Aragón: esto es, las fotografías con la bandera franquista de la recién elegida directora general de Justicia, Esmeralda Pastor, y los elogios al fundador de Falange, José Millán-Astray, de su homólogo en Caza y Pesca y también miembro de Vox, Jorge Valero. El Gobierno ya ha activado la Ley de Memoria Democrática contra ellos mientras el PSOE presiona al PP para que destituya a ambos.